¡Eureka! con el Concurso Desafío Net Zero 2030

Por Paola Molina, presidenta de CES.

La experiencia vivida a fines de mayo durante la estadía en la Universidad de Nottingham, Inglaterra, por los cinco integrantes del equipo ganador del concurso Desafío Net Zero 2030 y su profesor, pertenecientes a la Universidad Autónoma de Chile, junto con tres miembros de la organización del concurso, ha sido, sin duda, transformadora. Además, contamos con la compañía de la arquitecta Dra. Nina Hormazábal, jurado del concurso, y de nuestro anfitrión, también jurado y uno de los impulsores de esta experiencia, el arquitecto Guillermo Guzmán, académico de la Universidad de Nottingham.

Esta oportunidad única no sólo nos permitió adentrarnos en uno de los centros académicos más destacados a nivel mundial en el área de la sostenibilidad, sino que también nos brindó la posibilidad de tener una experiencia inmersiva en la cultura local, compartir con expertos y estudiantes, visitar laboratorios con viviendas a escala 1:1, donde se están abordando los desafíos futuros del sector de la construcción en el contexto del cambio climático, y compartir visiones al respecto.

Desde el primer día, la atmósfera de la universidad nos envolvió en un ambiente de innovación y sostenibilidad. Recorrimos modernos laboratorios y centros de investigación, donde, bajo la premisa de adaptarse a las condiciones climáticas futuras, se están desarrollando prototipos de soluciones reales para alcanzar, como país, la meta de cero emisiones netas de carbono.

Entre reuniones con investigadores y colaboradores de los laboratorios, pudimos constatar desde la organización el acierto y la magnitud de los retos establecidos en las bases del concurso Desafío Net Zero 2030 y la importancia de seguir avanzando en su difusión.

Uno de los momentos más destacados fue la oportunidad de presentar el concurso y el proyecto ganador a un panel representativo de la universidad, donde recibimos un valioso reconocimiento por los resultados obtenidos. Los estudiantes pudieron compartir sus aportes con otros alumnos y profesionales de dicha casa de estudios, quienes también estaban desarrollando propuestas similares a la expuesta.

Las visitas a proyectos en curso, tanto dentro como fuera de la universidad, nos inspiraron profundamente. Desde el monitoreo de edificios energéticamente autosuficientes, la innovación en nuevas tecnologías y materiales, el desarrollo de edificios y entornos paisajísticos que propician la reconexión con la naturaleza, hasta sistemas de transporte urbano sostenibles; cada iniciativa nos mostró que el camino hacia un futuro sostenible no solo es posible, sino que ya está en marcha. El concurso se integra en este esfuerzo, impulsando la innovación en la concepción y diseño de proyectos, y nos motiva a seguir adelante, sabiendo que estamos en la dirección correcta.

Lo que colaboró a marcar la diferencia fue el intercambio cultural y académico con otros estudiantes y profesionales. Las discusiones abiertas y el trabajo colaborativo nos hicieron ver que, aunque nuestros orígenes y contextos son diferentes, compartimos una visión y un objetivo común: aportar al desarrollo del sector de la construcción, con diseños y soluciones de enfoque multidisciplinario que permitan una viabilidad eficiente y sistémica entre nuestros edificios, su uso, fin de vida y el ambiente que los rodea. La red de contactos construida es invaluable para futuros desafíos, ya que sabemos que el cambio climático requiere un esfuerzo conjunto a nivel global.

La última actividad programada fue una presentación ante la embajadora de Chile en Inglaterra, Ximena Fuentes, donde expusimos el concurso y el proyecto, y compartimos visiones sobre cómo seguir avanzando en esta ruta. Al finalizar el encuentro, nos reunimos con Alastair Parvin de WikiHouse, sistema de código abierto utilizado por el equipo ganador, donde pudimos compartir visiones de desarrollo.

En resumen, la pasantía en la Universidad de Nottingham fue mucho más que una experiencia académica; fue una alianza y un impulso hacia un compromiso aún mayor con la sostenibilidad. Volvimos a casa con, además de todo lo vivido, la firme convicción de que seguir trabajando en este camino nos permitirá alcanzar la meta de un país y un globo carbono neutral.

El equipo nos hizo llegar cada uno un mensaje al cierre de la visita, el capitán del equipo Sebastián Maureira expresó: “Muchas gracias a todos por todo, sin duda fue una experiencia inolvidable, de mucho crecimiento y esencial para enfocarnos en los futuros pasos como profesionales”, y por parte del equipo: Cristóbal Torres: “Muchas gracias por la disposición a querer entregar a otras generaciones esta mirada”, Carlos Melo: “gracias por aportar para que esto fuera posible, me llevo mucho conocimiento y sobre todo me sirvió para abrir la mente”, Joaquín Cornejo: “fue una experiencia que rompió barreras y limitaciones “ y Enzo Aladir: “Regreso con la tarea de aprovechar esta oportunidad al máximo”, sin duda la semilla quedó muy bien plantada.

El Desafío Net Zero 2030, bajo el paraguas de la sostenibilidad, utilizando las herramientas y materiales disponibles en nuestro país, poniendo foco en el ahorro de recursos como la energía, el agua y los materiales, y utilizando la industrialización como medio para minimizar la generación de residuos y emisiones, ha sido una especie de envión catalizador que nos permite tener certezas de buenos resultados, eficiencia y productividad sostenible, impactando positivamente en los ámbitos sociales, ambientales y económicos. Esto nos impulsa a seguir avanzando en este camino.

Como diría Arquímedes: ¡Eureka! Estamos en el camino correcto.

UOH: compromiso con la sostenibilidad y el confort ambiental

Con tres edificios de la Facultad de Ingeniería del Campus Rengo ingresados a CES en 2023, la Universidad de O’Higgins materializa su compromiso con la sostenibilidad ambiental y el bienestar de la comunidad universitaria.

En 2023, la Universidad de O’Higgins ingresó al proceso de certificación de CES bajo la versión 1.1 tres edificios de la Facultad de Ingeniería, en el Campus Rengo: Edificio Escuela, Edificio Auditorio y Casino y Edificio Deportivo, lo que “se traduce en la materialización de un compromiso con la sostenibilidad ambiental, alineado con las demandas globales de preservación y cuidado de los recursos naturales”, de acuerdo con Paula Ávila Oliver, arquitecta de la Dirección Proyecto Campus de Ciencias de la Ingeniería.

Además, “se demuestra el compromiso con el bienestar de la comunidad universitaria al entregarle espacios diseñados bajo óptimas condiciones de confort ambiental que contribuyan a minimizar impactos negativos en la salud, que usualmente generan edificios sin atributos sustentables”, especifica.

Los responsables de la arquitectura son los profesionales Alvaro Ramírez, Martín Schmidt, Carlos Cavagnaro, Francisco Cepeda y Daniel Rojo, quienes para el diseño arquitectónico pasivo consideraron una envolvente térmica eficiente, cuidando detalles que permitan minimizar el riesgo de puentes térmicos. 

En cuanto al diseño de protección solar, se establece un sistema en fachada con el que se garantice el confort térmico y visual. Del mismo modo, se logran estándares de confort acústico propios de edificaciones de enseñanza con los que se aseguran condiciones óptimas para el aprendizaje. 

Adicionalmente, se han considerado criterios activos para la climatización, ventilación, agua caliente sanitaria e iluminación, optimizando parámetros como la potencia de iluminación, la implementación de sistemas de control y la selección de equipamiento con alto rendimiento nominal. “El conjunto de las soluciones mencionadas permite visualizar escenarios de significativos ahorros energéticos”, asegura Ávila. 

Por otro lado, añade que se prevé un bajo consumo hídrico tanto en el interior, gracias al uso de artefactos eficientes, como en el exterior, mediante un diseño paisajístico con vegetación nativa y sistemas de riego eficientes.

Finalmente, “se proyecta la implementación de un plan que contempla la correcta disposición y registro de residuos en etapa de construcción. De igual manera, se ha diseñado un plan para la etapa de operación, que considera la provisión de equipamiento adecuado para la correcta segregación de residuos por parte de los usuarios de las edificaciones”, sostiene.

Certificaciones y sellos locales en Latinoamérica

Por Hernán Madrid, jefe de CES.

Durante 2023 el Instituto de la Construcción desarrolló una consultoría para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), centrada en la Resiliencia y sostenibilidad en los códigos de construcción de América Latina y El Caribe. En el ámbito de la sustentabilidad se abordaron adicionalmente certificaciones y sellos voluntarios, con colaboración activa del Chile GBC, lo que permitió levantar la situación actual del uso de certificaciones internacionales y locales en cada país de Latinoamérica. 

En este contexto, desde CES y el Instituto, tuvimos la oportunidad de colaborar en una Nota Técnica basada en la información levantada, en la que el Instituto de la Construcción participó en coautoría. 

Uno de los principales hallazgos en el ámbito de la sustentabilidad es el rol que juegan las certificaciones voluntarias, que contemplen variables que no están en los reglamentos y/o sean establecidas por sobre los estándares reglamentados, para, de esta manera, orientar y promover mejores estándares en las edificaciones y construcciones.

En materia de sellos y certificaciones locales, se identificaron 10 certificaciones, distribuidas en Brasil (5), Chile (2), Colombia (1), Costa Rica (1), y Guatemala (1); y 13 sellos o calificaciones distribuidos en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Panamá y Uruguay. Todos estas son aplicables a diferentes usos de edificios y/o viviendas, públicas y privadas. 

Una certificación se considera más robusta cuando un tercero independiente es responsable de realizar pruebas de comprobación y otorgar la certificación. De estos, solo Brasil y Chile cuentan con sistemas de verificación independiente. Por otro lado, únicamente Argentina, Chile, Colombia y México cuentan con etiquetado energético específico para el sector. 

En el ámbito de los incentivos, se observó que países como Colombia, Bolivia, El Salvador y Perú, incluyen incentivos normativos en alguno de sus códigos, beneficios constructivos para aquellas edificaciones que incorporen parámetros de sostenibilidad o alcancen algún nivel de certificación bajo algún esquema local o internacional, sean éstas realizadas por el sector público o privado. 

Se concluye que existe al menos una certificación aplicable a cada país, sean nacionales o internacionales y que las certificaciones nacionales generalmente se adaptan mejor al contexto y prioridades locales. 

Este escenario es una muy buena base para la colaboración en Latinoamérica y El Caribe, en un modelo similar a lo que ha sido el destacado trabajo del Código Modelo de Diseño Sísmico para América Latina y El Caribe en el que el Instituto de la Construcción ha actuado de secretaría general.

Boris Olguín: “Debemos avanzar a infraestructura y edificación pública más sostenible”

El director general de Obras Públicas se refiere a la importancia que le da el MOP a la sostenibilidad y los avances que se esperan para este año desde el área que dirige.

En abril de 2023, el ingeniero y constructor civil Boris Olguín Morales asumió como director nacional de la Dirección de Aeropuertos (DAP) del Ministerio de Obras Públicas (MOP). Meses más tarde, fue nombrado como el nuevo Director General de Obras Públicas (DGOP).

Durante su gestión, ha puesto un marcado foco en la importancia de la sustentabilidad, porque ésta “juega un rol fundamental relacionado con el devenir presente y futuro de la construcción pública en el país”. 

Para darle curso a estos desafíos, el MOP creó la División de Infraestructura Sustentable, teniendo por foco aportar al desarrollo de las obras públicas mediante directrices e implementación práctica de criterios sostenibles en contratos de infraestructura. “Esto permite incorporar un enfoque territorial y resiliente a nuestro quehacer, con legitimidad social, resguardo ambiental y eficiencia en el uso de los recursos públicos”, explica Olguín.

Para este 2024, uno de los principales desafíos de la División es la actualización del Plan de Cambio Climático e Infraestructura, “lo que va a permitir avanzar en temas de economía circular, huella de carbono e infraestructura verde”, adelanta la autoridad.

Por otra parte, el MOP a través de sus servicios ejecutores exhibe relevantes avances, destacando la Certificación Edificio Sustentable (CES). “En la actualidad, tenemos 75 edificios públicos con este sello y 186 diseños precertificados, principalmente a partir de los esfuerzos, en este sentido, desplegados por la Dirección de Arquitectura. Además, estamos trabajando en la misma línea de certificación CES con la edificación aeroportuaria a cargo de la Dirección de Aeropuertos a nivel regional”, especifica.

Francis Pfenniger, Boris Olguín y Loreto Wahr en los Premios CES 2023.

¿Por qué decidieron trabajar con CES en una versión para certificar los aeropuertos nacionales?

Actualmente, existe una Certificación Edificio Sustentable para hospitales y otros edificios de uso público, iniciativa que ha sido impulsada por la Dirección de Arquitectura del MOP.

Sin embargo, no hay una herramienta que considere el comportamiento ambiental de las instalaciones aeroportuarias del país. Por esto, y considerando la normativa nacional e internacional, en la Dirección de Aeropuertos decidimos realizar un estudio que nos permita establecer una certificación de sustentabilidad específica para este tipo de infraestructura.

Hoy estamos en una etapa de diagnóstico, y a mediados de 2024 pretendemos disponer los antecedentes al sistema CES que permitan ajustar los requerimientos de energía, agua y acústica a la realidad aeroportuaria de Chile. A su vez, hacia fines del próximo año ya debiéramos establecer una primera versión de los nuevos requisitos CES para aeropuertos, la que contará con una segunda edición durante 2025.

¿Qué proyecciones ve para la sustentabilidad de las obras públicas?

Estamos trabajando en distintas líneas para hacer cada día más sustentables nuestras obras. El 2024 estaremos enfocados en actualizar el Plan de Cambio Climático para la Edificación e Infraestructura Pública, lo que establecerá una hoja de ruta para aumentar la resiliencia de los territorios frente a los impactos del cambio climático y, además, aportar a los compromisos del país en materia de carbono neutralidad a través de la reducción de emisiones. Esto se realizará con la participación activa de distintos actores, tanto del sector público como privado, academia y comunidades. 

Esto implica un compromiso firme con el desarrollo de infraestructura resiliente, a través de la incorporación de nuevas metodologías de diseño que consideren proyecciones de cambio climático, asegurando que pueda soportar las condiciones futuras más adversas, como sequías, inundaciones por lluvias intensas y deshielo de glaciares, marejadas, entre otros.

¿Cómo avanzan en iniciativas específicas?

Estamos avanzando en pilotos, como por ejemplo, el puente Bicentenario en Concepción, en donde destacan jardines verticales para absorber CO2, reutilización de aguas lluvias, pantallas acústicas y accesibilidad universal, entre otros elementos. En la reconstrucción de puentes que se vieron afectados por los eventos de inundaciones en el invierno 2023, la Dirección de Vialidad está rediseñándolos con criterios de cambio climático, considerando las proyecciones de caudales futuros. 

En Servicios Sanitarios Rurales, estamos incorporando paneles fotovoltaicos, lo que conlleva una energía más amigable y que implica menos recursos para la comunidad. En infraestructura portuaria estamos trabajando en ajustar los criterios de diseño para el nuevo clima de oleaje, habilitando espacios seguros y accesibles en bordes costeros. En pavimentos, tanto de obras viales como aeroportuarias, estamos reciclando material de fresado y áridos, generando ahorros significativos en términos de plazos, económicos y ambientales.

En definitiva, como Ministerio entendemos que debemos avanzar en hacer nuestra infraestructura y edificación pública, con criterios cada día más sostenibles y amigables con el ambiente y la comunidad.

Otro de los focos que está cubriendo el MOP es la creación de su nueva Política de Sustentabilidad, para lo cual la cartera ha hecho un llamado a diversas instituciones colaboradoras. En el caso del Instituto de la Construcción, el representante es Hernán Madrid, jefe de CES.

El DGOP en el cóctel de fin de año del Instituto de la Construcción.

CES colabora en consultoría al BID sobre resiliencia y sostenibilidad en los códigos de construcción

El estudio fue encomendado al Instituto de la Construcción en 2022 y registra a Hernán Madrid, jefe de CES, como uno de sus autores.

En diciembre pasado el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó una nota técnica sobre el estudio “Resiliencia y Sostenibilidad en los Códigos de Construcción de América Latina y el Caribe: Análisis Regional Comparativo y Oportunidades de Fortalecimiento”, cuyos autores son Alexandra Alvear; José Pedro Campos; Julia Ciancio; Wilhelm Dalaison; Gabriella De Angelis; María Alejandra Escovar; Hernán Madrid; Rodrigo Narváez; Francisca Pedrasa; Raimon Porta García; Ginés Suarez y Adriana Zambrano.

Como se señala en la página de la publicación, “los códigos de construcción son un factor determinante para el incremento de la resiliencia de la infraestructura, incorporando la gestión del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático. La existencia, calidad, carácter legal y nivel de cumplimiento de los códigos definen las bases sobre las cuales se debe desarrollar el ambiente construido y la fiabilidad de los servicios basados en infraestructura física”. 

En ese contexto, se realizó este documento encargado por el BID al Instituto de la Construcción en agosto de 2022, incluyendo dentro de su alcance los códigos de construcción, incluyendo residenciales y de uso público; dejando fuera a construcciones de infraestructura y obras civiles.

De esta manera, esta publicación presenta el resultado del análisis comparativo y entrevistas a expertos sobre códigos de sismos, vientos, inundaciones, y sustentabilidad, incluyendo, además, a las certificaciones y sellos de sostenibilidad de los 26 países prestatarios del BID. 

Para llevar a cabo el estudio en forma correcta, tomando en cuenta la complejidad y el volumen de información por procesar, el Instituto de la Construcción organizó y coordinó el trabajo de un grupo de especialistas representantes de diversas instituciones afines al IC, como la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE), la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Certificación Edificio Sustentable (CES), EBP Chile y Chile Green Building Council.

El análisis concluye que la región tiene un importante avance en el desarrollo de códigos sísmicos y de viento, mientras que la amenaza por inundación poco se integra en los códigos de construcción y se enfrenta de forma reactiva. 

También se precisa que la región ha venido dando pasos acelerados para incorporar aspectos de sostenibilidad de los proyectos de infraestructura edilicia, que aún no se integra a los códigos de construcción. Asimismo, se incluyen recomendaciones para avanzar hacia una construcción resiliente en América Latina y el Caribe.

El documento completo está disponible en el siguiente enlace: https://publications.iadb.org/es/resiliencia-y-sostenibilidad-en-los-codigos-de-construccion-de-america-latina-y-el-caribe-analisis

Ignacio Denegri: “Los proyectos sostenibles mejoran la calidad de vida de las personas”

Desde sus inicios, hace 65 años, Tánica Inmobiliaria se ha dedicado a apoyar proyectos que contribuyen al desarrollo de la sociedad, la cultura y la educación, tanto en el país como en su comunidad. Estos van acompañados de un alto nivel de sostenibilidad, lo que fue reconocido por los Premios CES 2023, en la categoría Empresa Destacada. 

Por primera vez, en octubre pasado se entregó el Premio CES 2023 en la categoría Empresa Destacada. Éste recayó en Tánica Inmobiliaria, una evolución de Transoceánica, que fue fundada por Guillermo Schiess hace 65 años.

Tánica fue la primera empresa en recibir este galardón por su gran aporte al diseño y construcción sustentable en Chile, al ser uno de los pioneros en incorporar en sus proyectos altos estándares de eficiencia energética, tecnología y diseño sustentable. De hecho, el proyecto Edificio Corporativo Transoceánica, obtuvo la certificación CES el año 2015 con categoría Sobresaliente, siendo uno de los edificios que aportó para la calibración de la metodología técnica de CES.

El proyecto Transoceánica es un promotor de la sustentabilidad y ha abierto muchas veces sus puertas para mostrarle a alumnos de pregrado y profesionales interesados las estrategias a nivel de diseño y de los sistemas eficientes implementados.

Conversamos con Ignacio Denegri, jefe de Sostenibilidad de Tánica Inmobiliaria, quien cuenta que “es una alegría y un orgullo haber recibido este reconocimiento que destaca una historia de Tánica en donde la sostenibilidad es un eje fundamental. Hemos ido avanzando en la materia y esto nos reafirma en nuestra apuesta por la sostenibilidad y nos motiva a seguir impulsando proyectos que sean un aporte a las comunidades y al medio ambiente”.

¿Cuál es la importancia que le dan a la sustentabilidad, más allá de las certificaciones?

La sostenibilidad forma parte de nuestro sello y entendemos que la manera de construir ciudades a escala humana es hacerlo de un modo sostenible. Trabajamos con las comunidades desde etapas muy tempranas, incorporando su feedback como un aporte en el diseño y desarrollo del proyecto. El emplazamiento, diseño y materiales de nuestros proyectos están pensados para que estén en armonía con el entorno y generen el mínimo impacto ambiental. Por ejemplo, nuestro proyecto Tánica Townhouses en Santa María de Manquehue, además de ser eficiente desde el punto de vista térmico, se construyó con un mix de hormigón y madera, y cada casa viene equipada con paneles solares que producirán hasta un 50% de la energía requerida. Es así como las townhouses logran un 78% de ahorro energético en comparación con una vivienda tradicional y cuentan con una categoría A en la calificación energética de viviendas, de acuerdo al Ministerio de Vivienda y Urbanismo.

¿Cómo abordan la parte de gestión de residuos dentro de sus proyectos nuevos?

Tanto en nuestras oficinas corporativas como durante la construcción de nuestros proyectos inmobiliarios, contamos con el reciclaje de elementos del proceso de construcción como madera, metales, plásticos, cartones, entre otros materiales. En algunos casos, reutilizamos los residuos en los mismos procesos constructivos, como en el caso de las partidas de concreto. Para que esto se haga correctamente, en todas nuestras obras capacitamos a las personas en manejo responsable de residuos y economía circular.

Desde su impulso a la sustentabilidad, ¿cómo ven que el mundo privado ha respondido a la construcción sustentable?

Si bien el sector privado ha ido dando pasos importantes, al ser algo aún más bien desconocido y poco probado, la construcción sustentable aún cuenta con resistencia al cambio, más todavía en tiempos de profunda crisis como la que estamos viviendo.

 ¿Qué llamado puede hacer al mundo privado para sumarse a la sustentabilidad?

El cambio climático del cual somos testigos nos exige ser responsables con el medio ambiente y en nuestras manos está tomar decisiones que tiendan a hacerse cargo. En ese contexto, la ciudadanía está cada vez más consciente de ello y buscan vivir o trabajar en edificaciones sustentables. Nuestra experiencia nos ha demostrado que hacer proyectos sostenibles, además de ser rentables, son un aporte al medioambiente y al mismo tiempo mejoran la calidad de vida de las personas.

Planificación maestra y CES: herramientas sinérgicas para la sostenibilidad

Por Mauricio Ramírez Molina, arquitecto ▪ MSc UCLouvain, socio 88 Limitada y asesor CES

Las exigencias de sostenibilidad a nivel global y nacional vinculadas —entre otras— a eficiencia energética y gestión de la energía, huella de carbono, huella hídrica y circularidad reflejan una sociedad interesada en perfeccionar y mejorar su relación con el planeta, lo que evidentemente es una buena noticia para todos. Sin embargo, con tal cantidad de áreas por abordar, es fácil sentirse agobiado al no saber por dónde partir y cómo responder a estas exigencias de forma seria. En tal sentido, para aquellas organizaciones o grupos de la sociedad que funcionan o actúan en base o desde el entorno construido, puede haber una gran oportunidad para implementarlas de forma estructurada, segura y económicamente viable a través de la planificación maestra o master planning.

El Banco Mundial define al plan maestro como “un documento dinámico de planificación a largo plazo que proporciona un diseño conceptual para guiar el crecimiento y desarrollo futuros. La planificación maestra consiste en hacer la conexión entre los edificios, los entornos sociales y sus entornos circundantes”. El Banco Mundial también indica que la planificación maestra puede asumir otros roles, tales como “Desarrollar un cronograma de escalonamiento e implementación e identificar prioridades para la acción”, “Conceptualizar y dar forma al entorno urbano tridimensional” e “Involucrar a la comunidad local y actuar como constructor de consenso”.

Así, la planificación maestra o master planning nos permite visualizar un futuro deseado que, diseñado mediante prospección y escenarios posibles, nos ayudará a desarrollar estrategias y tácticas para implementar lo que necesitaremos de forma adecuada y realista. Además, con la digitalización de nuestra realidad física y el desarrollo de software basado en ciencia y en data, es posible desarrollar estos escenarios o perspectivas con un mayor grado de confiabilidad, para luego evaluarlos y finalmente llevarlos a la realidad. Asimismo, una mayor disponibilidad de métricas y líneas base de sostenibilidad y de metas al 2030, 2040 y 2050 completan los insumos necesarios para una planificación maestra robusta.

En nuestra experiencia en el diseño y desarrollo de planes maestros para dos universidades nacionales —8 campus, 70 hectáreas y cerca de 300.000 m2 en total— a través de la planificación maestra basada en edificios y áreas exteriores hemos podido incorporar múltiples directivas relacionadas a la sostenibilidad, alineadas con políticas públicas nacionales y tendencias internacionales, incluidos los ODS de la ONU. Nuestra experiencia más reciente con la Universidad Católica de Temuco UCT, donde hemos diseñado su Plan Integral de Campus, nos ha permitido incluir no sólo dimensiones de la sostenibilidad relacionadas a los edificios, sino también otras dimensiones que tienen que ver con la organización, las personas, su funcionamiento interno y su relación con la comunidad y la ciudad. Temas como circularidad, inclusividad, interculturalidad y ciencia y tecnología para el desarrollo regional forman parte de este robusto plan, que nace a partir de sus anhelos y de la prospección y planificación de su entorno construido y que permitirá a la UCT posicionarse como un referente en este ámbito.

Aquí, la Certificación Edificio Sustentable CES se transforma en un gran aliado para poder implementar las estrategias de sostenibilidad definidas a nivel de plan maestro, al proveer una solución integrada aplicable al ámbito de las edificaciones y que es concordante con las exigencias globales y nacionales de sostenibilidad que las organizaciones o empresas deben cumplir. CES posee una gran cantidad de métricas que pueden ser utilizadas en los escenarios prospectivos, lo que permite evaluar el cumplimiento futuro de metas de sostenibilidad, la inversión requerida para ello y sus retornos económicos, ambientales y sociales. Por esta razón hemos recomendado e incluido a la Certificación Edificio Sustentable como herramienta preferente de certificación de edificios en todos los planes maestros que hemos diseñado y desarrollado.

Arquitectos informados y conscientes del desarrollo sostenible

Por Paola Molina, presidenta de Certificación Edificio Sustentable (CES).

En el Día del Arquitecto, quisiera comenzar por felicitar a todos los colegas que desde sus diferentes veredas del ejercicio profesional van colaborando al desarrollo de la arquitectura en nuestro país, con identidad, con innovación, pero sobre todo con responsabilidad frente a los desafíos inminentes que tenemos por delante. 

Hoy, sin duda, son tiempos desafiantes, donde tenemos un incremento en el déficit de vivienda, una situación social sensible, una realidad económica compleja, una pandemia latente y, a la vez, una gran encrucijada con el cambio climático. De alguna manera, se vinculan todas cuando nos enfocamos en el ejercicio de nuestra profesión.

En el pasado hemos podido experimentar épocas en que han existido desafíos similares a los de hoy de Déficit Cero de Vivienda, pero donde el propósito sobrepasó el objetivo, volviéndose un resultado complejo, aunque es importante reconocer que conceptos como desarrollo sostenible y ciclo de vida aún no estaban permeados en nuestra sociedad y clase política como hoy sí lo están.

En cambio, estos tiempos nos traen soluciones. Hoy contamos con una hoja de ruta a nivel global que son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), donde la arquitectura y el urbanismo tienen injerencia directa sobre los 17 objetivos, siendo una profesión portadora de una gran responsabilidad en poder materializar un mejor futuro.

Dentro de los 17 objetivos está el Objetivo 9: Industria, Innovación e infraestructura, lo que está muy en línea con los propósitos de la actual gestión del Minvu de lograr Déficit Cero de Viviendas a través de la industrialización. Pero este resultado será positivo y generará externalidades positivas en el corto, mediano y largo plazo, solo si se enmarca bajo el desarrollo sostenible

La industrialización por sí sola no mejorará la calidad de la vivienda, ni evitará problemas de habitabilidad posterior, solo podrá ajustar plazos de ejecución y minimizar residuos (si es bien ejecutada). La industrialización toma un curso positivo evitando los errores del pasado, solo si se circunscribe al universo de los ODS y a las herramientas en línea con este propósito desarrolladas actualmente en nuestro país como son: la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS), la Certificación de Edificios Sustentables (CES), la Calificación Energética de Viviendas (en letras superiores o iguales a D), la Ley Marco de Cambio Climático, la Ley de Eficiencia Energética, la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, la postergada actualización de Reglamentación Térmica, la Estrategia de Economía Circular Sector Construcción, la Hoja de Ruta RCD de Economía Circular sector Construcción, el Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes donde se está obligado a reportar emisiones en una obra, entre otras.

Por lo anterior, la arquitectura sostenible, además de usar las herramientas ya disponibles, permite desarrollar proyectos conscientes que:

  • Mejoran la calidad de vida de las personas.
  • Cuidan el medio ambiente.
  • Son asequibles.
  • Visualizan y consideran todo el ciclo de vida de nuestros diseños para hacer un buen diseño que persista y aporte en el tiempo. 
  • Aportan diseños que demandan y disponibilizan recursos sostenibles en el tiempo.

Nuestra responsabilidad como arquitectos es estar informados y conscientes de ello, aplicándolo en todos los roles que nos corresponda desde nuestro ejercicio profesional.

CTEC y Chile GBC desarrollan la primera plataforma de materiales para la construcción

Primera plataforma a nivel nacional orientada a la elaboración de pasaportes de materiales y gestión de activos inmobiliarios de manera sostenible, a través del registro de información técnica, de sustentabilidad, toxicidad y circularidad, de los materiales, productos y componentes que conforman la edificación, mediante este proceso se efectúan cálculos, se generan indicadores y reportes, que aportan valor para su actual uso, recuperación y reutilización, apoyando de esta forma la gestión sostenible de los activos.

El Pasaporte de Materiales, es una iniciativa pionera en innovadora a nivel nacional y regional, y cuenta para la primera etapa con el apoyo de Falabella, AZA Acero Sostenible y Volcán, quienes son parte del proceso de pilotaje y validación de esta iniciativa.

Daniel Berdichevsky, gerente de Proyectos y Construcción de Falabella Inmobiliario 

“Alineados a su estrategia de sostenibilidad y conscientes de contribuir en la mitigación del cambio climático, Falabella fue una de las tres empresas que decidió apoyar esta Plataforma pionera nivel nacional y regional.

Innovar en nuestra industria es necesario, por ello valoramos el ‘Pasaporte de materiales de construcción’ que ha desarrollado el Green Building Council Chile y el Centro Tecnológico para la Innovación en Construcción. Esta solución tecnológica es relevante para el sector, ya que beneficiará directamente la gestión de activos sostenibles.

Esperamos que el piloto avance, tenga buenos resultados y la iniciativa se pueda desarrollar en todo el rubro. Los buenos proyectos se deben replicar”. La compañía está activamente trabajando en las construcciones sustentables, con el objetivo de minimizar el impacto ambiental de nuevas edificaciones, ampliaciones y remodelaciones”.

Sandra Arzola, jefe de Marketing Aceros Aza

“Pasaporte de Materiales para la Construcción es una iniciativa que está completamente alineada con la filosofía de Aceros AZA. Es un proyecto que aporta al desarrollo sustentable de los materiales que se utilizan en la construcción, impulsando así la economía circular y el cuidado del medio ambiente.

Aceros AZA es una empresa profundamente comprometida con el cuidado del medioambiente y para ello, está permanentemente buscando iniciativas y soluciones que permitan disminuir los impactos ambientales en la industria de la construcción. Hoy, este sector es responsable por cerca del 30% de la emisión de gases con efecto invernadero en el mundo. Además, no más del 7% de los insumos son reciclado o reutilizados. Claramente, esto indica que la construcción debe avanzar colaborativamente en generar instancias en esta materia.

Por esto, Aceros AZA se compromete a apoyar el proyecto que plantea el CTEC y Chile GBC. Estamos convencidos como empresa que conocer adecuadamente la trazabilidad de los insumos de la construcción y su posterior revalorización, es fundamental para avanzar en la economía circular y dejar, definitivamente de lado, la economía lineal que tanto daño ha generado para nuestro planeta”.

Ricardo Fernández, gerente Técnico y Desarrollo Sostenible de Volcán 

“Para Volcán ha sido de gran interés participar en esta plataforma, queremos contribuir a identificar Proyectos Inmobiliarios Sostenibles y avanzar en Economía Circular.

El desarrollo del Pasaporte de Materiales para la Construcción ha sido un trabajo de Innovación abierta con entidades como CTEC, Chile GBC y Falabella. Sólo podemos avanzar de buena forma, trabajando colaborativamente y generando ecosistemas que apunten a objetivos comunes y en plazos acotados.

El conocer los impactos ambientales y aportes de los materiales y componentes del edificio, permitirá tomar buenas decisiones en modificaciones y en la deconstrucción del edificio, permitiendo tener trazabilidad con una información verificada por terceros. Esperamos que esto sea un incentivo para que los proveedores consideren como herramientas de trabajo las declaraciones ambientales de productos y en el futuro nos manejemos en base a ecoetiquetados”.

La implementación de esta plataforma, se proyecta como un impacto positivo en el sector, al incrementar o mantener el valor de los materiales, productos y componentes de construcción a lo largo del tiempo; facilitando que desarrolladores seleccionen materiales de construcción circulares, sostenibles y saludables; promoviendo el diseño con materiales más sustentables y circulares; facilitando la trazabilidad del flujo de materiales de construcción en un activo inmobiliario; disponibilizando información ambiental de productos y materiales de construcción; fomentando los incentivos y garantías para materiales secundarios y las compras sustentables, y facilitando la logística inversa o devolución de productos, materiales y componentes, cerrando ciclos, y fomentando de esta manera una construcción más consciente con el medio ambiente y en sintonía con el desafío país de avanzar hacia la carbono neutralidad.

Fuente: CTeC

Huella de carbono en la edificación y el vínculo con las certificaciones

Por Paola Valencia, gerenta de Sostenibilidad de E3

Como ya es ampliamente conocido, según el último reporte de Global Alliance for Building and Construction, el sector vinculado a edificación es responsable del 38% de las emisiones globales de GEI, donde un cuarto de éstas corresponde a las emisiones generadas en los procesos de producción de materiales, transporte y construcción. Por lo tanto, hoy en día se sabe que tres cuartos de las emisiones del sector corresponden a carbono operacional y un cuarto a carbono incorporado. 

Sin embargo, ya hace muchos años que sabemos que el sector construcción es responsable de éste y otros impactos ambientales y ha sido uno de los sectores más lentos en incorporar cambios de buenas prácticas no sólo medioambientales, sino también de innovación, tecnológicas y sociales. Y ¿por qué ocurre esto? Bueno, por algo muy simple, porque al menos en Chile este sector compite sólo por costos directos y no considera los costos indirectos. Esto quiere decir que no paga impuestos por los diferentes impactos que genera. Un ejemplo muy claro de esto es que es más barato botar basura que valorizarla. Esto es grave, porque esos impactos ambientales los terminamos pagando todos, dado que el estado invierte un porcentaje no menor del presupuesto nacional en mitigación de daños ambientales, tales como planes de descontaminación, subsidios a familias de zonas saturadas, reforestación, gastos en salud por consecuencia de la contaminación y tantos otros.

Un gran desafío que tenemos en el sector construcción es lograr que nuestros procesos sean ambiental y socialmente responsables y para lograr esto, una de las herramientas más potentes son las certificaciones medioambientales, pero cuando promovemos estos sistemas, lo primero que encontramos por parte de la industria es la respuesta “es más caro”.

Por ello, es muy relevante avanzar a nivel nacional en levantar datos sobre los impactos ambientales vinculados a los procesos productivos y reflejar esto en los costos de producción, tomando para esto uno de los principios de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, que señala que “El que contamina paga”. En este contexto, todos los procesos productivos deberían pagar impuestos ambientales de acuerdo con su nivel de impacto y, bajo este concepto, claramente un proyecto certificado con estándares de sustentabilidad tendería a ser más económico que uno no certificado.

Las certificaciones medioambientales de edificios también tienen un rol fundamental en la generación de datos e información ambiental sobre los procesos de producción, construcción y operación de los edificios e infraestructura. Es así como hace más de 20 años que se han implementado certificaciones medioambientales en el mundo, que buscan cambiarle la cara a la industria hacia una más responsable y verde. En ese sentido, se destaca a Chile como uno de los países que no sólo ha implementado sistemas internacionales, sino también desarrollado e implementado sistemas nacionales que ayudan a movilizar al sector a incorporar prácticas de menor impacto ambiental.

Es por esto que vale la pena destacar cómo están abordando la reducción de emisiones de GEI los sistemas de certificación medioambiental que están operando en Chile y que son las certificaciones internacionales LEED y EDGE, y las certificaciones nacionales CVS y CES. En ese sentido, se destaca que todos los sistemas tienen un enfoque de ciclo de vida para abordar la promoción de reducción de energía y por ende de emisiones de GEI, aunque claramente algunos la abordan con mayor profundidad que otros. Los temas en los que coinciden la mayoría de estas certificaciones son premiando el uso de materiales y productos que documenten la energía incorporada en sus procesos, medidas de eficiencia energética en el diseño del edificio, en los equipos de iluminación, climatización, agua caliente sanitaria y la incorporación de energías renovables.

Y al igual que las certificaciones anteriores la Certificación Edificio Sustentable se destaca por promover la eficiencia energética con enfoque de ciclo de vida, ya que premia a los proyectos que documenten la energía incorporada en los materiales, medidas de eficiencia energética en el diseño arquitectónico, en diseño de iluminación, en sistemas de climatización y de agua caliente sanitaria y a los que incorporen energías renovables.