Boris Olguín: “Debemos avanzar a infraestructura y edificación pública más sostenible”

El director general de Obras Públicas se refiere a la importancia que le da el MOP a la sostenibilidad y los avances que se esperan para este año desde el área que dirige.

En abril de 2023, el ingeniero y constructor civil Boris Olguín Morales asumió como director nacional de la Dirección de Aeropuertos (DAP) del Ministerio de Obras Públicas (MOP). Meses más tarde, fue nombrado como el nuevo Director General de Obras Públicas (DGOP).

Durante su gestión, ha puesto un marcado foco en la importancia de la sustentabilidad, porque ésta “juega un rol fundamental relacionado con el devenir presente y futuro de la construcción pública en el país”. 

Para darle curso a estos desafíos, el MOP creó la División de Infraestructura Sustentable, teniendo por foco aportar al desarrollo de las obras públicas mediante directrices e implementación práctica de criterios sostenibles en contratos de infraestructura. “Esto permite incorporar un enfoque territorial y resiliente a nuestro quehacer, con legitimidad social, resguardo ambiental y eficiencia en el uso de los recursos públicos”, explica Olguín.

Para este 2024, uno de los principales desafíos de la División es la actualización del Plan de Cambio Climático e Infraestructura, “lo que va a permitir avanzar en temas de economía circular, huella de carbono e infraestructura verde”, adelanta la autoridad.

Por otra parte, el MOP a través de sus servicios ejecutores exhibe relevantes avances, destacando la Certificación Edificio Sustentable (CES). “En la actualidad, tenemos 75 edificios públicos con este sello y 186 diseños precertificados, principalmente a partir de los esfuerzos, en este sentido, desplegados por la Dirección de Arquitectura. Además, estamos trabajando en la misma línea de certificación CES con la edificación aeroportuaria a cargo de la Dirección de Aeropuertos a nivel regional”, especifica.

Francis Pfenniger, Boris Olguín y Loreto Wahr en los Premios CES 2023.

¿Por qué decidieron trabajar con CES en una versión para certificar los aeropuertos nacionales?

Actualmente, existe una Certificación Edificio Sustentable para hospitales y otros edificios de uso público, iniciativa que ha sido impulsada por la Dirección de Arquitectura del MOP.

Sin embargo, no hay una herramienta que considere el comportamiento ambiental de las instalaciones aeroportuarias del país. Por esto, y considerando la normativa nacional e internacional, en la Dirección de Aeropuertos decidimos realizar un estudio que nos permita establecer una certificación de sustentabilidad específica para este tipo de infraestructura.

Hoy estamos en una etapa de diagnóstico, y a mediados de 2024 pretendemos disponer los antecedentes al sistema CES que permitan ajustar los requerimientos de energía, agua y acústica a la realidad aeroportuaria de Chile. A su vez, hacia fines del próximo año ya debiéramos establecer una primera versión de los nuevos requisitos CES para aeropuertos, la que contará con una segunda edición durante 2025.

¿Qué proyecciones ve para la sustentabilidad de las obras públicas?

Estamos trabajando en distintas líneas para hacer cada día más sustentables nuestras obras. El 2024 estaremos enfocados en actualizar el Plan de Cambio Climático para la Edificación e Infraestructura Pública, lo que establecerá una hoja de ruta para aumentar la resiliencia de los territorios frente a los impactos del cambio climático y, además, aportar a los compromisos del país en materia de carbono neutralidad a través de la reducción de emisiones. Esto se realizará con la participación activa de distintos actores, tanto del sector público como privado, academia y comunidades. 

Esto implica un compromiso firme con el desarrollo de infraestructura resiliente, a través de la incorporación de nuevas metodologías de diseño que consideren proyecciones de cambio climático, asegurando que pueda soportar las condiciones futuras más adversas, como sequías, inundaciones por lluvias intensas y deshielo de glaciares, marejadas, entre otros.

¿Cómo avanzan en iniciativas específicas?

Estamos avanzando en pilotos, como por ejemplo, el puente Bicentenario en Concepción, en donde destacan jardines verticales para absorber CO2, reutilización de aguas lluvias, pantallas acústicas y accesibilidad universal, entre otros elementos. En la reconstrucción de puentes que se vieron afectados por los eventos de inundaciones en el invierno 2023, la Dirección de Vialidad está rediseñándolos con criterios de cambio climático, considerando las proyecciones de caudales futuros. 

En Servicios Sanitarios Rurales, estamos incorporando paneles fotovoltaicos, lo que conlleva una energía más amigable y que implica menos recursos para la comunidad. En infraestructura portuaria estamos trabajando en ajustar los criterios de diseño para el nuevo clima de oleaje, habilitando espacios seguros y accesibles en bordes costeros. En pavimentos, tanto de obras viales como aeroportuarias, estamos reciclando material de fresado y áridos, generando ahorros significativos en términos de plazos, económicos y ambientales.

En definitiva, como Ministerio entendemos que debemos avanzar en hacer nuestra infraestructura y edificación pública, con criterios cada día más sostenibles y amigables con el ambiente y la comunidad.

Otro de los focos que está cubriendo el MOP es la creación de su nueva Política de Sustentabilidad, para lo cual la cartera ha hecho un llamado a diversas instituciones colaboradoras. En el caso del Instituto de la Construcción, el representante es Hernán Madrid, jefe de CES.

El DGOP en el cóctel de fin de año del Instituto de la Construcción.

Se da inicio al trabajo para crear la versión CES + Resiliencia

Con el apoyo del Comité Directivo CES más la AICE, Achisina y Sochige, se realizó una primera reunión de Comité Consultivo que permitió definir los lineamientos del trabajo que tendrán los comités técnicos que comenzarán a sesionar en marzo.

Según el Global Risks Index 2023 del World Economic Forum, los desastres naturales y los eventos extremos del clima son el segundo y el cuarto mayor riesgo al que se enfrentará el planeta en los próximos dos y 10 años, respectivamente. 

Por ello, se espera que fenómenos como por ejemplo aumento de las temperaturas máximas, aumento o concentración de lluvias, junto al riesgo sísmico, de incendios forestales, entre otros, continúen creciendo. 

Es en vista de estos fenómenos que el Comité Ejecutivo del Instituto de la Construcción junto con el Comité Directivo de la Certificación Edificio Sustentable (CES) aprobaron la idea de crear una nueva versión de la herramienta nacional, que por el momento ha sido denominada CES + Resiliencia.

Así, en diciembre de 2023 se realizó un primer Comité Consultivo, que contó con la participación de los integrantes del Comité Consultivo de CES más instituciones que participan en el Código Modelo Sísmico para América Latina y el Caribe: la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE), la Asociación Chilena de Sismología e Ingeniería Antisísmica (Achisina) y la Sociedad Chilena de Geotecnia (Sochige).

En esta primera instancia, se presentó la idea y el posible alcance de esta herramienta. “Se hizo un paralelo entre las categorías de la actual certificación (energía, agua, materiales, residuos) con áreas temáticas que podría abordar la certificación CES + Resiliencia”, cuenta Hernán Madrid, jefe de CES.

Así, se establecieron seis posibles áreas de trabajo: riesgos sísmicos, riesgos de inundaciones, riesgos de incendios, riesgos de cambio climático, específicamente respecto del cambio de temperaturas máximas y lluvias concentradas; riesgos de vientos y riesgos de erupciones volcánicas.


Sin embargo, el grupo decidió acotar, en una primera versión, en dos áreas: riesgos sísmicos y riesgos de cambio climático, debido a la expertise de los colaboradores de CES y del Código Modelo Sísmico para América Latina y el Caribe, del cual el IC es la secretaría técnica.

“Los comités técnicos comenzarán a funcionar en marzo y se buscarán líneas de financiamiento para abordar la nueva versión de manera completa, es decir, las seis áreas vistas”, precisa Madrid.

El ingeniero también acota que ésta será una certificación de diseño y construcción para proyectos que quieran evaluar los riesgos a los que están sometidos, lo que se relaciona “con que el Ministerio de Desarrollo Social hizo obligatorio a partir del 1 de enero de 2024 una metodología de evaluación de riesgos para los proyectos, como parte de la evaluación que hace el Ministerio para calificar la inversión de determinados proyectos”.

Asimismo, especifica que con esta herramienta se podrían abrir una nuevas oportunidades laborales y líneas de negocio, por tanto se necesitarán asesores y entidades evaluadoras para las áreas no cubiertas con CES.

Preliminarmente, se espera contar con un primer borrador de esta versión a fines de este 2024.

CES reconoce el compromiso de la DA-MOP con la sustentabilidad

Desde los inicios de CES, la DA del Ministerio de Obras Públicas se ha alineado con sus objetivos. Sólo este año, fue mandante de cuatro de los edificios ganadores del Premio CES: el Hospital de Curicó; la Prefectura Aconcagua y Segunda Comisaría de San Felipe; la Fiscalía de Pucón, y el cuartel de Bomberos Segunda Faja de Villarrica.

Paola Molina, presidenta de CES, y Juan Andrés Herrera, subsecretario de Obras Públicas.

La presidenta de CES, Paola Molina, entregó el galardón del Premio CES 2022, a José Andrés Herrera, subsecretario del Ministerio de Obras Públicas, que el día de la ceremonia llegó a recibirlo en su calidad de ministro (s) de la cartera. Junto con agradecer la distinción, la autoridad destacó el trabajo de CES y cómo éste se relaciona con los nuevos tiempos.

“Yo vengo de la minería, fui gerente de proyectos mineros y otros más. Estuve mucho tiempo en obras y recuerdo cuando al principio entrábamos en estos temas, hace 20 años, 15 años, donde todavía, pese a la importancia que tenían los temas medioambientales y de sustentabilidad, había una resistencia por parte de los actores mineros a incorporarlos. Hoy día ya, eso es un desde”, asegura Herrera.

Además, la autoridad valoró -como fortaleza importante- el trabajo en equipo a la hora de conseguir resultados óptimos en la industria. “Ninguna de estas obras la ha hecho una sola persona y es claro que no se pueden hacer estas cosas sin trabajo en equipo; muchas disciplinas, muchos actores públicos, privados y otros más están permanentemente participando para tomar buenas decisiones y sacar adelante un proyecto como este”, resaltó.

Junto con esto, José Andrés Herrera, se refirió a los desafíos que plantea el cambio climático. “Creo que no hay nadie que haya intervenido acá, que no haya reconocido la importancia de considerar el cambio climático como un fenómeno estructural que nos está afectando a todos y todas. Las estrategias -como ustedes saben- que estamos usando, tienen que ver con mitigación y adaptación. Yo creo que debemos avanzar a hacer una cosa mucho más ambiciosa y desafiante que es la estrategia de transformación, no solo de la infraestructura, sino que, de la mano de ella, nuestras prácticas sociales”, aseguró.

Finalmente, el representante de la DA MOP quiso resaltar la labor de los funcionarios de la repartición. “Por cierto, quisiera recibir con mucho gusto, entusiasmo y emoción este reconocimiento que se le hace a la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas. Me tocó recibirlo, pero la verdad es que quien lo merece es cada una y cada uno de los funcionarios y funcionarias del Ministerio de Obras Públicas que trabaja en la Dirección de Arquitectura. Ellos son los que finalmente movilizan las decisiones, los recursos, la energía, las horas extras y el sobretiempo. Ellas son las responsables de que estas cosas se materialicen”, afirmó.

Renovación del Edificio Norte de CEPAL: Adaptándose a los nuevos tiempos

Con cerca de 56 años de existencia, el complejo de CEPAL en Vitacura avanza en el desarrollo de un nuevo proyecto de renovación, esta vez en su sector Norte. Al ser una intervención en una estructura ya existente, la tarea resulta compleja por lo que la implementación de metodologías como BIM será clave, al permitir abordar de forma integrada y anticipada la coexistencia de múltiples especialidades.

Ubicado en la comuna de Vitacura, en Santiago, se encuentra el Edificio de las Naciones Unidas, sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), considerado como un verdadero hito de la arquitectura moderna latinoamericana. Inaugurado en 1966, este edifico diseñado por el arquitecto chileno Emilio Duhart, en colaboración con Christian de Groote, Roberto Goycoolea y Oscar Santelices se inspira en la obra del famoso realizador francés Le Corbusier, con hormigón a la vista y juego de volúmenes, además de combinar elementos alusivos a la historia y el arte de América Latina.

Según se menciona en su sitio web, la construcción es una gran estructura de concreto armado, robusta y ligera a la vez, en la que el piso principal aparece sostenido por 28 pilares. Su referente más característico es el “Caracol” ubicado al centro del edificio, que contiene en su interior dos salas de reuniones circulares que representan la igualdad de todos los países miembros.

Con más de 56 años de vida, la obra ha pasado por diversos cambios y situaciones que la han llevado a realizar modificaciones, como por ejemplo, tras el terremoto de 2010 donde la estructura sufrió algunos daños menores, por lo que el edificio fue sometido a remodelaciones para modernizar sus espacios y recobrar en algunas zonas el diseño original de sus creadores, renovando su cuarto piso que incluyó una moderna sala de conferencias.

De la misma forma y para estar acorde a los nuevos tiempos, en 2022 se anunció el desarrollo de un nuevo proyecto para la construcción y renovación del Edificio Norte de CEPAL; idea que ya venía gestionándose desde el año 2016.

Proyecto de Renovación

La renovación y construcción del edificio ubicado en la Sección Norte del complejo de CEPAL, comprende aproximadamente 2.600 m² de superficie interior e incluye espacios de oficinas y áreas comunes para cerca de 145 funcionarios, salas de reuniones y baños. “El proyecto se circunscribe dentro de una estrategia global de Naciones Unidas de actualización de sus activos inmobiliarios y en esa revisión notamos que había trabajo pendiente, edificios que requerían cambios, producto de, por ejemplo, actualizaciones de norma y que tenían un consumo excesivo de energía”, explica el arquitecto Eduardo Lyon, jefe sección de Servicios generales de CEPAL.

A raíz de aquello, se realizó una evaluación con TCO (costo total de propiedad), que corresponde a una evaluación del ciclo de vida del edificio, para entender cuál es el real costo y cuál es la estrategia más adecuada para el edifico: ya sea, reemplazarlo, repararlo, cambiarle la maquinaria, etcétera. “Lo novedoso de este análisis es que toma el ciclo de vida completo del edificio e incluye el costo de operarlo”, comenta Lyon.

Importancia de nuevas tecnologías

El proyecto presenta la complejidad de ser una intervención a una estructura pre existente, además de incorporar tecnologías adicionales a las de un proyecto tradicional de este tipo. Ante este desafío la implementación de BIM es clave, porque permite abordar de forma integrada y anticipada la coexistencia de múltiples especialidades. “El desafío en esta obra era abierto y usando tecnologías BIM pudimos modelar el edificio antes de construir, nos permitió entender que el edificio iba a ser económicamente factible y nos iba a permitir ahorrar energía”, señala Lyon.

El uso de BIM, desde las primeras etapas del diseño, se pretende extender hacia la etapa de construcción e incluso a la posterior operación del edificio, siempre teniendo como objetivo la integración de los sistemas en un modelo cuyo objetivo es la eficiencia y la sostenibilidad. “Gracias a BIM sabíamos cuánto podría ser el consumo del edificio: cuánto iban a consumir las plantas fotovoltaicas, las capacidades de todo, las ingenierías, etcétera. Una integración temprana es una ventaja que ofrece BIM ya que mucha gente puede colaborar. ¿Por qué hacer las preguntas después si gracias a BIM las puedes hacer antes?”, comenta Lyon, agregando que con el uso de BIM se pueden establecer parámetros, valores de un proyecto, modelar, entre otros.

Y es que de acuerdo al arquitecto, BIM trae también la conversación a la mesa. “Contamos con el apoyo de Construye2025, tuvimos conversaciones con otros grupos, con la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), nos volvimos una especie de experimento continuo. Hemos tenido conversaciones sobre todo, implementando BIM y economía circular”, sostiene Lyon.

Sobre esto último, desde CEPAL, señalan que la economía circular tiene un rol fundamental a la hora de entender el desarme del edifico existente. “Una sistematización en las faenas de retiro y clasificación de elementos constructivos tendrá como prioridad la reutilización o reciclaje de estos, para que solo en última instancia se deba realizar una disposición final en depósitos de residuos autorizados”, explica Lyon, agregando que se ha establecido como parte del proyecto un plan de reciclaje, donde mediante mecanismos de trazabilidad se permita tener un registro de las posibilidades de reutilización como primera prioridad. Adicionalmente, como fomento a pequeños productores y proveedores locales, el proyecto contempla la utilización puntual de revestimientos sustentables artesanales locales y el uso de materias primas provenientes de elementos vegetales. 

Así, estos elementos transforman el proyecto en un hito por dos razones principales: el proceso y el producto en sí. “Al hablar del proceso nos referimos a la colaboración que ha habido entre diferentes partes y por la simultaneidad. Estamos acostumbrados a la secuencialidad, una cosa detrás de la otra, los errores caen en las manos del otro. Al hacer el proceso simultáneo, se está mostrando una manera de cómo debería hacerse la arquitectura pública en Chile, cómo colaborar, cómo agruparse. Es un proceso interesante de estudiar, repetir y mejorar”, señala Lyon.

Por su parte, al hablar del producto, se hace referencia al hecho que los edificios sean generadores de energía y tengan la capacidad de generar el confort mediante las soluciones técnicas adecuadas. “Este edificio tiene un nivel tecnológico interesante y a pura tecnología local. Todo se controla desde una central, por un computador o varios, desde el riego hasta los enchufes. Hay plataformas de control con los aires acondicionados de todas las oficinas. Los pisos de trabajo tienen sensores que van alineando las luces de acuerdo a la luz que hay afuera. Tiene sensores de movimiento para apagar las luces, etcétera. Este edificio va a incorporar automatización del mismo”, explica Lyon.

Llamado a participar

Para poder avanzar con el desarrollo de renovación y construcción del edificio Norte, la Comisión Económica para América Latina y El Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL), está realizando un Requerimiento de Expresión de Interés para identificar empresas constructoras, individuales, consorciadas o en colaboración empresarial conjunta, locales e internacionales, con sólida experiencia, y que cumplan con los requerimientos técnicos, financieros y legales, para ser precalificadas como potenciales contratistas para la ejecución de las obras del proyecto.  

Las empresas constructoras interesadas pueden acceder a los detalles del presente Requerimiento y Bases Administrativas en los siguientes enlaces:

https://www.un.org/Depts/ptd/sites/www.un.org.Depts.ptd/files/pdf/eoi20021.pdf

https://www.ungm.org/Public/Notice/178833

Aquellas empresas constructoras que sean precalificadas por CEPAL en función de su idoneidad técnica, financiera y legal, serán invitadas a participar en el proceso de selección de oferentes que CEPAL llevará adelante a través de un Requerimiento de Propuestas Multietapa con Diálogo Competitivo. La fecha límite para presentar las expresiones de interés es hasta el 27 de septiembre de 2022.

Para más información, consultas o aclaración durante el proceso, escribir a: santiago.vasquezcazar@cepal.orgmarcela.morales@cepal.orgmilitza.buitrago@cepal.org

Fuente: CDT

Huella de carbono en la edificación y el vínculo con las certificaciones

Por Paola Valencia, gerenta de Sostenibilidad de E3

Como ya es ampliamente conocido, según el último reporte de Global Alliance for Building and Construction, el sector vinculado a edificación es responsable del 38% de las emisiones globales de GEI, donde un cuarto de éstas corresponde a las emisiones generadas en los procesos de producción de materiales, transporte y construcción. Por lo tanto, hoy en día se sabe que tres cuartos de las emisiones del sector corresponden a carbono operacional y un cuarto a carbono incorporado. 

Sin embargo, ya hace muchos años que sabemos que el sector construcción es responsable de éste y otros impactos ambientales y ha sido uno de los sectores más lentos en incorporar cambios de buenas prácticas no sólo medioambientales, sino también de innovación, tecnológicas y sociales. Y ¿por qué ocurre esto? Bueno, por algo muy simple, porque al menos en Chile este sector compite sólo por costos directos y no considera los costos indirectos. Esto quiere decir que no paga impuestos por los diferentes impactos que genera. Un ejemplo muy claro de esto es que es más barato botar basura que valorizarla. Esto es grave, porque esos impactos ambientales los terminamos pagando todos, dado que el estado invierte un porcentaje no menor del presupuesto nacional en mitigación de daños ambientales, tales como planes de descontaminación, subsidios a familias de zonas saturadas, reforestación, gastos en salud por consecuencia de la contaminación y tantos otros.

Un gran desafío que tenemos en el sector construcción es lograr que nuestros procesos sean ambiental y socialmente responsables y para lograr esto, una de las herramientas más potentes son las certificaciones medioambientales, pero cuando promovemos estos sistemas, lo primero que encontramos por parte de la industria es la respuesta “es más caro”.

Por ello, es muy relevante avanzar a nivel nacional en levantar datos sobre los impactos ambientales vinculados a los procesos productivos y reflejar esto en los costos de producción, tomando para esto uno de los principios de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, que señala que “El que contamina paga”. En este contexto, todos los procesos productivos deberían pagar impuestos ambientales de acuerdo con su nivel de impacto y, bajo este concepto, claramente un proyecto certificado con estándares de sustentabilidad tendería a ser más económico que uno no certificado.

Las certificaciones medioambientales de edificios también tienen un rol fundamental en la generación de datos e información ambiental sobre los procesos de producción, construcción y operación de los edificios e infraestructura. Es así como hace más de 20 años que se han implementado certificaciones medioambientales en el mundo, que buscan cambiarle la cara a la industria hacia una más responsable y verde. En ese sentido, se destaca a Chile como uno de los países que no sólo ha implementado sistemas internacionales, sino también desarrollado e implementado sistemas nacionales que ayudan a movilizar al sector a incorporar prácticas de menor impacto ambiental.

Es por esto que vale la pena destacar cómo están abordando la reducción de emisiones de GEI los sistemas de certificación medioambiental que están operando en Chile y que son las certificaciones internacionales LEED y EDGE, y las certificaciones nacionales CVS y CES. En ese sentido, se destaca que todos los sistemas tienen un enfoque de ciclo de vida para abordar la promoción de reducción de energía y por ende de emisiones de GEI, aunque claramente algunos la abordan con mayor profundidad que otros. Los temas en los que coinciden la mayoría de estas certificaciones son premiando el uso de materiales y productos que documenten la energía incorporada en sus procesos, medidas de eficiencia energética en el diseño del edificio, en los equipos de iluminación, climatización, agua caliente sanitaria y la incorporación de energías renovables.

Y al igual que las certificaciones anteriores la Certificación Edificio Sustentable se destaca por promover la eficiencia energética con enfoque de ciclo de vida, ya que premia a los proyectos que documenten la energía incorporada en los materiales, medidas de eficiencia energética en el diseño arquitectónico, en diseño de iluminación, en sistemas de climatización y de agua caliente sanitaria y a los que incorporen energías renovables.