Edificio Aulas Las Pataguas UC: Infraestructura universitaria en evolución 

El proyecto precertificado CES y emplazado en el campus San Joaquín, reúne tanto salas de clases como oficinas y departamentos de atención a universitarios, y se organiza en dos edificios relativamente opuestos e independientes entre sí. 

La necesidad de brindar a la comunidad universitaria espacios con elevados estándares de calidad inspiró la construcción del edificio Aulas Las Pataguas (ingresado a CES como Edificio Inclusión y Servicios Estudiantiles Campus San Joaquín), en el campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Compuesto por dos torres independientes entre sí, Las Pataguas alberga salas de clases, oficinas, subterráneos y zócalos, entre otras instalaciones.

La construcción está emplazada en un terreno de 50 x 50 metros, rodeada por edificios de diversas escalas, por el sur un edificio de aproximadamente 34 metros de alto, por el norte una construcción de un piso de altura y por el oriente un volumen horizontal de aproximadamente 9 metros, lo que deja un frente despejado hacia el poniente, por el que se instalará el acceso principal.

Francisco Palacios, jefe de proyecto de la Subdirección de Planificación y Proyectos Dirección de Infraestructura UC, remarcó durante el recorrido que “la arquitectura también va evolucionando y la universidad no tiene una estandarización tan rígida en términos de diseño, lo que da a los arquitectos la posibilidad de proponer un diseño de estructuras variados. La estandarización, por parte nuestra, va en el orden de los tamaños de las superficies, los temas ambientales, y el tema de la certificación CES, que también es para nosotros, un estándar directo”.

Dos torres

La Torre A se distribuye en 10 plantas de oficinas de 800 m2 cada una, con un núcleo central desplazado hacia un costado, definiendo así dos tipologías de posibles espacios en cuanto a sus proporciones y particiones. Las 25 salas de clases de la Torre B se distribuyen en 7 niveles (un zócalo y 6 niveles superiores) de aproximadamente 700 m2, con un corredor abierto hacia la cara poniente.

En un recorrido para conocer los avances, en el que fue posible constatar que la torre B, que da lugar a las salas de clases, se encuentra completamente terminada y que la torre A está aún en desarrollo. Los profesionales a cargo del proyecto explicaron la importancia de contar con las certificaciones requeridas para que las edificaciones del campus cumplan con los objetivos de la universidad relacionados con sustentabilidad, específicamente la huella de carbono. 

“Todas las iniciativas relacionadas con la energía van orientadas para ese lado, aportan a ese a ese número que tiene varias vertientes. La certificación CES ha venido a estandarizar bastante cosas concretas, objetivos medibles”, destacó Palacios.

En el mismo sentido, el arquitecto puntualizó que los estándares que se supervisan son relacionados con el espacio –metro cuadrado por alumno, metro cuadrado por persona en puesto de trabajo– y estándares de climatización, todos con miras a garantizar que las personas se desenvuelvan cómodamente en los espacios que habitan durante su permanencia en las instalaciones. Cabe destacar que son alrededor de 30.000 usuarios los que se verán beneficiados con el Edificio Aulas Las Pataguas. 

El nuevo edificio también contempla elementos de inclusión como baños universales, infraestructura para acompañar a estudiantes que requieren algún tipo de apoyo, señalética, entre otros. 

En la visita, participaron Francisco Palacios, jefe de proyecto de la Subdirección de Planificación y Proyectos Dirección de Infraestructura UC; José Jodar Reverte de EBP Chile SpA, quien fue el asesor CES de este proyecto; Yanira Morales de la Subdirección de Planificación y Proyectos de la Dirección de Infraestructura UC, y Hernán Madrid, jefe de CES.

Edificio D.R.A.T.: Un ejemplo perfecto del reciclaje de edificios

Como la culminación de un proceso iniciado en 2016, el edificio Institucional Dirección Regional de Aduanas de Talcahuano logró la certificación CES en septiembre de 2023, con un puntaje sobresaliente. La planificación, las lecturas del espacio y los métodos constructivos permitieron la obtención de un alto nivel.

Con 72,5 puntos y un nivel sobresaliente, el Edificio Institucional de la Dirección Regional de Aduanas de Talcahuano se certificó el 13 de septiembre de 2023, bajo la versión CES 1.

El proceso para este edificio comenzó en 2016, incorporando nuevas estrategias de eficiencia energética desde el diseño para la precertificación, las que se mantuvieron durante y posterior a la construcción de este proyecto.

El asesor CES en ambas etapas (precertificación y certificación) fue Francisco Pizarro, quien comenta que “fue un trabajo conjunto entre oficina de arquitectura y especialidades en la primera instancia, lográndose la precertificación CES destacada, y continuó años después con una coordinación exhaustiva junto a la empresa constructora y especialistas encargados de la ejecución, para poder lograr el máximo de puntaje posible dadas ciertas complejidades respecto a actualización de equipos y proyectos, después de los años pasados desde el proyecto base”.

Todos los profesionales debieron enfrentar desafíos importantes desde el diseño, ya que se reciclaron dos edificios existentes, un pequeño edificio oficina y un gran galpón posterior, “lo que implicó un importante desafío arquitectónico que lograra no solo satisfacer el programa de Aduanas, sino también entregar un gran estándar de confort lumínico, térmico y visual, para los usuarios”, precisa Pizarro.

En materia de sustentabilidad, las estrategias pasivas se basaron en el aprovechamiento máximo de la iluminación natural, a través de la creación de patios interiores y un diseño de fachada norte completamente abierta, pero con un sistema de celosías para el control solar. También, se incluyó una envolvente térmica de alta eficiencia, que le permitió obtener los puntajes máximos en reducción de la demanda de energía y altos en confort térmico, según cuenta el arquitecto.

Como parte del diseño activo, el edificio considera, entre otros, “un sistema de climatización y ventilación de alta eficiencia que debió adaptarse a las condiciones del galpón inicial, por lo que se distribuyen dentro de closets integrados al diseño arquitectónico, lo que entrega un ejemplo no convencional de solución de climatización”, explica el asesor CES. Asimismo, cuenta con sistema de iluminación artificial de alta eficiencia, que se adapta a las condiciones bases antes mencionadas, logrando el más alto estándar. 

Juan Vega, director regional de Arquitectura de la región del Biobío, especifica que el diseño fue aportado por el mandante Servicio Nacional de Aduanas y, previa licitación, se desarrolló una revisión interna con especialistas del nivel central de la DA, los que aportaron sus observaciones de temas a mejorar.

Así, una vez que fue adjudicado, dice que el asesor CES Francisco Pizarro propuso ajustes menores de griferías, inclinación de celosías exteriores y equipos de iluminación, tendientes a elevar los puntales en la precertificación y posterior certificación. “En sumatoria, se logra esta construcción de 72,5 puntos, lo que la califica como un proyecto sobresaliente desde el punto de vista CES”, complementa Vega.

Por su parte, Francisco Pizarro cree que el edificio D.R.A.T. no sólo es un edificio público de excelencia, “sino también un ejemplo perfecto de cómo es posible el reciclaje de edificios de cualquier índole y transformarlos en edificios contemporáneos de primer nivel energético y de confort para sus usuarios”.

Teodoro Fernández: “Más arquitectos están interesados en la construcción sustentable”

Conversamos con el arquitecto reconocido en los Premios CES 2023 como uno de los Profesionales Destacados, quien ya había participado en una ceremonia anterior, por el diseño del Centro de visitantes Santuario Santa Inés de Minera Los Pelambres, reconocido en la categoría Proyecto Prefertificado.

Con satisfacción y una cierta sorpresa, declara el arquitecto Teodoro Fernández L. haber recibido el Premio CES 2023 como Profesional Destacado. “Si bien cuando se enfrenta un trabajo no se hace pensando en algún premio, en este caso, postular al premio CES es un argumento objetivo de las bondades del proyecto para el mandante, y en ese sentido, un aliciente para llevar adelante el proyecto”, opina.

Por otra parte, “los Premios CES están destinados a las obras y a los mandantes, por lo que sí me sorprendió recibir el de Profesional Destacado. Se agradece”, añade el profesional que ha sido merecedor de otros reconocimientos, como el Premio “Fermín Vivaceta” (2002); Reconocimiento a la Excelencia Académica (2008); Premio Internacional Reina Sofía de Patrimonio Cultural por Centro Cultural Estación Mapocho (2008); Gran Medalla AOA (2013); Premio Nacional de Arquitectura (2014) y Miembro de Honor del American Institute of Architects (Hon. FAIA), Estados Unidos (2016).

Y es que, a su juicio, “hay diferentes premios: los premios a proyectos en concursos son aquellos a los cuales se postula para poder realizar determinadas obras, básicamente obras públicas o de relevancia, permiten la realización de las obras, y el afianzamiento de una carrera profesional. Por otra parte, los premios a los que no se postula, son esos ‘verdaderos premios’, como en este caso de Profesional Destacado CES, son sobre todo argumentos para los mandantes, señales que están en el camino correcto, que valen la pena los esfuerzos por mejorar la calidad de los proyectos y obras”, puntualiza.

En ese sentido, ¿cómo ve la construcción sustentable en el país?

Es un tema que cobra cada vez más relevancia. Por otra parte, no se debe separar del avance de la arquitectura y del esfuerzo de los arquitectos, escuelas de arquitectura y organismos públicos y otros, que han puesto una visión integral respecto al territorio, y el desarrollo de la arquitectura, así como temas como el cambio climático y la economía en la sociedad.

Desde su visión, ¿qué cree que falta para que más arquitectos se motiven a participar de la construcción sustentable?

Veo que cada vez más arquitectos están interesados en el desarrollo del tema, y en aplicar los parámetros de sustentabilidad en forma integral a los proyectos, como lo propone CES.

El hecho que los Premios CES vayan dirigidos al mandante y a la obra y no específicamente a los arquitectos, es un excelente argumento que tenemos los arquitectos para convencer al mandante, que al final es el que pone los recursos, que vale la pena el esfuerzo de tener una mirada global y de una arco temporal amplio de la vida de la obra para lograr una economía real en la construcción. Es decir, no sólo el costo material inicial de la obra, sino también el costo ambiental anterior, desde la extracción y costo de los materiales, huella de carbono, sino que el ciclo completo, costo de su mantención y confort.

Por ello, el galardonado profesional concluye que “ojalá en CES se posicionara en un futuro cercano de una manera similar a como todos, arquitectos y organismos públicos, entendemos la necesidad de responder a normas diversas incorporadas como básicas de la construcción, como son por ejemplo, las de accesibilidad y cálculo estructural”.

Centro de salud construido en una zona de difícil acceso logra alto puntaje

El diseño optimiza el uso de recursos naturales y estandariza la construcción para facilitar los procesos constructivos, lo que lo llevó a obtener una precertificación sobresaliente.

El proyecto El Divisadero se encuentra en la región de Coquimbo, en la comuna de Punitaqui, en un lugar de difícil acceso, bastante remoto, a aproximadamente 700 metros de altura y en una zona predominantemente rural. “Es un área de un clima complejo, sin muchas lluvias, por lo que la intención de tener bajo requerimiento hídrico fue una de las premisas del proyecto”, precisa Rodrigo Escobar, ingeniero asesor CES precertificación de la obra.

Pese a estas características, el proyecto logró una precertificación “sobresaliente” con 74,5 puntos de 100, “lo cual es un tremendo mérito para ser un edificio público emplazado en lugar extremo”, precisa Christian Araya Castor, arquitecto de la Universidad de Santiago, socio fundador del estudio de arquitectura Araya Arquitectos, que ganó la licitación para el diseño de Reposición de la Posta de Salud Rural el Divisadero el año 2022.

La posta es pequeña, de 300 m2, por lo que el equipo se preocupó de que llevara bastantes estrategias pasivas. Dentro de ellas, “pusimos mucho énfasis en lograr una muy buena iluminación natural, porque son zonas más bien de climas cálidos, corríamos el riesgo de que al dejar que el sol ingresara a los recintos genere sobrecalentamientos, deslumbramientos que iban a hacer que los equipos tuvieran un mayor consumo; entonces, procuramos que la iluminación natural tuviera un muy buen desempeño, y obviamente, controles de todos los posibles ingresos de sol y deslumbramientos que ocurrieran en la zona”, precisa Rodrigo Escobar.

Otra característica del proyecto es que se trabajó con ventilación natural, creando una suerte de chimenea solar, con la cual se aseguró que haya un flujo de aire continuo en los espacios regularmente ocupados y se intentó que ese sistema de ventilación contara con un respaldo censado de CO2, para que los sistemas se activen en caso de que los sistemas de ventilación natural no fueran lo suficientemente potentes como para generar los caudales mínimos. El proyecto tiene una envolvente térmica en cubierta, muros, pisos; ventanas termopanel, protecciones solares en sus fachadas más expuestas y cumple con todos los requerimientos necesarios del sistema CES. 

Como señala el asesor CES, “en términos de agua, nos enfocamos en obtener un óptimo desempeño y en el caso del proyecto, logramos sobre un 70% de reducción de consumo. Eso fue muy importante, fue tan bien recibido por todos: por el mandante y por la oficina de arquitectura. En este caso, Christian Araya estuvo súper dispuesto durante todo el proceso de diseño a abordar todos los requerimientos CES, fue un trabajo súper bien coordinado. La posta, sin duda, será un gran aporte para la comunidad”.

Por su parte, el arquitecto Christian Araya Castro, cree que “una de las principales virtudes es que hemos logrado, junto al equipo de especialistas, desarrollar un diseño que estratégicamente optimiza al uso de recursos naturales y estandariza una construcción facilitando procesos constructivos, así su emplazamiento, sistema constructivo, elección de materiales, orientaciones de recintos y geometría del volumen, nos han permitido lograr un diseño rotundo de partido general en donde la expresión formal siempre está declarando silenciosamente su función o rol para el confort de los recintos”.

Comenta que es un proyecto emplazado en un lugar de difícil acceso, con la particularidad de estar ubicado en una localidad que no cuenta con agua potable; en un paisaje urbano-territorial de escasez, en donde no es posible encontrar alguna sombra durante el día y donde los lugares de encuentro y ocio solo se dan al interior de las construcciones. En ese sentido, Araya comparte que la nueva posta de salud rural viene a regalar un uso y reconocimiento al espacio público de escasez y hasta hoy no vivido, generando lugares de encuentro en sombra (aleros), regalando espacios públicos de expresión religiosa cultural (explanada frente a la capilla), y como pieza de paisaje, consolidando la delimitación de la actual plaza cívica del Divisadero, construyendo una tercera fachada, siendo la cuarta el camino ruta D-69 desde el cual llega a esta localidad.

Más allá del puntaje obtenido, Araya considera que es demostrativo el hecho de que el Estado pueda entender que sí es factible realizar una buena arquitectura eficiente y con costos controlados en edificios públicos, y que debieran ser estas obras públicas las que lideren este tipo de arquitectura. “Su relevancia es que creemos y queremos que estas certificaciones, que hoy, además, son exigencias en contratos públicos con el Estado, en la mayoría de los nuevos proyectos, cimienten el cambio en la concepción de bases, términos de referencia y criterios de diseño de edificios públicos. Buscamos que lo que muchas veces se declara como principio en los criterios de diseño pueda tener coherencia con una propuesta innovadora”, añade.

Importancia del Manual CES

Rodrigo Escobar cuenta que el requerimiento de CES venía dado por las bases de diseño, sin solicitar un puntaje especial. “Conversando con el equipo de diseño, fue uno de los primeros temas que tocamos en nuestras reuniones de coordinación y, en definitiva, se transformó en la carta de navegación para todas las decisiones que tomamos como equipo: desde la aplicación de esta chimenea, de los sensores, del sistema de climatización, los monitoreos, la reducción de agua; todas esas decisiones fueron basadas en el Manual de Certificación. Este documento se vuelve algo súper relevante para la coordinación y el diseño integrado del proyecto. Fue una experiencia bastante grata trabajar con el equipo y nosotros ya tenemos experiencia, tenemos varios proyectos que han pasado por el proceso de pre certificación y certificación, entonces ya es como una herramienta de trabajo diaria. El Manual clarifica muchas de las estrategias, las cuantifica también, básicamente entrega los lineamientos para que todas las especialidades comprendan la importancia de la sustentabilidad y el aporte de sus propias especialidades”, dice. 

Verdaderos ejemplos de las futuras edificaciones de parques nacionales en Chile

En el sur de Chile se encuentran dos obras emblemáticas sustentables en parques nacionales de Conaf, que están en proceso de certificación con CES: Parque Alerce Andino y Centro de Visitantes Parque Nacional Conguillio.

Centro de Visitantes Parque Nacional Conguillio.

La Corporación Nacional Forestal (Conaf) está dando un verdadero impulso a nueva infraestructura sustentable en sus reservas naturales. Ejemplo de ello son el Parque Nacional Alerce Andino en la región de Los Lagos, ingresado a CES en diciembre de 2021, y el Centro de Visitantes Parque Nacional Conguillio, en región de la Araucanía, ingresado en octubre de 2022.

El Centro de Visitantes Parque Nacional Conguillio 1 se ubica en 77W6+2M, Melipeuco (Cautín). Sus arquitectos son Nicolás Stutzin, Cristóbal Noguera, Santiago Valdivieso y Nicolás Cabargas, quienes también están a cargo del diseño del Centro de Visitantes 2, que se encuentra en la Ruta R925-S (sector Lago Conguillio). 

Si bien dentro de sus lineamientos de inversión en infraestructura se ha establecido avanzar en diseños y construcciones sustentables en términos generales, la búsqueda de certificaciones no estaba predeterminada ni era el objetivo inicial establecido para los proyectos de inversión. En el caso de ambos parques nacionales, la certificación obedeció a un ofrecimiento de la consultora Pasiva, según compartió César Ibáñez, jefe de la Unidad de Estudios y Control de Gestión en Conaf de la Araucanía; no obstante, señala que “con esto está claro que podemos avanzar en tener edificios y ambientes construidos más sustentables. Tendríamos que analizar muy bien las ventajas del sistema y analizar si nuestros proyectos ya diseñados, por ejemplo, califican para la certificación”. 

Parque Nacional Conguillio

Conguillio es un parque particular, pues tiene una filosofía de sustentabilidad y de conservación del patrimonio natural. Buscando aportar a la generación de infraestructura y servicios de calidad orientados al turismo sustentable en su interior, Conaf asumió el desafío de certificar sus instalaciones como edificaciones sustentables, certificando su construcción de acuerdo a las normas, y su comportamiento ambiental una vez realizadas las obras.

Christopher Rusell-King de Pasiva, fue el asesor CES del proyecto y confirma que la decisión de incorporar la Certificación Edificio Sustentable en el proyecto Parque Nacional Conguillio: “nació a partir de la búsqueda del equipo de arquitectura por introducir un alto estándar de eficiencia energética y sustentabilidad en el diseño de la nueva infraestructura para el parque, con el objetivo de reducir el impacto ambiental, tanto en la construcción como en el consumo de energía y recursos durante su operación”. El arquitecto especialista en diseño sustentable señala que “la certificación CES permitió guiar y establecer estándares constructivos más altos, lo cual permitirá al edificio disminuir su consumo energético e hídrico, al igual que proporcionar espacios más confortables y saludables para los futuros funcionarios y visitantes del parque”. En este caso, se decidió certificar los edificios más emblemáticos del proyecto: los Centros de Visitantes 1 y 2, los cuales recibirán y educarán a los visitantes sobre el parque nacional; sin embargo, “todas las edificaciones contempladas en el proyecto consideran los mismos criterios de sustentabilidad establecidos en la certificación, para lograr así un alto estándar en todo el conjunto”, comenta.

Dentro de las características de sustentabilidad que destacan en el proyecto, se encuentra la alta eficiencia de la envolvente exterior, utilizando ventanas con doble vidriado hermético y aislación térmica de fibra de lana natural de alto espesor, lo cual permite reducir de forma significativa la demanda de energía para climatizar los espacios interiores. También destaca un alto ahorro en el consumo de agua potable mediante la especificación de artefactos sanitarios eficientes, al igual que el ahorro energético a partir de la selección de luminarias LED de bajo consumo. Adicionalmente, el proyecto contempla el uso de energías renovables utilizando paneles fotovoltaicos, reduciendo de esta manera la huella de carbono durante la operación del edificio.

Debido a los buenos resultados y altos ahorros energéticos proyectados gracias a la certificación CES, al igual que la recepción positiva por parte del equipo de proyecto y Conaf, según Rusell-King, se buscará mantener este estándar como un precedente para las futuras edificaciones de los parques nacionales del país.

Parque Alerce Andino

En tanto, el Parque Alerce Andino, se encuentra en el Acceso Las Chaicas, en V-701, Puerto Montt, región de Los Lagos, y la arquitectura corresponde a la Universidad San Sebastián. Miguel Ángel Leiva, director regional de Conaf Los Lagos, señala que “este proyecto es la primera iniciativa desde la región, y entendemos que es el camino a seguir”. También comparte que cuando se planteó desarrollar un proyecto de infraestructura pública de magnitud al interior del Parque Nacional Alerce Andino, se auto impusieron ciertas condiciones ambientales y energéticas, entendiendo que el área a intervenir no es cualquier lugar, sino que un área bajo protección oficial y un Parque Nacional.

El director regional cuenta que los elementos y características a considerar fueron: 

Puesta en valor: que la propuesta sea concordante con el plan de manejo, que vaya en consideración a la conservación del área, y sea una oportunidad del turismo. 

Reversibilidad: diseño reversible, que los componentes sean respetuosos con el corredor biológico, utilización de materiales nativos y durables, utilizar conocimiento de constructivos locales 

Mínimo impacto: el emplazamiento debe ser amigable con el lugar, diseño que reduzca los ruidos molestos, el menor impacto de las aguas servidas producidas, mejor aislación térmica, para el menor consumo energético, y eficiencia energética.

“Estas exigencias ambientales y energéticas derivaron naturalmente hacia la búsqueda de la Certificación de un Edificio Sustentable (CES), y dentro del proceso de diseño y posterior certificación se ha dado en forma natural la búsqueda del Sello Plus Operación, el cual es la más exigente de las existentes”, señala Leiva. 

De lograrse esta certificación, sería la primera infraestructura pública del país certificada sustentablemente, en un área bajo protección oficial.

Los arquitectos Francis Pfenniger e Yves Besançon reciben distinción

Los destacados arquitectos Francis Pfenniger Bobsien e Yves Besançon Prats recientemente recibieron la distinción universitaria “Arquitecto Claude Francois Brunet de Baines“, otorgada por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile. En la oportunidad también alcanzaron este premio Paulina Brugnoli, diseñadora textil; y Jorge Ortiz, geógrafo.

La distinción universitaria “Arquitecto Claude Francois Brunet de Baines” fue instituida por Decreto Universitario del 27 de noviembre de 2003, año en que se entregó por primera vez coincidiendo con la conmemoración de los 154 años de la enseñanza de la Arquitectura en la Universidad de Chile. Con esta distinción se destaca a un profesional Arquitecto, Geógrafo o Diseñador ex alumno y/o académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile. Se otorga anualmente y por una sola vez al agraciado.

Francis Pfenniger es un prestigioso arquitecto, con gran experiencia en diseño y construcción prefabricada, acero, madera y hormigón. Además, cuenta con amplia trayectoria en proyectos y consultorías en vivienda social, espacio público, vivienda de emergencia, hotelería y proyectos de investigación, entre otros. Finalmente, es integrante del Comité de Vigilancia Tecnológica de nuestra Corporación de Desarrollo Tecnológico y representante del Instituto de la Construcción en el Comité Directivo de CES.

Por su parte, Yves Besançon es socio ABWB, que lideró el diseño de la Torre Costanera, el rascacielos más alto de Latinoamérica. Además, ocupó relevantes cargos en la Fundación Educacional Alianza Francesa de Santiago, Universidad UNIACC, Asociación de Oficinas de Arquitectos, AOA, Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, entre otros. Siempre muy ligado a nuestra Corporación de Desarrollo Tecnológico, fue relator de múltiples eventos y Director de BIM Forum Chile.

Fuente: CDT

CES reconoce el compromiso de la DA-MOP con la sustentabilidad

Desde los inicios de CES, la DA del Ministerio de Obras Públicas se ha alineado con sus objetivos. Sólo este año, fue mandante de cuatro de los edificios ganadores del Premio CES: el Hospital de Curicó; la Prefectura Aconcagua y Segunda Comisaría de San Felipe; la Fiscalía de Pucón, y el cuartel de Bomberos Segunda Faja de Villarrica.

Paola Molina, presidenta de CES, y Juan Andrés Herrera, subsecretario de Obras Públicas.

La presidenta de CES, Paola Molina, entregó el galardón del Premio CES 2022, a José Andrés Herrera, subsecretario del Ministerio de Obras Públicas, que el día de la ceremonia llegó a recibirlo en su calidad de ministro (s) de la cartera. Junto con agradecer la distinción, la autoridad destacó el trabajo de CES y cómo éste se relaciona con los nuevos tiempos.

“Yo vengo de la minería, fui gerente de proyectos mineros y otros más. Estuve mucho tiempo en obras y recuerdo cuando al principio entrábamos en estos temas, hace 20 años, 15 años, donde todavía, pese a la importancia que tenían los temas medioambientales y de sustentabilidad, había una resistencia por parte de los actores mineros a incorporarlos. Hoy día ya, eso es un desde”, asegura Herrera.

Además, la autoridad valoró -como fortaleza importante- el trabajo en equipo a la hora de conseguir resultados óptimos en la industria. “Ninguna de estas obras la ha hecho una sola persona y es claro que no se pueden hacer estas cosas sin trabajo en equipo; muchas disciplinas, muchos actores públicos, privados y otros más están permanentemente participando para tomar buenas decisiones y sacar adelante un proyecto como este”, resaltó.

Junto con esto, José Andrés Herrera, se refirió a los desafíos que plantea el cambio climático. “Creo que no hay nadie que haya intervenido acá, que no haya reconocido la importancia de considerar el cambio climático como un fenómeno estructural que nos está afectando a todos y todas. Las estrategias -como ustedes saben- que estamos usando, tienen que ver con mitigación y adaptación. Yo creo que debemos avanzar a hacer una cosa mucho más ambiciosa y desafiante que es la estrategia de transformación, no solo de la infraestructura, sino que, de la mano de ella, nuestras prácticas sociales”, aseguró.

Finalmente, el representante de la DA MOP quiso resaltar la labor de los funcionarios de la repartición. “Por cierto, quisiera recibir con mucho gusto, entusiasmo y emoción este reconocimiento que se le hace a la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas. Me tocó recibirlo, pero la verdad es que quien lo merece es cada una y cada uno de los funcionarios y funcionarias del Ministerio de Obras Públicas que trabaja en la Dirección de Arquitectura. Ellos son los que finalmente movilizan las decisiones, los recursos, la energía, las horas extras y el sobretiempo. Ellas son las responsables de que estas cosas se materialicen”, afirmó.

El legado patrimonial del arquitecto Teodoro Fernández

La remodelación de la Estación Mapocho, el Parque Inés de Suárez y el Parque Bicentenario son algunas de las obras por las que el arquitecto pasará a la historia. Uno de sus últimos proyectos es el Centro de Visitantes que Minera Los Pelambres construirá en el norte de Chile, cuyo diseño fue reconocido con el Premio CES.

 Construir ha sido siempre la pasión de Teodoro Fernández, Premio Nacional de Arquitectura 2014 y arquitecto del proyecto Centro de Visitantes del Santuario Cerro Santa Inés, que fue reconocido con el Premio CES 2022. En su infancia, el académico de la Escuela de Arquitectura de la UC, jugaba con su hermano gemelo –que hoy es ingeniero- a construir con barro, a poner un palo sobre otro y, por eso, siempre supo que sería arquitecto.

Centro de visitantes Santuario Santa Inés.

“Hice carrera entre los años sesenta y setenta, cuando se suponía que la vivienda era como una cosa del arquitecto y comenzaba a despertarse el interés por la ciudad y el urbanismo. Al terminar la escuela, me fui a estudiar a España, donde comencé a ver las plazas, las calles, el espacio público, el paisaje y lo verde como un fenómeno ligado al diseño”, recuerda Teodoro Fernández.

Según el arquitecto, una de las mejores maneras de “privatizar” el espacio público es poner un automóvil en él, porque un auto ocupa muchos metros cuadrados y echa a perder el aire. Por eso, siempre se ha preocupado de conjugar armónicamente el diseño con la normativa y el entorno.

Así lo hizo cuando trabajó junto a Montserrat Palmer, Ramón López, Rodrigo Pérez de Arce y otros especialistas en la remodelación de la Estación Mapocho a fines de los ochenta al enfrentar el desafío de resguardar la estructura original del edificio. “Pensamos en transformarlo en un bien cultural. Éramos amigos, compañeros de curso, que habíamos estado fuera, todos veníamos llegando y nos ganamos el concurso”, explica.

Había que restaurar la estación, ponerla en valor y teníamos que llamar la atención con muy buenos dibujos, una maqueta de yeso y la propuesta de cerrar la nave. “En la Estación Mapocho eran dos sistemas constructivos. Uno era totalmente artesanal; local, de albañilería; muy rígido, donde pones un ladrillo arriba de otro y con un terremoto se cae, porque tiene tanta rigidez que no resiste. El otro era la gran nave de acero con la última tecnología de Europa, que se mandó a hacer con planos y medidas. Sin embargo, llega esa nave a Chile y o el edificio era más chico o la nave era más grande, pero el caso es que calzaban raspando”, recuerda sobre el proyecto entregado en 1994.

Asimismo, Teodoro Fernández, es reconocido por su trabajo en el Parque Inés de Suárez en Providencia, una muestra más de su interés por el espacio público. Al igual que el intendente Benjamín Vicuña Mackenna, en el siglo XIX, el arquitecto que hoy forma a quienes serán sus pares en el futuro, ha dejado un legado importante en áreas verdes.

“Esta es la oportunidad de que los arquitectos nos hagamos cargo de los espacios públicos”, pensó cuando decidió ser parte del concurso que buscaba mejorar el parque ubicado en la intersección de Antonio Varas y Francisco Bilbao. “No podía quedar solamente en manos de los jardineros y de los agrónomos, Había que generar bienestar social, como hicimos al desarrollar lugares para hacer deporte y pasear”, comenta el arquitecto.

Parque Bicentenario

Luego, vino el concurso para diseñar el Parque Bicentenario, cuya primera etapa se entregó en 2007. “Para mí fue la oportunidad de construir lo que en el imaginario de cualquier ciudadano puede ser la mejor parte de la ciudad. Un lugar donde te puedes reunir gratuitamente, donde vas sin que te inviten y puedes gozar un poco del lugar”, explica Teodoro Fernández.

En su opinión, el Parque Bicentenario estaba hecho y lo que hizo junto a su equipo fue más bien “ponerle nombre”. “Desde el parque se ve la cordillera, el Manquehue hacia el norte y la ciudad hacia el sur. El paisaje creo que es aquello que vemos a cierta distancia y a cierta distancia se forma una visión que tiene un ideal.  Ves al sur y está la ciudad, ves al norte y se ve el Manquehue, no se ve ni una construcción y eso es muy bonito”, detalla.

 Gracias a su visión, el principal pulmón verde de Vitacura se ha convertido en un destino obligado para deportistas, familias, grupos de amigos y otros públicos que buscan conectarse con la naturaleza. Y es que esta espacio público no solo destaca por sus dos lagunas artificiales que nos maravillan con sus cisnes y peces, sino también por sus miles de especies de flora, muchas de ellas endémicas, como peumos, aromos y espinos que sirven de refugio a las aves que se posan sobre sus ramas.

La restauración del Parque Quinta Normal (2011) y el Edificio Moneda Bicentenario (2014) son otras de las obras emblemáticas de Teodoro Fernández, cuya obra fue reconocida en 2014 con el Premio Nacional de Arquitectura. Además, entre otros reconocimientos, obtuvo el Premio Internacional Reina Sofía de Patrimonio Cultural por su trabajo en el Centro Cultural Estación Mapocho (2008) y fue nombrado Miembro de Honor del American Institute of Architects de Estados Unidos (2016).

Renovación del Edificio Norte de CEPAL: Adaptándose a los nuevos tiempos

Con cerca de 56 años de existencia, el complejo de CEPAL en Vitacura avanza en el desarrollo de un nuevo proyecto de renovación, esta vez en su sector Norte. Al ser una intervención en una estructura ya existente, la tarea resulta compleja por lo que la implementación de metodologías como BIM será clave, al permitir abordar de forma integrada y anticipada la coexistencia de múltiples especialidades.

Ubicado en la comuna de Vitacura, en Santiago, se encuentra el Edificio de las Naciones Unidas, sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), considerado como un verdadero hito de la arquitectura moderna latinoamericana. Inaugurado en 1966, este edifico diseñado por el arquitecto chileno Emilio Duhart, en colaboración con Christian de Groote, Roberto Goycoolea y Oscar Santelices se inspira en la obra del famoso realizador francés Le Corbusier, con hormigón a la vista y juego de volúmenes, además de combinar elementos alusivos a la historia y el arte de América Latina.

Según se menciona en su sitio web, la construcción es una gran estructura de concreto armado, robusta y ligera a la vez, en la que el piso principal aparece sostenido por 28 pilares. Su referente más característico es el “Caracol” ubicado al centro del edificio, que contiene en su interior dos salas de reuniones circulares que representan la igualdad de todos los países miembros.

Con más de 56 años de vida, la obra ha pasado por diversos cambios y situaciones que la han llevado a realizar modificaciones, como por ejemplo, tras el terremoto de 2010 donde la estructura sufrió algunos daños menores, por lo que el edificio fue sometido a remodelaciones para modernizar sus espacios y recobrar en algunas zonas el diseño original de sus creadores, renovando su cuarto piso que incluyó una moderna sala de conferencias.

De la misma forma y para estar acorde a los nuevos tiempos, en 2022 se anunció el desarrollo de un nuevo proyecto para la construcción y renovación del Edificio Norte de CEPAL; idea que ya venía gestionándose desde el año 2016.

Proyecto de Renovación

La renovación y construcción del edificio ubicado en la Sección Norte del complejo de CEPAL, comprende aproximadamente 2.600 m² de superficie interior e incluye espacios de oficinas y áreas comunes para cerca de 145 funcionarios, salas de reuniones y baños. “El proyecto se circunscribe dentro de una estrategia global de Naciones Unidas de actualización de sus activos inmobiliarios y en esa revisión notamos que había trabajo pendiente, edificios que requerían cambios, producto de, por ejemplo, actualizaciones de norma y que tenían un consumo excesivo de energía”, explica el arquitecto Eduardo Lyon, jefe sección de Servicios generales de CEPAL.

A raíz de aquello, se realizó una evaluación con TCO (costo total de propiedad), que corresponde a una evaluación del ciclo de vida del edificio, para entender cuál es el real costo y cuál es la estrategia más adecuada para el edifico: ya sea, reemplazarlo, repararlo, cambiarle la maquinaria, etcétera. “Lo novedoso de este análisis es que toma el ciclo de vida completo del edificio e incluye el costo de operarlo”, comenta Lyon.

Importancia de nuevas tecnologías

El proyecto presenta la complejidad de ser una intervención a una estructura pre existente, además de incorporar tecnologías adicionales a las de un proyecto tradicional de este tipo. Ante este desafío la implementación de BIM es clave, porque permite abordar de forma integrada y anticipada la coexistencia de múltiples especialidades. “El desafío en esta obra era abierto y usando tecnologías BIM pudimos modelar el edificio antes de construir, nos permitió entender que el edificio iba a ser económicamente factible y nos iba a permitir ahorrar energía”, señala Lyon.

El uso de BIM, desde las primeras etapas del diseño, se pretende extender hacia la etapa de construcción e incluso a la posterior operación del edificio, siempre teniendo como objetivo la integración de los sistemas en un modelo cuyo objetivo es la eficiencia y la sostenibilidad. “Gracias a BIM sabíamos cuánto podría ser el consumo del edificio: cuánto iban a consumir las plantas fotovoltaicas, las capacidades de todo, las ingenierías, etcétera. Una integración temprana es una ventaja que ofrece BIM ya que mucha gente puede colaborar. ¿Por qué hacer las preguntas después si gracias a BIM las puedes hacer antes?”, comenta Lyon, agregando que con el uso de BIM se pueden establecer parámetros, valores de un proyecto, modelar, entre otros.

Y es que de acuerdo al arquitecto, BIM trae también la conversación a la mesa. “Contamos con el apoyo de Construye2025, tuvimos conversaciones con otros grupos, con la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), nos volvimos una especie de experimento continuo. Hemos tenido conversaciones sobre todo, implementando BIM y economía circular”, sostiene Lyon.

Sobre esto último, desde CEPAL, señalan que la economía circular tiene un rol fundamental a la hora de entender el desarme del edifico existente. “Una sistematización en las faenas de retiro y clasificación de elementos constructivos tendrá como prioridad la reutilización o reciclaje de estos, para que solo en última instancia se deba realizar una disposición final en depósitos de residuos autorizados”, explica Lyon, agregando que se ha establecido como parte del proyecto un plan de reciclaje, donde mediante mecanismos de trazabilidad se permita tener un registro de las posibilidades de reutilización como primera prioridad. Adicionalmente, como fomento a pequeños productores y proveedores locales, el proyecto contempla la utilización puntual de revestimientos sustentables artesanales locales y el uso de materias primas provenientes de elementos vegetales. 

Así, estos elementos transforman el proyecto en un hito por dos razones principales: el proceso y el producto en sí. “Al hablar del proceso nos referimos a la colaboración que ha habido entre diferentes partes y por la simultaneidad. Estamos acostumbrados a la secuencialidad, una cosa detrás de la otra, los errores caen en las manos del otro. Al hacer el proceso simultáneo, se está mostrando una manera de cómo debería hacerse la arquitectura pública en Chile, cómo colaborar, cómo agruparse. Es un proceso interesante de estudiar, repetir y mejorar”, señala Lyon.

Por su parte, al hablar del producto, se hace referencia al hecho que los edificios sean generadores de energía y tengan la capacidad de generar el confort mediante las soluciones técnicas adecuadas. “Este edificio tiene un nivel tecnológico interesante y a pura tecnología local. Todo se controla desde una central, por un computador o varios, desde el riego hasta los enchufes. Hay plataformas de control con los aires acondicionados de todas las oficinas. Los pisos de trabajo tienen sensores que van alineando las luces de acuerdo a la luz que hay afuera. Tiene sensores de movimiento para apagar las luces, etcétera. Este edificio va a incorporar automatización del mismo”, explica Lyon.

Llamado a participar

Para poder avanzar con el desarrollo de renovación y construcción del edificio Norte, la Comisión Económica para América Latina y El Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL), está realizando un Requerimiento de Expresión de Interés para identificar empresas constructoras, individuales, consorciadas o en colaboración empresarial conjunta, locales e internacionales, con sólida experiencia, y que cumplan con los requerimientos técnicos, financieros y legales, para ser precalificadas como potenciales contratistas para la ejecución de las obras del proyecto.  

Las empresas constructoras interesadas pueden acceder a los detalles del presente Requerimiento y Bases Administrativas en los siguientes enlaces:

https://www.un.org/Depts/ptd/sites/www.un.org.Depts.ptd/files/pdf/eoi20021.pdf

https://www.ungm.org/Public/Notice/178833

Aquellas empresas constructoras que sean precalificadas por CEPAL en función de su idoneidad técnica, financiera y legal, serán invitadas a participar en el proceso de selección de oferentes que CEPAL llevará adelante a través de un Requerimiento de Propuestas Multietapa con Diálogo Competitivo. La fecha límite para presentar las expresiones de interés es hasta el 27 de septiembre de 2022.

Para más información, consultas o aclaración durante el proceso, escribir a: santiago.vasquezcazar@cepal.orgmarcela.morales@cepal.orgmilitza.buitrago@cepal.org

Fuente: CDT

Arquitectos informados y conscientes del desarrollo sostenible

Por Paola Molina, presidenta de Certificación Edificio Sustentable (CES).

En el Día del Arquitecto, quisiera comenzar por felicitar a todos los colegas que desde sus diferentes veredas del ejercicio profesional van colaborando al desarrollo de la arquitectura en nuestro país, con identidad, con innovación, pero sobre todo con responsabilidad frente a los desafíos inminentes que tenemos por delante. 

Hoy, sin duda, son tiempos desafiantes, donde tenemos un incremento en el déficit de vivienda, una situación social sensible, una realidad económica compleja, una pandemia latente y, a la vez, una gran encrucijada con el cambio climático. De alguna manera, se vinculan todas cuando nos enfocamos en el ejercicio de nuestra profesión.

En el pasado hemos podido experimentar épocas en que han existido desafíos similares a los de hoy de Déficit Cero de Vivienda, pero donde el propósito sobrepasó el objetivo, volviéndose un resultado complejo, aunque es importante reconocer que conceptos como desarrollo sostenible y ciclo de vida aún no estaban permeados en nuestra sociedad y clase política como hoy sí lo están.

En cambio, estos tiempos nos traen soluciones. Hoy contamos con una hoja de ruta a nivel global que son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), donde la arquitectura y el urbanismo tienen injerencia directa sobre los 17 objetivos, siendo una profesión portadora de una gran responsabilidad en poder materializar un mejor futuro.

Dentro de los 17 objetivos está el Objetivo 9: Industria, Innovación e infraestructura, lo que está muy en línea con los propósitos de la actual gestión del Minvu de lograr Déficit Cero de Viviendas a través de la industrialización. Pero este resultado será positivo y generará externalidades positivas en el corto, mediano y largo plazo, solo si se enmarca bajo el desarrollo sostenible

La industrialización por sí sola no mejorará la calidad de la vivienda, ni evitará problemas de habitabilidad posterior, solo podrá ajustar plazos de ejecución y minimizar residuos (si es bien ejecutada). La industrialización toma un curso positivo evitando los errores del pasado, solo si se circunscribe al universo de los ODS y a las herramientas en línea con este propósito desarrolladas actualmente en nuestro país como son: la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS), la Certificación de Edificios Sustentables (CES), la Calificación Energética de Viviendas (en letras superiores o iguales a D), la Ley Marco de Cambio Climático, la Ley de Eficiencia Energética, la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, la postergada actualización de Reglamentación Térmica, la Estrategia de Economía Circular Sector Construcción, la Hoja de Ruta RCD de Economía Circular sector Construcción, el Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes donde se está obligado a reportar emisiones en una obra, entre otras.

Por lo anterior, la arquitectura sostenible, además de usar las herramientas ya disponibles, permite desarrollar proyectos conscientes que:

  • Mejoran la calidad de vida de las personas.
  • Cuidan el medio ambiente.
  • Son asequibles.
  • Visualizan y consideran todo el ciclo de vida de nuestros diseños para hacer un buen diseño que persista y aporte en el tiempo. 
  • Aportan diseños que demandan y disponibilizan recursos sostenibles en el tiempo.

Nuestra responsabilidad como arquitectos es estar informados y conscientes de ello, aplicándolo en todos los roles que nos corresponda desde nuestro ejercicio profesional.