La versatilidad del Centro de Residencia de Discapacidad de la región de Coquimbo

Niños y adolescentes necesitaban convivir en espacios confortables, que les permitieran compartir de manera segura. Por eso, en la reposición del edificio administrativo en Elqui destacan la amplitud, la luminosidad y los sistemas de climatización.

Con un fuerte enfoque en la calidad del ambiente interior se diseñó el nuevo Centro de Residencia de Discapacidad de Elqui, mandatado por el Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia del Ministerio de Desarrollo Social y Familia. Para lograrlo, se consideraron tanto sistemas pasivos como activos que pusieron énfasis en la luminosidad.

Lo anterior era fundamental para generar ambientes confortables y agradables para sus residentes. “A diferencia de otro tipo de infraestructura, en este lugar hay niños y adolescentes. Además, había que considerar el control de la climatización, porque las necesidades van cambiando y la actividad física también varía, de acuerdo con el itinerario de cada día”, explica la asesora CES Daniela Olmos, que trabajó codo a codo con Constructora CGC Ltda. y con el equipo de arquitectura DS2G Consultores, a cargo del arquitecto Dicson Gonzalez, en la etapa de diseño y desarrollo de la obra.

Igualmente, para la arquitecta fueron relevantes aspectos como el acceso visual al exterior, la ventilación natural y la calidad del ambiente interior. “Necesitábamos que todos los espacios fueran confortables desde el punto de vista térmico, visual, lumínico y de la calidad del aire. Además, hay una escasez hídrica importante en el norte, por lo que se hizo un gran esfuerzo para alcanzar cerca de un 50% de ahorro de agua potable, a través de sistemas y artefactos eficientes”, comenta.

Parte de los edificios existentes en Arturo Godoy 2150 tuvieron que demolerse, aunque las características del entorno se conservaron. De ahí que el primer desafío para los responsables del proyecto fuera adaptarse al entorno y a los requerimientos de la certificación. “Un segundo desafío fue desarrollar el proyecto en medio de la contingencia sanitaria, donde el stock de materiales que se había especificado para la certificación y que habían validado los cálculos cambió en el transcurso de la obra. Por lo tanto, hubo que buscar alternativas igual de válidas lo que tuvo un impacto en los tiempos de desarrollo, tanto a nivel proyectual como de ejecución”, sostiene Daniela Olmos.

Otro de los retos que tuvo que enfrentar el equipo era el perfil del usuario que habitaría el edificio las 24 horas del día y también sus particularidades. “Hay niños con movilidad reducida, así como diversos cuidadores”, relata la asesora CES. Asimismo, era complejo predecir la demanda y el consumo energético, debido a la diversidad de los usuarios y la amplia gama de actividades que se realizaban en los distintos espacios.

“Aunque el comedor tenía como objetivo que los niños comieran, éste también era un espacio en el que niños, niñas y adolescentes pasan gran parte del tiempo compartiendo o haciendo tareas. Finalmente, todo el edificio termina siendo su hogar. No era sólo un establecimiento de educación, sino también uno de salud, entonces esa dualidad de usos lo hacía muy diferente. Por eso, debía ser muy versátil”, detalla la profesional.

En el recinto se armaban pequeños grupos de cinco niños y/o adolescentes, que se organizaban como familias junto a sus cuidadores. En este contexto, era necesario generar pequeñas “casas” para que cada núcleo pudiera habitarlas, lo que se logró mediante prueba y error, hasta lograr cuadrar con las dinámicas y las distintas necesidades de los usuarios.

Asimismo, los aspectos de seguridad del edificio tuvieron un papel preponderante por los contextos de vulnerabilidad de donde provenían los niños y adolescentes, que -muchas veces- podrían presentar algunos comportamientos impredecibles. “Tenía que ser un espacio muy seguro, que no tuviera ningún elemento que pudiese generar un accidente”, relata Daniela Olmos.

El resultado de todo el trabajo mancomunado fue un edificio amplio, colorido, luminoso y digno con gran espacio exterior, paisajismo y espacios para hacer deporte. “Encontramos una fuerte incorporación de medidas pasivas, como una envolvente térmica mejorada y una proporción adecuada de vanos en muro, suficiente para conseguir una iluminación natural adecuada y responder a los requerimientos programáticos propios del proyecto”, argumenta el evaluador CES Mauricio Ramírez, de 88 Limitada.

En cuanto a los sistemas, el arquitecto valoró el adecuado balance entre equipos de muy buena calidad y alta eficiencia que, a la vez, son de fácil mantenimiento o reemplazo a futuro para el operador. Mientras que, en lo relacionado con la obra, Ramírez destacó el conjunto de edificaciones muy bien ejecutadas en lo que se refiere a partidas CES y a otras partidas no evaluadas por el sistema, que en su conjunto dan cuenta de espacios de alta calidad constructiva.

“Mediante termografías, anemómetro, luxómetro, termómetro de infrarrojos y otros instrumentos pudimos verificar el correcto funcionamiento de los sistema de climatización, iluminación y ventilación mecánica, así como de un buen desempeño pasivo, tanto en iluminación natural como en transmitancia térmica de muros, cielos y ventanas. Todos los dispositivos relacionados al ahorro de agua, así como el -acotado- paisajismo de bajo consumo estaban también en orden”, cuenta el evaluador CES.

Adicionalmente, el arquitecto valora que la empresa constructora puso a disposición todo el registro digital y en papel de la obra, lo que ayudó muchísimo en la verificación de partidas no visibles o iniciales.

En charla de la AOA revisan la aplicación de la Certificación CES 

Dos arquitectos con experiencia en sustentabilidad y el jefe de CES, Hernán Madrid, conversaron sobre el tema junto al socio de AOA y anfitrión de este ciclo de capacitaciones, Mauricio Ramírez. 

Una distendida y clarificadora jornada virtual se realizó el 19 de noviembre, en una charla organizada por la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), en la cual se expusieron los proyectos desarrollados por los arquitectos Raimundo Lira, socio de Lira Arquitectos Asociados; y Alfredo Massman, socio de Massman Arquitectos. 

En la conversación, que tuvo por objetivo explorar la aplicación de la Certificación Edificio Sustentable (CES) en dos edificios, con distintos programas arquitectónicos, ubicaciones geográficas y climas, participó el jefe de la Certificación CES, Hernán Madrid. 

El primer proyecto revisado fue el Edificio Corporativo de la Caja Los Andes, ubicado en Viña del Mar, que se construyó en 2016 y que obtuvo Certificación CES sobresaliente. En tanto, el segundo proyecto fue la Escuela Roberto White, emplazada en Palena, edificio certificado CES que se levantó en 2019. 

Durante el evento virtual, el jefe de CES, Hernán Madrid, explicó cuáles son los criterios y énfasis locales que considera la certificación, además de las características principales que se contemplan en el ciclo de vida de un edificio. “Algo que siempre destacamos es que el foco está puesto en el diseño pasivo que genera mejores condiciones de habitabilidad para las personas”, señaló.

Asimismo, el ingeniero destacó que las condiciones climáticas impactan de forma diferente a cada edificio; así como los parámetros técnicos que CES toma en cuenta a la hora de certificar un proyecto. Entre éstos, mencionó: las emisiones GEI, la calidad de ambiente interior, el agua y la gestión de residuos. 

“La Caja Los Andes hace muchos años está preocupada de entregar bienestar y calidad de vida a sus afiliados y trabajo. En este caso, obtener la certificación significó ir un paso más allá”, comentó Raimundo Lira, sobre el proyecto que comenzó a gestarse en 2014, en la Región de Valparaíso y que cuenta también con una certificación internacional. 

Enseguida, el arquitecto Alfredo Massmann, relató cómo se gestó la historia de la Escuela Roberto White, en Palena. Se llamó a un concurso donde había que proponer un proyecto en base a una evaluación económica y calidad del diseño. “Optamos por un proyecto prefabricado para que los pudiéramos trasladar y la exigencia CES viene desde el Estado. Por lo tanto, no era un tema nuevo pero la condición extrema de Palena requirió un acucioso trabajo”, detalló. 

Estrategias clave

En el edificio desarrollado en Viña del Mar, las dimensiones del terreno, los distanciamientos y altura fueron importantes. “El primer piso tiene atención de público, el tercero atención a pensionados, en el cuarto hay una terraza y del sexto al noveno hay oficinas administrativas. Una de las cosas importantes era la ubicación porque el edificio tiene cercanía con el metro tren lo que nos permitió disminuir la cantidad de estacionamientos, porque solo podíamos hacer dos subterráneos debido a las características del terreno”, indicó Raimundo Lira. 

En Palena, en tanto, se privilegió la orientación norte. Allí se construyeron dos pisos de aulas, las cuales eran importantes porque los niños pasaban allí el 85% del tiempo. “En el proyecto, se necesitaba una ganancia solar pasiva, además de iluminación y temperatura para el gimnasio. El terreno era bastante grande, así es que privilegiamos la orientación norte al máximo posible”, comentó Alfredo Massmann.

La integración de los especialistas fue crucial en ambos proyectos. “Buscamos una envolvente de alto desempeño y un diseño integrado Todas las especiales se orientaron a lograr las exigencias de la certificación, no tuvimos ninguna discrepancia porque coincidimos en la mayoría de las estrategias que podíamos tomar para el desarrollo del edificio”, explicó el arquitecto Raimundo Lira. 

Por su parte, Alfredo Massmann, comentó que desde el día cero hubo que preocuparse de la integración temprana del equipo. “Tenemos una estructura pre-armada para los proyectos que van con certificación: en el organigrama primero está arquitectura, luego viene el asesor de eficiencia energética o especialista en certificación CES que domina a las otras especialidades”, argumentó. 

Finalmente, Mauricio Ramírez, destacó que muchos colegas de AOA participan en proyectos CES, por lo que valoró la instancia de conversación que giró en torno a la experiencia de la certificación. 

“Contar con un sistema centralizado para gestionar la documentación es una gran ventaja”

El arquitecto Mauricio Ramírez, especialista en sustentabilidad, no solo valora la transparencia de la nueva plataforma CES, sino también el formato gráfico de la interfaz tipo cuadro de mando, que permite a todos los actores contar con información sobre el estado del proceso.

La nueva Plataforma de Gestión Documental (PGD) de Certificación de Edificio Sustentable está facilitando el trabajo de los evaluadores y clientes que la utilizan, ofreciéndoles ejecutar acciones automatizadas y un análisis estandarizado de la información.

“Creo que la plataforma se activa en un buen momento para CES. Por una parte, hay un flujo de proyectos tal que era necesario poder contar con un entorno digital con mayor estandarización. Por otra parte, tanto asesores como evaluadoras ya cuentan con experiencia suficiente como para poder sugerir y aportar ideas para posibles mejoras u optimizaciones al sistema”, afirmó el arquitecto Mauricio Ramírez, activo usuario de la plataforma.

Según el especialista, para un sistema de certificación como CES es una gran ventaja competitiva contar con un sistema centralizado para gestionar la documentación. “La gestión de la calidad hace mucho énfasis en la calidad de las evidencias, en la organización clara de los procesos, en las acciones correctivas para evitar no conformidades y en la mejora continua. Veo que la plataforma responde muy bien a éstos y otros conceptos presentes en sistemas de gestión de la calidad como ISO 9001 y eso me deja muy contento”, comentó.

Otro aspecto positivo, para el socio fundador de 88 Limitada es el formato gráfico de la interfaz tipo “cuadro de mando”, que permite contar con información sobre el estado del proceso a todos los que interactúan en una certificación: mandante, administradora, asesor y evaluadora. “La transparencia en un sistema de certificación siempre será bienvenida”, acotó Mauricio Ramírez.

No obstante, a partir del potencial que tiene digitalizar el proceso de certificación CES en una plataforma de este tipo, el arquitecto propone incorporar a futuro la posibilidad de incluir la medición en tiempo real de los edificios que optaron a sello Plus Operación o de los que no optando al sello, cuenten con sistemas BMS (Building Management Systems) para gestión de sus operaciones. “Esto permitiría muchas otras cosas: benchmarking en tiempo real; recolectar y procesar datos para mejorar procesos; sugerir optimizaciones a propietarios ya certificados CES o los potenciales; y un sinnúmero de otras posibilidades propias de la digitalización de nuestro entorno físico”, afirmó.

Según el evaluador, la Plataforma de Gestión Documental es el lugar digital donde se podría gestionar la información del ciclo completo de sustentabilidad del edificio que se certifica. Esto, tendría un gran potencial porque, a través de herramientas de Business Intelligence (BI), se podría generar información muy relevante para las futuras actualizaciones de la certificación, así como para políticas públicas que Chile puede implementar o perfeccionar. “En este último caso, no nos olvidemos que no tenemos exigencias obligatorias de sustentabilidad para edificios terciarios, por lo que el conocimiento que se está generando a propósito de los edificios certificados CES tiene un tremendo valor para nuestro país y para ir avanzando hacia un entorno construido más sustentable”, concluyó Mauricio Ramírez.

A contar de septiembre de 2021, los procesos de certificación CES comenzaron a incorporarse a la nueva plataforma web.

Edificio Aulas y Facultades de la UCM, pioneros en Sello CES “Plus Operación”

La Universidad Católica del Maule está marcando la diferencia en sustentabilidad, no solo en infraestructura, sino también en operaciones y mantenimiento.

Para garantizar que sus espacios sean adecuados, sustentables y confortables para la comunidad, la Universidad Católica del Maule (UCM) recurrió a la Certificación Edificio Sustentable (CES), que permite evaluar, calificar y certificar el comportamiento ambiental de edificios de uso público en Chile, tanto nuevos como existentes. El trabajo de la Dirección de Administración e Infraestructura y la asesoría de Mauricio Ramírez de 88 Limitada han dado tan buenos frutos que, hoy, el Edificio de Aulas y Facultades de la UCM es el primero a nivel nacional en obtener el sello CES “Plus Operación”.

 El plan maestro integral de la institución considera un plan de operación y mantención que llena de orgullo a la comunidad. “Todos estos esfuerzos, sólo buscan generar espacios propicios para la enseñanza y aprendizaje y así poder aportar a la región y al país con profesionales formados al más alto nivel de calidad”, afirma Gerardo Ojeda, director de Administración e Infraestructura de la UCM.

 En 88 Limitada le propusieron a la universidad certificarse con el sello “Plus Operación”, ya que, además de enriquecer toda la gestión de los activos, actúa como una tercera parte, para que la operación y el mantenimiento, efectivamente, se haga bajo un estándar de alta calidad. “Los edificios están alojados en las gerencias o en este caso en la vicerrectoría económica y a los ingenieros cualquier certificación les calza muy bien”, explica el asesor CES, Mauricio Ramírez.

Medición constante

 El sello que dura tres años certifica que los edificios se están manteniendo adecuadamente y que el uso eficiente de los recursos se está midiendo “Ser el primero de todos los rubros a nivel nacional en tener la certificación ‘Plus Operación’, es un tremendo logro de la institución, que evidencia su esfuerzo por lograr contar con los mejores estándares para sus estudiantes y funcionarios. Este sello de calidad, ya está instalado en el ADN de la Universidad y está declarado literalmente en su Plan Maestro de Infraestructura, que dictamina que todas las edificaciones que se construyan en la UCM, deben lograr la certificación CES”, añade Gerardo Ojeda.

Además del acompañamiento permanente, el asesor CES tendrá la misión de servir de guía, para los funcionarios, capacitando y fortaleciendo al equipo de mantenimiento, de modo que puedan hacer los reportes y seguimientos que exige este sello. “Ahora, el edificio medicina también va a ir con sello ‘Plus Operación’ y lo mismo se espera para otros edificios que están en desarrollo, en los cuales ya se está trabajando. Esto va a ser un estándar”, afirma Mauricio Ramírez.

El sello “Plus Operación” implica llevar un registro mensual o semanal de los consumos, a través de un sistema de extracción de datos. “Se colocan lectores en los tableros, se mide la cantidad de energía que se usa en calefacción, enfriamiento y cualquier otro equipo dentro del edificio. Todos los reemplazos de componentes se tienen que hacer en función de lo que se certificó en CES; se deben hacer encuestas de satisfacción al menos cada seis meses; y hacer el cruce para ver si hay cosas que no están funcionando de manera adecuada”, señala el especialista de 88 Limitada. 

De esta manera, se forma una línea base y se proponen mecanismos de mejora. “Por ejemplo, si salió elevado el consumo de calefacción y durante el año se observó que faltaba control en los termostatos, una medida de mejora es ver cómo conseguir que se regulen de una forma coherente y que no vaya cualquier persona a cambiar los termostatos. Se trata de desarrollar estrategias, implementarlas y volver a medirlas”, agrega Mauricio Ramírez.

Con los reconocimientos de la calidad de la infraestructura, las operaciones y el mantenimiento, la UCM espera ofrecer las mejores condiciones para la comunidad y, por eso, replicará los esfuerzos en los nuevos proyectos de infraestructura que está ejecutando la UCM, tanto en el Campus San Miguel, como en el Curicó. En esta comuna, comenzó con el diseño de urbanización y trabajos previos de su nuevo Campus en el sector de Rauquén y ya proyecta nuevos edificios en el Campus San Isidro, ubicado en el sector de Los Niches.

Ficha técnica:

Nombre de la obra: Edificio de Aulas y Facultades UCM.
Superficie: 8.941,53 m2.
Mandante: Universidad Católica del Maule.
Ubicación: Campus San Miguel , Avenida San Miguel 3605, Talca.
Arquitecto: Christian López Olivarí.
Programa: Aulas, oficinas de académicos, laboratorios, salas de reuniones, auditorios, estacionamientos subterráneos.