Certificaciones nacionales contribuirán a la masificación de la CEEUP

En enero del 2021 se aprobó la Ley de Eficiencia Energética que obliga a las inmobiliarias, constructoras y a proyectos de vivienda pública a usar la Calificación Energética de Vivienda (CEV) y deja consignado un plazo de 4 años para que se desarrolle y entre en operación la Calificación Energética de Edificios de Uso Público (CEEUP).

Esta ley establece la obligatoriedad de etiquetado energético de viviendas a partir del año 2023 y de edificios de uso público, comercial y oficinas a partir del año 2025.

En este sentido, el Instituto de la Construcción (IC) ha liderado el desarrollo de los estudios que permitirán la creación de ésta última calificación de edificios, coordinada e integrada a la Certificación Edificio Sustentable (CES), a través de un trabajo colaborativo en base a un comité técnico conformado por profesionales de los ministerios de Vivienda, Energía y Obras Públicas.

Yoselin Rozas, profesional de la Unidad Edificación y Ciudades de la División de Energías Sostenibles, del Ministerio de Energía, señala que “la colaboración del IC junto a los ministerios en este tipo de estudios permite una mirada que integra los ámbitos público y privado, además de la colaboración con la academia, consultores, y actores relacionados”.

Paola Molina, presidenta del Comité de Economía Circular del IC y presidenta del Directorio de la Certificación CES, señala que la Certificación CES -administrada por el IC- considera dentro de sus variados requerimientos, la demanda de energía, por lo que se vuelve muy necesario el desarrollo de una Calificación Energética de Edificios de Uso Público que permita estandarizar y visibilizar en el sector, la demanda energética de dichos edificios.

”En el proceso de formulación de la CEEUP, ha sido relevante la colaboración desde CES porque ha sido posible traspasar la experiencia y conocimientos de los edificios de uso público adquirida durante los años de funcionamiento, y de esta manera se han incorporado algunas de las condiciones base para la evaluación de edificios, tales como cargas internas, ocupación, desagregación por tipo de uso, entre otras”.

Por otra parte, la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS), liderada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), y administrada por CTeC, contribuye a la labor que desarrolla la Calificación Energética de Vivienda (CEV), fomentando este sistema como herramienta de evaluación de los aspectos de eficiencia energética de las viviendas en Chile.

Allan Ubilla, coordinador de proyectos de CTeC, señala que la CEV, además de ser por sí sola una herramienta de evaluación energética de viviendas, es el único instrumento de evaluación de los requerimientos de confort térmico pasivo y de reducción de demanda térmica de la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS), los cuales, a su vez, son requerimientos obligatorios para acceder a cualquiera de los 3 niveles de certificación que ofrece la CVS. Y esto aplica para las 3 macrozonas que diferencia el sistema CVS.

“Hasta ahora esta calificación es voluntaria, pero con la nueva Ley de Eficiencia Energética ya promulgada y que entrará en vigencia prontamente, se hace obligatorio que las edificaciones, incluyendo viviendas, cuenten con una calificación energética y su etiquetado para obtener la recepción final, por lo que las empresas tendrán prontamente la obligación de calificar sus proyectos”.

Certificaciones nacionales

Las Certificación Edificio Sustentable CES y la Certificación de Vivienda Sustentable CVS incluyen varios aspectos para su análisis como energía, agua, confort, residuos, etc., y las calificaciones energéticas CEV y la futura CEEUP, se enfocan específicamente en el requerimiento de energía y las emisiones que este genera, de manera más detallada, sirviendo para validar este punto con mayor precisión en las certificaciones antes mencionadas.

“Hoy tenemos que estar orgullosos con las herramientas que se han y están levantando en nuestro país, porque están adaptadas a los requerimientos locales y permiten disponer de los recursos necesarios para avanzar en la industria de manera asertiva y pertinente a todos los desafíos que hoy se le plantean para el sector tanto a nivel nacional como mundial. El hacerlo oportunamente, permite una máxima eficiencia y costo, además de una óptima calidad de vida para los usuarios finales”, indica Paola Molina.

Yoselin Rozas, señala que “la Calificación Energética de Viviendas y Edificios formará parte de ambas certificaciones, permitiendo acreditar el ítem de energía, es decir, cuando un mandante decide certificar un proyecto, como parte del proceso de certificación obtendrá también la calificación energética. De esta manera, la contribución de CES y CVS a la calificación es directa”.

“Hay varios beneficios para los usuarios finales de viviendas calificadas y/o certificadas. Primero, al fomentar mejoras en las viviendas en pos de la eficiencia energética a través de la CEV y CVS, el confort térmico al interior debería mejorar ostensiblemente en comparación con una vivienda con los estándares mínimos que establece la OGUC. Asimismo, los gastos operacionales de los usuarios, posiblemente, se verán reducidos por requerir menos energía para calefacción y enfriamiento. Por otro lado, hay algunos instrumentos crediticios para aquellos proyectos que tengan CEV o CVS, lo que ayuda a la ciudadanía a acceder a proyectos más eficientes y sustentables”, agrega Allan Ubilla.

Desafíos

Paola Molina, presidenta del Comité de Economía Circular del IC y presidenta del Directorio de CES, señala que el principal desafío hoy es levantar los estándares mínimos de la Calificación Energética de Vivienda, ya que la letra menor de acuerdo con nuestra actual reglamentación térmica para viviendas es la E, la cual es bastante deficiente en términos de lograr una calidad ambiental térmica interior.

“Con la esperada pronta actualización de la Reglamentación Térmica, este estándar debiese subir a la letra C y D como mínimo, lo que implica lograr estándares valorados internacionalmente que permitan una adecuada calidad térmica del ambiente interior para todas las personas, lo que tiene un gran impacto positivo en el ámbito social y ambiental”.

Sin embargo, también es importante que todo el sector releve esta herramienta de manera oportuna para hacer las adaptaciones necesarias y lograr los mejores resultados. “Tratar de asimilar esto a presión y contra el tiempo, puede conducir a malos resultados, que perjudiquen a inmobiliarias, constructoras, usuarios finales y al país”, agrega Paola Molina.

Allan Ubilla, coordinador de proyectos de CTeC, comenta que este año 2022 se comenzará a trabajar en conjunto con el Minvu para extender la CVS a viviendas existentes y, “más adelante, esperamos también integrar la certificación de la etapa operacional de las viviendas. Si bien se trata de una certificación nueva, a la fecha ya cuenta con 105 proyectos registrados correspondientes a 17 mil unidades de vivienda con una cobertura en 11 regiones; 4 proyectos precertificados y 2 certificados.

Por su parte, en CES también se encuentran trabajando en la versión de edificios existentes y en sumar la versión de CES Aeropuertos a las ya existentes.

Finalmente, Yoselin Rozas comenta que la implementación de la Calificación Energética de Edificaciones tiene importantes desafíos para su masificación “entre ellos, el fortalecimiento de las herramientas que permitirán su correcta implementación una vez que sea obligatoria; la educación y difusión a consumidores y actores relacionados; la gestión de los datos para el cumplimiento de los compromisos internacionales; y un punto que nos parece muy relevante es el reconocimiento a nivel nacional de la Calificación Energética de Edificaciones como un referente de herramienta de medición de la eficiencia energética de las edificaciones”.

Fuente: Instituto de la Construcción

Los frutos del virtuoso trabajo entre Obras Públicas, Energía y el IC

Avances en la futura Calificación Energética de Edificios de Uso Público y una propuesta de definición para avanzar hacia edificios energía neta cero han sido parte de lo que se ha logrado gracias a la articulación de públicos y privados. 

El Estudio Net Zero es el mejor reflejo de lo que puede lograrse gracias al trabajo conjunto, la investigación y la observación de experiencias internacionales. Gabriel Prudencio, jefe de la División de Energías Sostenibles del Ministerio de Energía, nos cuenta más sobre este trabajo que busca proponer una definición para Chile de los conceptos de edificios energía neta cero o Net Zero Energy Buildings y edificios carbono neto cero o Net Zero Carbon, identificando las implicancias de dichas definiciones en el desarrollo de instrumentos regulatorios de medición, reporte y verificación a nivel nacional. 

Este trabajo implicó la revisión de bibliografía académica y regulatoria internacional, donde se establecen definiciones de energía neta cero o Net Zero Energy Buildings y edificios netos cero carbono o Net Zero Carbon, así como la forma de acreditarlo a través de modelos de etiquetado energético o certificaciones de sustentabilidad. Asimismo, se revisaron las definiciones establecidas en el marco normativo, regulatorio y académico a nivel nacional, junto con las posibilidades de incorporar y acreditar en los modelos de etiquetado energético y certificaciones de sustentabilidad vigentes en Chile.

Pero, también se identificaron las fortalezas y limitaciones de la adopción de un marco conceptual y forma de acreditación en particular. “El estudio concluye diferentes aspectos ligados a metodologías, definiciones, indicadores y aplicaciones sobre estándares que permiten reducir emisiones en la construcción. Un punto relevante a destacar es que hoy, por primera vez, en Chile contamos con nuestras propias definiciones Net Zero para el contexto local. Luego de un amplio proceso de participación”, explica Gabriel Prudencio.

Gracias a este trabajo, se logró llegar a la definición de edificaciones de consumo de energía neta cero, como edificios de alto rendimiento energético, cuya energía anual consumida es cubierta por fuentes de energía renovable generadas en el sitio o cercano a éste. 

Ciclo de vida

Igualmente, para la definición de edificaciones de carbono neto cero, se propuso partir del concepto de ciclo de vida y la integración de dos indicadores esenciales: el carbono incorporado y el operacional, considerando, además, su vínculo con la definición de edificaciones de consumo de energía neta cero. “Edificio de consumo de energía neta cero, que durante su ciclo de vida (producción, construcción, operación, fin de vida útil), logra minimizar sus emisiones de carbono incorporado y compensar cualquier saldo carbono restante”, detalla el jefe de la División de Energías Sostenibles del Ministerio de Energía.

Al no tener definiciones estandarizadas, Prudencio afirma que se cae en el riesgo de integrar diferentes metodologías al analizar la energía o emisiones cero, lo que puede significar que reflejen diferentes alcances o procesos. “Con tal variedad de metodologías, que suelen tener nombres similares, es muy difícil comparar resultados que no están midiendo lo mismo. Por eso es fundamental tener una definición propia que nos permita trabajar de manera sistemática y ordenada, lo que facilita poder acreditar resultados de reducción de emisiones”, explica.

  Y como lo que mide no se puede gestionar, para reducir eficazmente las emisiones, Gabriel Prudencio, considera importante avanzar para conocer de mejor manera cuál es la magnitud de las emisiones a lo largo del ciclo de vida del edificio completo. Por ello, ya comenzaron los estudios que incluyen las mediciones piloto en edificios residenciales y no residenciales. 

Impacto de las certificaciones

  Para el jefe de la División de Energías Sostenibles del Ministerio de Energía, las certificaciones nacionales son, en este sentido, fundamentales, porque -según dice- pueden generar las bases necesarias para las mediciones que permitan acreditar emisiones y poder gestionar su reducción. “El rendimiento energético necesario para lograr net cero se puede alcanzar en base a los instrumentos que ya existen, herramientas robustas desde las cuales se puede fundamentar una metodología de cálculo y verificación para este tipo de edificaciones”, comenta.

Así ha sucedido con la Calificación Energética de Vivienda y la futura Calificación Energética de Edificios, que serán la base para integrar indicadores orientados a la transición hacia edificaciones de consumo de energía neta cero en el marco regulatorio nacional. Adicionalmente, Prudencio hace hincapié en la importancia de los sistemas Certificación de Vivienda Sustentable (CVS) y Certificación Edificio Sustentable (CES) como herramientas voluntarias que pueden ser consideradas sinérgicamente, bajo un esquema de metodológico virtuoso que permita traccionar al mercado.

En Chile, existen experiencias que reducen considerablemente las emisiones o consumo energético, las cuales aumentan las condiciones de confort. Pero, independientemente de ello, para poder acreditar la condición carbono neto cero, primero había que acordar definiciones, metodologías e indicadores. Tras pavimentar el camino, es tiempo de avanzar en la difusión de las definiciones para que puedan ser aplicadas, ojalá, por todos los actores de la construcción en Chile.

Licitan metodología de cálculo para calificación energética de edificios

La licitación para el segundo estudio de la nueva calificación energética para edificios de uso público estará abierta hasta el jueves 5 de agosto de 2021.

Modern buildings of Las Condes neighborhood – Santiago, Chile

En el contexto del convenio de colaboración vigente entre el Ministerio de Energía, el Ministerio de Obras Públicas y el Instituto de la Construcción, se invita a participar en una licitación para la ejecución del estudio denominado “Metodología de cálculo y diseño de herramienta para futura Calificación Energética de Edificios de Uso Público, Comercial y Oficinas para Chile”. 

Este estudio será el segundo de a lo menos tres que se realizarán para el desarrollo de esta Calificación Energética, que se encuentra incorporada en la Ley de Eficiencia Energética, y que incluye la obligación de obtener la Calificación Energética de Viviendas y la Calificación Energética de Edificios de Uso Público, Comercial y Oficinas nuevos.

Las propuestas para el desarrollo del estudio serán recepcionadas, de acuerdo a los TDR,  hasta el jueves 5 de agosto de 2021, y los resultados serán informados el jueves 12 de agosto 2021 por este mismo medio.

Si es necesario, y algún participante lo solicita, es posible realizar reunión virtual para aclarar dudas el día martes 27 de julio.

Los Términos de Referencia (TDR) están disponibles AQUÍ.

Primeros avances de la futura Calificación Energética de Edificios de Uso Público

Con el Estudio 1, desarrollado el segundo semestre de 2020 por un equipo de la Universidad del Biobío, se avanzó en el estado del arte, propuestas de tipologías y de edificios de referencia, considerando las certificaciones y calificaciones ya existentes en el país.

Dos años después del Convenio de colaboración firmado entre el Ministerio de Energía, la Dirección de Arquitectura del MOP, el Instituto de la Construcción como Administradora de la Certificación Edificio Sustentable, se comienzan a ver los primeros frutos en esta línea de trabajo.

Entre 2019 y 2020, este convenio tuvo alcance en seis iniciativas: crear los Archivos climáticos (disponibles aquí); Actualización de CES (Manual CES 1.1, CES Edificios Existentes y nueva plataforma web); Monitoreo de edificios certificados; el Estudio 1 de Calificación energética de edificios de uso público; Huella de carbono (documentos disponibles aquí) y Lineamientos CES Net Zero.

Gracias a los buenos resultados de esta primera etapa, se decidió ampliar el trabajo durante 2021, para desarrollar acciones como el Monitoreo de edificios certificados; el Estudio 2 de Calificación energética de edificios de uso público, y en Huella de carbono, un piloto en edificio gestionado por la DA-MOP y certificado con CES.

La Ley de Eficiencia Energética establece, entre otras cosas, la obligatoriedad la Calificación Energética de Viviendas en dos años más y la Calificación Energética de Edificios de Uso Público, Comerciales y Oficinas en cuatro años a partir de su promulgación.

Actualmente, está operando en forma voluntaria la Calificación Energética para Viviendas, pero la de Edificios de Uso Público, Comerciales y Oficinas no existe, por lo que este convenio se modificó para considerar dos estudios de base para el desarrollo de esta Calificación Energética, siempre teniendo en cuenta la experiencia y sincronía con las certificaciones de sustentabilidad existentes en el país (CVS y CES).

Dado que la certificación de edificios de uso público (CES) ya lleva cinco años de funcionamiento, “tenemos la experiencia desde el trabajo con edificios de uso público, comerciales y de oficina que se ha traspasado al desarrollo de la calificación energética para este tipo de edificación”, precisó Hernán Madrid, jefe de CES. 

Por ello, hoy el foco está puesto en que el área de energía de la futura Calificación Energética de Edificios de Uso Público, Comerciales y Oficinas se encuentre en sincronía con los requerimientos de energía de CES en futura versión 2.

Particularmente, el Estudio 1, que se centró en el estado del arte, tipologías y edificios de referencia, se desarrolló durante el segundo semestre de 2020, con un equipo consultor y de trabajo de la Universidad del Biobío, en el que participaron profesionales internacionales, que transmitieron experiencias relevantes de Alemania, Australia, España, Japón y Estados Unidos. A ello se suma la activa participación en el Comité Técnico de profesionales del Ministerio de Vivienda y Urbanismo que, como lo establece la Ley de Eficiencia Energética será el encargado de administrar la futura Calificación. 

Por su parte, Bárbara Rodríguez, profesional de la Unidad Edificación y Ciudades de la División de Energías Sostenibles del Ministerio de Energía y contraparte técnica del convenio de colaboración, detalló los alcances de los tres estudios. El primero, como se mencionó antes, enfocado en el estado del arte, tipologías representativas y características del edificio de referencia y prospección de la línea base. En tanto, el segundo, está centrado en la metodología de cálculo y diseño de la herramienta de cálculo, y también hay un tercer estudio, contemplado para 2022, que permitirá el desarrollo de escalas de la calificación energética y el diseño de la etiqueta, que ejecutará directamente Minvu. 

“Los tres estudios son muy importantes, porque esta es la primera vez que tendremos la obligatoriedad de una calificación energética en nuestro país, y específicamente con respecto a la edificación de uso público, porque hoy no lo tenemos dentro de nuestra Ordenanza, dado que la obligatoriedad ahora en términos de reglamentación térmica, es para viviendas”, aseguró la profesional de la cartera de Energía. 

La profesional también agregó que “mientras no tengamos la actualización de la reglamentación térmica, no vamos a ver requisitos para edificación de uso público”, por lo que están frente a un desafío grande, porque a diferencia de lo que sucede en el ámbito de la vivienda, existe gran diversidad de tipologías arquitectónicas y energéticas. “No solo estamos hablando de edificios de oficinas, comerciales desde el ámbito público, sino que también de hospitales, centros de salud, colegios, entre otros”, especificó Rodríguez.

Estudio 1

Dado que no es posible contar con 100 tipologías o más, fue necesario encontrar una forma de caracterizar el parque nacional de edificios de uso público, comerciales y de oficinas, de forma estratégica. Al mismo tiempo, llegar a la prospección de una línea base.

“Para nosotros es sumamente relevante poder establecer este sistema de calificación en el mercado que ya tenemos de certificaciones y calificaciones en el país. Tenemos una capacidad instalada de más de 10 años, con trabajo en distintos comités e iniciativas, tanto en el sector público como privado”, señaló la profesional del Ministerio de Energía.

Caracterizar energéticamente el parque de edificios nuevos, dado que la ley establece su obligatoriedad solamente para la edificación nueva, es otro de los aspectos que Rodríguez destacó. En ese sentido, se estableció lo mínimo que se tiene que solicitar para caracterizar a estos edificios.

“Se evaluaron los atributos de la mayoría de los sistemas existentes a nivel mundial, que en su mayoría son obligatorios, y hubo elementos muy relevantes, como que la mayoría se caracteriza por tipología de uso, en el caso de la edificación no residencial, donde también hay un principio de evaluación justo”, resumió Rodríguez.

Y algo que, a su juicio, es muy importante de considerar tiene que ver con la gestión de la información, dado que en la mayoría de estos sistemas internacionales, especialmente en el de Australia y Estados Unidos, hay un sistema central relacionado con registrar la información y utilizarla para generar conocimiento sobre el mercado. “Y en este estudio la evaluación de los atributos de estos dos sistemas, tanto el australiano como el estadounidense, eran los más robustos en ese aspecto”, precisó.

La gobernanza, por su parte, también es relevante, ya que existen ejemplos muy importantes, como los directorios de CVS y CES, que son muy determinantes para la mejora continua.