Construye2025 y CA difunden Desafío Net Zero 2030 con universidades de todo el país

Dirigido a estudiantes de pregrado de arquitectura y carreras afines, el concurso impulsará el desarrollo de iniciativas innovadoras para abordar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de cara al 2030.

La construcción a nivel internacional genera un 35% de residuos, consume igual porcentaje de energía, además de un 20% de agua dulce, como si fuera poco un 38% de gases de efecto invernadero son producto de esta actividad. Por otro lado, en Chile el déficit de viviendas es de 650 mil, es decir hogares que no tienen acceso a vivienda, lo que hace urgente avanzar en esta materia. Con estos antecedentes Construye2025 y el Colegio de Arquitectos de Chile lanzaron el Desafío Net Zero 2030, con la presencia de participantes de universidades e institutos técnicos de todo el país.

El concurso está dirigido a estudiantes de pregrado tanto de universidades como de institutos profesionales, que cursen carreras afines al área de la construcción. En este contexto, los jóvenes deberán formar equipos de cinco personas para desarrollar un diseño de prototipo de viviendas innovadoras y sustentables.

De esta manera, ambas instituciones buscan avanzar hacia el desarrollo sostenible, poniendo énfasis en la innovación para que la arquitectura y la construcción alcancen los objetivos de desarrollo sostenible que se esperan a 2030. El certamen aspira a contribuir al logro de la carbono neutralidad que Chile espera para 2050.

 Durante el lanzamiento, Jadille Baza, presidenta del Colegio de Arquitectos, recordó la obligatoriedad de la Calificación Energética a contar del próximo año. Además, hizo hincapié en la Ley Marco de Cambio Climático que apunta al cumplimiento de las metas a 2025, que están establecidas en la estrategia climática de largo plazo y a dar soluciones al urgente déficit habitacional.

Por su parte, Pablo Ivelic, presidente de Construye2025, puso énfasis en la urgencia de transformar a la industria de la construcción en una más productiva, y más sustentable. “Llevamos seis años de vida y mediante diferentes acciones hemos entendido que la principal manera de abordar este desafío es desde el diseño de la infraestructura”, afirmó.

El líder del programa impulsado por Corfo, expresó también su absoluta convicción de que a través de esta iniciativa “se pueden generar quiebres relevantes para cambiar en nuestro país, para hacer esta industria más productiva, más sustentable y generar un aporte de verdad”.

Asimismo, indicó que desde el proceso inicial de conceptualización de los proyectos quienes son parte de Construye2025 quisieron buscar un espacio para aportar a la formación de nuevos profesionales, para que la economía circular, el concepto de “cero emisiones” y la sustentabilidad sean parte de los parámetros de diseño.

La convocatoria

De esta manera, el llamado quedó abierto para que las casas de estudio patrocinen el evento, se inscriban en él y den las facilidades a sus estudiantes para ser parte del desafío. La meta es llegar a recibir un centenar de ideas de proyectos, apoyando a los equipos con cursos y capacitaciones relacionados con los cuatro pilares a evaluar: consumo neto de energía, emisiones netas de CO2, industrialización y economía circular.

“Construye2025 y la Cámara, han hecho varios estudios para detectar cuáles son las brechas que frenan la transformación de Chile como país más sustentable y productivo. El 40% de la brecha está en el diseño”, comentó el excoordinador de Innovación de Construye2025, Ignacio Peña.

Los equipos deberán integrarlos cinco estudiantes de los cuales, al menos, dos deben cursar Arquitectura. Además, todos los integrantes deben tener un avance de más del 50% de sus carreras. Del total de iniciativas que se inscriban en una etapa posterior se elegirá a las cinco mejores y de ahí saldrán los tres proyectos ganadores.

La recompensa para el equipo que logre el primer lugar será una pasantía de una semana -con todos los gastos pagados- en la Universidad de Nottingham, premio avaluado en cerca de 15 millones de pesos. En tanto, el equipo que obtenga el segundo lugar recibirá un premio en dinero de un millón y medio de pesos; y, el que se adjudique el tercer puesto, obtendrá un incentivo de un millón de pesos.

A la fecha, el Desafío Net Zero 2030 ha conseguido el compromiso de participación de 21 entidades de educación superior: Universidad Mayor, UTEM, Universidad de La Frontera, Universidad del Bío-Bío, Universidad de Chile, Universidad de Concepción, Universidad Santo Tomás, Universidad de La Serena, Universidad del Desarrollo, Universidad de Talca, Universidad Católica del Norte, Universidad Católica de Temuco, IP Virginio Gómez, Universidad de Santiago, Universidad de Valparaíso, Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad Técnica Federico Santa María, Universidad de Los Andes, Universidad de Las Américas, UNIACC y DUOC UC.

Fuente: Construye2025

Construye2025 y Colegio de Arquitectos se unen para impulsar “Desafío Net Zero 2030”

El programa impulsado por Corfo trabaja colaborativamente junto al gremio para avanzar hacia la carbono neutralidad, apoyando aquellas propuestas que incorporen metas para la reducción del consumo de energía, las emisiones de CO2 y hacer un uso eficiente de los recursos a través de la economía circular y la industrialización.

El martes 10 de mayo se concretó la firma, por parte de Pablo Ivelic, presidente de Construye2025 y Jadille Baza, presidenta del Colegio de Arquitectos de Chile, del Memorándum de Entendimiento para realizar el Concurso “Desafío Net Zero 2030”. Hasta la sede del Colegio de Arquitectos de Chile, llegó el equipo de Construye2025, encabezado por su presidente, para conversar sobre los objetivos del acuerdo y estampar la rúbrica que dio inicio al trabajo colaborativo entre las partes.

La iniciativa allanará el camino para lograr la carbono neutralidad del país hacia 2050, mejorando las capacidades profesionales de la construcción en temas relacionados con brechas productivas, sociales y medioambientales. Para ello, el gremio y el programa respaldarán mediante un concurso proyectos de vivienda social que incorporen metas de reducción significativa para consumo de energía y emisiones de CO2, así como el uso eficiente de los recursos, la disminución de residuos y retrasos en obras de edificación.

“Los indicadores son alarmantes. Consumimos un tercio de las materias primas; generamos un tercio de los residuos; y un tercio de los gases invernadero, a nivel país y a nivel mundial”, explicó el presidente de Construye2025, Pablo Ivelic, durante el encuentro.

En tanto, la presidenta nacional del Colegio de Arquitectos, Jadille Baza, destacó la importancia de generar un ecosistema que ayude a los futuros profesionales de la arquitectura, para que puedan enfrentar los desafíos que impone el cambio climático; a la academia, en formación e investigación; a los proveedores de materiales, en prácticas cada vez más sostenibles; y al sector construcción, entregando profesionales cada vez más empoderados, para que puedan proponer diseños y concretar construcciones Net Zero.

Ecosistema de alto impacto
“Sabemos que los cambios no suceden solos, se necesitan iniciativas trascendentes como esta. Estoy segura de que junto a nuestro directorio nacional y Construye2025 estamos en el camino correcto y pondremos a disposición todo lo posible y necesario, para que este concurso se transforme en un gran referente para generar los cambios urgentes y necesarios”, afirmó la presidenta del gremio.

En este sentido, Pablo Ivelic, recordó que el problema debe abordarse de raíz para lograr cambios transformacionales. “Debemos incidir en la formación de los profesionales que van a estar sentados con nosotros. Por eso, pensamos en un desafío universitario, para incorporar y fomentar en la formación de los futuros profesionales y en las bases del diseño, el trabajo Net Zero y contribuir al déficit habitacional del país. En ese camino, tuvimos la fortuna de encontrarnos con el Colegio de Arquitectos de Chile”, comentó.

Luego de la primera versión del concurso “Desafío Net Zero 2030”, que será lanzado en los próximos meses, ambas instituciones aspiran a levantar una plataforma que amplifique el impacto y acelere los cambios que la industria de la construcción requiere para hacer de Chile un país más productivo y sostenible.

Fuente: Construye2025

La necesidad de la mejora continua

Por Matías Yachan, ingeniero asociado E3 y asesor CES.

Las certificaciones nacionales son herramientas desarrolladas para visibilizar y masificar la eficiencia energética en Chile. Estas han sido diseñadas según la experiencia mundial, particularmente de países como Estados Unidos, Inglaterra y Alemania, los que llevan algunas décadas de ventaja ya aplicándolas. 

Justamente, la experiencia internacional ha permitido que CES cuente con los más altos estándares, preocupándose y abordando las distintas temáticas que preocupan al mundo de la sustentabilidad. Aunque este mundo muta su vocabulario constantemente, y se van incorporando nuevas variables que lo hacen más robusto, los principios básicos son bastante transversales y permanentes. Basta con considerar que hace 15 años se hablaba de arquitectura bioclimática, hace 10 de eficiencia energética, hace seis de sustentabilidad, hace cuatro de sostenibilidad, por un camino paralelo avanzaba el CO2 equivalente, y hoy se habla de Net Zero, y Reduce tu huella.

Dentro de los espacios habitados, todos estos conceptos apuntan a lo mismo, más o menos amplios, pero el fin sigue siendo el mismo: un uso de la energía más sustentable. Ello, ya sea desde una concepción de beneficio individual, donde una persona quiere beneficiarse de incorporar estos parámetros y, por ende, mejorar su propia calidad del ambiente interior, disminuyendo su facturación a fin de mes, como podría ser el interés en una vivienda. El mismo criterio aplicaría a una oficina, donde se puede buscar el confort de sus usuarios y una facturación reducida. O finalmente, bajo una mirada macro, de Estado o sociedad, donde el beneficio se interrelaciona con otras variables, por ejemplo, salud, y las externalidades negativas impactan en varias áreas. Cabe señalar que esta mirada macro, en los últimos años no sólo pertenece a planificadores sociales, sino que las masas han adoptado principios sociales en sus decisiones particulares, lo cual es un beneficio inmenso.

Independiente de cual sea la motivación, estas certificaciones apuntan a entregar una mejor calidad del ambiente interior (CAI) y disminuir las externalidades negativas. Y en eso, hacen muy bien su trabajo.

Se trata, entonces, de principios bastante estáticos, ya que la calidad del ambiente interior se encuentra asociada a satisfacer las condiciones que afectan a los cinco sentidos, como la visión o la sensación corporal térmica o acústica, y las externalidades negativas se pueden cuantificar, ya sea en dinero, CO2e, u otro, entonces, la barrera que falta por superar para dar el gran salto de traspasar todos estos principios del papel a la realidad y lograr la masificación corresponde a su factibilidad. 

Es aquí donde entra el principio de Certificación Nacional. Ya que la factibilidad y, por ende la masificación, se encuentran relacionadas con las condiciones locales y sociales para su aplicación. Muy distinto es premiar el uso de energías limpias a través de equipos modernos de alta eficiencia presentándose así en el papel, pero aplicarlo a una localidad donde el combustible utilizado es la leña y la realidad local ha tenido constantemente un presupuesto y una operabilidad que no se condice con el alcance del diseño. 

El proyectista es clave para lograr lo anterior, ya que debe tener la capacidad de acercar a la realidad local un diseño que tiene como objetivo cumplir los dos principios básicos: aumentar la CAI y disminuir las externalidades negativas, pero de manera factible. De nada sirve un Chiller con COP de 4.2 instalado en una escuela de Puerto Tranquilo, donde cualquier técnico para mantenerla se encuentra en Coyhaique y el costo de alcanzar confort encendiendo el sistema centralizado es tres veces superior al gasto que incurrían antes en el colegio a través de salamandras con las cuales no alcanzaban confort. El salto puede ser cuántico, y es responsabilidad de las autoridades y las políticas públicas generar TDRs concordantes, y no dejarlo sólo en manos del proyectista.

Bajo esta premisa de Nacional, CES justamente privilegió variables que fuesen aplicables a las distintas realidades locales, pero manteniendo altos estándares internacionales, mezcla compleja, pero factible. La premisa de hace casi 10 años, en los diseños de CES, de diferenciar entre arquitectura – diseño pasivo e instalaciones – sistemas activos, sigue siendo válida; sin embargo, el principio de la mejora continua ya tocó su puerta y el Instituto de la Construcción como entidad administradora de CES supo recoger las inquietudes y ya se encuentra en proceso de actualización.