VIVIENDAS Y EDIFICIOS DE CALIDAD CERTIFICADA

Por Paola Molina, arquitecta representante del Colegio de Arquitectos en el Comité Directivo CES.

Para concluir el ciclo de columnas relacionadas con el viaje que una delegación de profesionales chilenos realizó a Japón, como parte del convenio de colaboración entre la JICA y el Ministerio de Energía para conocer sobre las políticas públicas en construcción sustentable, eficiencia energética y certificaciones, la arquitecta Paola Molina, presidenta del Comité de Sustentabilidad y Energía del Colegio de Arquitectos de Chile e integrante del Comité Directivo CES, aborda el proceso de industrialización y la calidad de las edificaciones.

Los japoneses han logrado desarrollar un mercado de construcción industrializada que permite incorporar estándares de eficiencia energética con control de calidad, y que posibilita la reducción de residuos desde el diseño, desarrollando acabadas soluciones constructivas, terminaciones y mobiliarios de cocina y baño. Se logran módulos que dan una gran flexibilidad e identidad a las unidades de vivienda según los gustos y presupuesto de cada cliente.

Es importante destacar que las viviendas y edificios japoneses en las líneas de prefabricación vienen diseñados para una alta durabilidad: los garantizan por 60 años teniendo certeza de que durarán un siglo.

El tiempo de entrega de una vivienda cuyo balance es cero energía demora 40 días, desde la firma del contrato hasta la entrega del inmueble emplazado en el terreno del cliente, con llave en mano.

Con este ejemplo, como país tenemos el desafío de avanzar en la industrialización y prefabricación de viviendas de alto estándar de calidad del ambiente interior, constructivo, de eficiencia energética y que aporten a mitigar el cambio climático. Es el camino que tenemos para lograr recintos con calidad certificada a un costo asequible.

Para esto debemos desarrollar incentivos para la industria: otorgar al mercado información oficial de soluciones constructivas que permitan lograr altos estándares, establecer mecanismos de financiamiento para los clientes asociados a seguros e implementar exigencias y fiscalizaciones de cumplimiento de estándares, con el fin de dar seguridad a la banca.

Ejemplos de incentivos

En Japón se ha levantado y desglosado información detallada respecto de consumos, lo que permite generar estímulos para maximizar sus alcances. Por ejemplo, la Ley de Ahorro de Energía establece exigencias de estándares a los mayores consumidores (edificios de más de 2.000 m2), que deben presentar resultado de certificación energética 21 días antes del inicio de obra; si no cumplen, no se les otorga el permiso de edificación. En tanto, la ley establece un tiempo de evaluación menor a catorce días: si demora más, se puede comenzar la obra sin este permiso.

También se revisa, por parte del municipio, el desempeño del edificio una vez terminado; si no cumple, no se da permiso para ser usado y hay involucradas penalidades económicas. Tan solo el año pasado obtuvieron 3.000 solicitudes de evaluación.

En tanto, los edificios entre 2.000 y 300 m2 solo tienen la obligación de informar resultados de certificación, con el objetivo de visibilizar el esfuerzo de mejora de rendimiento de ahorro energético y no para cumplir estándares.

Además, han creado una serie de incentivos temporales, entre los que se cuentan el programa Top Runner en viviendas. En general, las especificaciones por parte de las inmobiliarias eran de bajo estándar de eficiencia energética, por lo que se creó esta instancia para mejorarlas. Está dirigido a inmobiliarias que venden más de 150 casas al año (número definido calculando tener un alcance del 50% de las inmobiliarias).

Las inmobiliarias deben presentar un plan de proyección de mejora de eficiencia energética en el diseño y construcción de sus viviendas para lograr alcanzar los estándares. Cada año se revisa su cumplimiento y las que no lo alcanzan pasan a una lista que se publica en la web del ministerio correspondiente, en tanto se destaca a las que sí lo logran.

Este estímulo se aplicó desde el 2009 y logró abarcar un 92% del mercado.

También se otorgan incentivos a los edificios existentes, que deben cumplir con los mismos parámetros que los nuevos. Y si se va a realizar una remodelación a gran escala, tienen la obligación de cumplir con el estándar para obtener permiso por parte del municipio.

En tanto, existen subsidios para construir con eficiencia energética a tasas preferenciales, considerando también las energías renovables; herramientas para diagnóstico de eficiencia energética; subsidios para industrial y promoción de desarrollo de tecnologías innovadoras.

Es importante destacar que el estándar que tienen no lo han ido mejorando, sino que fue bien hecho desde un comienzo: partió siendo voluntario y después, según el alcance de la certificación, el tamaño de la construcción y el tramo, se fue volviendo obligatorio.

Si miramos estos ejemplos y el desafío para Chile, sin duda es importante comenzar por desglosar y ampliar el levantamiento de información respecto del consumo de energía de las edificaciones -de distinto uso- para tener mayor claridad de dónde se generan más impactos para definir estímulos.

Es necesario además:

  • Fomentar incentivos de mercado y de mejora continua para las empresas a través del cumplimiento de sus propios planes de desempeño energético, como el programa Top Runner.
  • Fortalecer las políticas de incentivo de mercado y subsidios hacia la eficiencia energética y el uso de energías renovables. Una vez consolidados estos objetivos, pueden empezar a decrecer.
  • Redirigir incentivos existentes como bonos, subsidios y franquicias tributarias, enfocados en mejoras en eficiencia energética en edificaciones y artefactos.
  • Impulsar la creación de créditos a tasa preferencial para renovaciones energéticas de edificaciones y nuevas construcciones.
  • Y, finalmente, habiendo fijado a nivel nacional el objetivo de edificaciones cero energías, crear incentivos para edificación con ZEH y ZEB.

Japón se ha fijado al año 2030 hacer obligatorio ZEB para todos los edificios no residenciales nuevos, y que el promedio de residenciales nuevos sea así. Hoy, ya existen entre 20 a 30 edificios ZEB en Japón; por lo que, sin duda, lo lograrán.

El mensaje final es que hay que tener visión de futuro: debemos establecer en nuestra planificación a largo plazo la importancia de contar con emplazamientos ZEB y ZEH. Haciendo las cosas bien, de manera organizada y optimizando los procesos con miras al desarrollo y avance de nuestro país, se puede lograr todo lo anterior: basta con que los actores de cada instancia en la cadena de desarrollo de la construcción sostenible y del estrato político de las diferentes áreas que se comprenden, tengan esta visión y agenda de desarrollo futuro conjunto organizado y tiempo.