Planificación maestra y CES: herramientas sinérgicas para la sostenibilidad

Por Mauricio Ramírez Molina, arquitecto ▪ MSc UCLouvain, socio 88 Limitada y asesor CES

Las exigencias de sostenibilidad a nivel global y nacional vinculadas —entre otras— a eficiencia energética y gestión de la energía, huella de carbono, huella hídrica y circularidad reflejan una sociedad interesada en perfeccionar y mejorar su relación con el planeta, lo que evidentemente es una buena noticia para todos. Sin embargo, con tal cantidad de áreas por abordar, es fácil sentirse agobiado al no saber por dónde partir y cómo responder a estas exigencias de forma seria. En tal sentido, para aquellas organizaciones o grupos de la sociedad que funcionan o actúan en base o desde el entorno construido, puede haber una gran oportunidad para implementarlas de forma estructurada, segura y económicamente viable a través de la planificación maestra o master planning.

El Banco Mundial define al plan maestro como “un documento dinámico de planificación a largo plazo que proporciona un diseño conceptual para guiar el crecimiento y desarrollo futuros. La planificación maestra consiste en hacer la conexión entre los edificios, los entornos sociales y sus entornos circundantes”. El Banco Mundial también indica que la planificación maestra puede asumir otros roles, tales como “Desarrollar un cronograma de escalonamiento e implementación e identificar prioridades para la acción”, “Conceptualizar y dar forma al entorno urbano tridimensional” e “Involucrar a la comunidad local y actuar como constructor de consenso”.

Así, la planificación maestra o master planning nos permite visualizar un futuro deseado que, diseñado mediante prospección y escenarios posibles, nos ayudará a desarrollar estrategias y tácticas para implementar lo que necesitaremos de forma adecuada y realista. Además, con la digitalización de nuestra realidad física y el desarrollo de software basado en ciencia y en data, es posible desarrollar estos escenarios o perspectivas con un mayor grado de confiabilidad, para luego evaluarlos y finalmente llevarlos a la realidad. Asimismo, una mayor disponibilidad de métricas y líneas base de sostenibilidad y de metas al 2030, 2040 y 2050 completan los insumos necesarios para una planificación maestra robusta.

En nuestra experiencia en el diseño y desarrollo de planes maestros para dos universidades nacionales —8 campus, 70 hectáreas y cerca de 300.000 m2 en total— a través de la planificación maestra basada en edificios y áreas exteriores hemos podido incorporar múltiples directivas relacionadas a la sostenibilidad, alineadas con políticas públicas nacionales y tendencias internacionales, incluidos los ODS de la ONU. Nuestra experiencia más reciente con la Universidad Católica de Temuco UCT, donde hemos diseñado su Plan Integral de Campus, nos ha permitido incluir no sólo dimensiones de la sostenibilidad relacionadas a los edificios, sino también otras dimensiones que tienen que ver con la organización, las personas, su funcionamiento interno y su relación con la comunidad y la ciudad. Temas como circularidad, inclusividad, interculturalidad y ciencia y tecnología para el desarrollo regional forman parte de este robusto plan, que nace a partir de sus anhelos y de la prospección y planificación de su entorno construido y que permitirá a la UCT posicionarse como un referente en este ámbito.

Aquí, la Certificación Edificio Sustentable CES se transforma en un gran aliado para poder implementar las estrategias de sostenibilidad definidas a nivel de plan maestro, al proveer una solución integrada aplicable al ámbito de las edificaciones y que es concordante con las exigencias globales y nacionales de sostenibilidad que las organizaciones o empresas deben cumplir. CES posee una gran cantidad de métricas que pueden ser utilizadas en los escenarios prospectivos, lo que permite evaluar el cumplimiento futuro de metas de sostenibilidad, la inversión requerida para ello y sus retornos económicos, ambientales y sociales. Por esta razón hemos recomendado e incluido a la Certificación Edificio Sustentable como herramienta preferente de certificación de edificios en todos los planes maestros que hemos diseñado y desarrollado.

La versatilidad del Centro de Residencia de Discapacidad de la región de Coquimbo

Niños y adolescentes necesitaban convivir en espacios confortables, que les permitieran compartir de manera segura. Por eso, en la reposición del edificio administrativo en Elqui destacan la amplitud, la luminosidad y los sistemas de climatización.

Con un fuerte enfoque en la calidad del ambiente interior se diseñó el nuevo Centro de Residencia de Discapacidad de Elqui, mandatado por el Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia del Ministerio de Desarrollo Social y Familia. Para lograrlo, se consideraron tanto sistemas pasivos como activos que pusieron énfasis en la luminosidad.

Lo anterior era fundamental para generar ambientes confortables y agradables para sus residentes. “A diferencia de otro tipo de infraestructura, en este lugar hay niños y adolescentes. Además, había que considerar el control de la climatización, porque las necesidades van cambiando y la actividad física también varía, de acuerdo con el itinerario de cada día”, explica la asesora CES Daniela Olmos, que trabajó codo a codo con Constructora CGC Ltda. y con el equipo de arquitectura DS2G Consultores, a cargo del arquitecto Dicson Gonzalez, en la etapa de diseño y desarrollo de la obra.

Igualmente, para la arquitecta fueron relevantes aspectos como el acceso visual al exterior, la ventilación natural y la calidad del ambiente interior. “Necesitábamos que todos los espacios fueran confortables desde el punto de vista térmico, visual, lumínico y de la calidad del aire. Además, hay una escasez hídrica importante en el norte, por lo que se hizo un gran esfuerzo para alcanzar cerca de un 50% de ahorro de agua potable, a través de sistemas y artefactos eficientes”, comenta.

Parte de los edificios existentes en Arturo Godoy 2150 tuvieron que demolerse, aunque las características del entorno se conservaron. De ahí que el primer desafío para los responsables del proyecto fuera adaptarse al entorno y a los requerimientos de la certificación. “Un segundo desafío fue desarrollar el proyecto en medio de la contingencia sanitaria, donde el stock de materiales que se había especificado para la certificación y que habían validado los cálculos cambió en el transcurso de la obra. Por lo tanto, hubo que buscar alternativas igual de válidas lo que tuvo un impacto en los tiempos de desarrollo, tanto a nivel proyectual como de ejecución”, sostiene Daniela Olmos.

Otro de los retos que tuvo que enfrentar el equipo era el perfil del usuario que habitaría el edificio las 24 horas del día y también sus particularidades. “Hay niños con movilidad reducida, así como diversos cuidadores”, relata la asesora CES. Asimismo, era complejo predecir la demanda y el consumo energético, debido a la diversidad de los usuarios y la amplia gama de actividades que se realizaban en los distintos espacios.

“Aunque el comedor tenía como objetivo que los niños comieran, éste también era un espacio en el que niños, niñas y adolescentes pasan gran parte del tiempo compartiendo o haciendo tareas. Finalmente, todo el edificio termina siendo su hogar. No era sólo un establecimiento de educación, sino también uno de salud, entonces esa dualidad de usos lo hacía muy diferente. Por eso, debía ser muy versátil”, detalla la profesional.

En el recinto se armaban pequeños grupos de cinco niños y/o adolescentes, que se organizaban como familias junto a sus cuidadores. En este contexto, era necesario generar pequeñas “casas” para que cada núcleo pudiera habitarlas, lo que se logró mediante prueba y error, hasta lograr cuadrar con las dinámicas y las distintas necesidades de los usuarios.

Asimismo, los aspectos de seguridad del edificio tuvieron un papel preponderante por los contextos de vulnerabilidad de donde provenían los niños y adolescentes, que -muchas veces- podrían presentar algunos comportamientos impredecibles. “Tenía que ser un espacio muy seguro, que no tuviera ningún elemento que pudiese generar un accidente”, relata Daniela Olmos.

El resultado de todo el trabajo mancomunado fue un edificio amplio, colorido, luminoso y digno con gran espacio exterior, paisajismo y espacios para hacer deporte. “Encontramos una fuerte incorporación de medidas pasivas, como una envolvente térmica mejorada y una proporción adecuada de vanos en muro, suficiente para conseguir una iluminación natural adecuada y responder a los requerimientos programáticos propios del proyecto”, argumenta el evaluador CES Mauricio Ramírez, de 88 Limitada.

En cuanto a los sistemas, el arquitecto valoró el adecuado balance entre equipos de muy buena calidad y alta eficiencia que, a la vez, son de fácil mantenimiento o reemplazo a futuro para el operador. Mientras que, en lo relacionado con la obra, Ramírez destacó el conjunto de edificaciones muy bien ejecutadas en lo que se refiere a partidas CES y a otras partidas no evaluadas por el sistema, que en su conjunto dan cuenta de espacios de alta calidad constructiva.

“Mediante termografías, anemómetro, luxómetro, termómetro de infrarrojos y otros instrumentos pudimos verificar el correcto funcionamiento de los sistema de climatización, iluminación y ventilación mecánica, así como de un buen desempeño pasivo, tanto en iluminación natural como en transmitancia térmica de muros, cielos y ventanas. Todos los dispositivos relacionados al ahorro de agua, así como el -acotado- paisajismo de bajo consumo estaban también en orden”, cuenta el evaluador CES.

Adicionalmente, el arquitecto valora que la empresa constructora puso a disposición todo el registro digital y en papel de la obra, lo que ayudó muchísimo en la verificación de partidas no visibles o iniciales.

Villarrica e Isla Teja tienen los edificios precertificados con mayor puntaje

En la ceremonia del Premio CES 2022, fueron reconocidos los proyectos Cuartel de Bomberos Segunda Faja; y el Pabellón Docente del Campus Isla Teja de la Universidad Austral de Chile.

Dos edificios del sur de Chile se llevaron los aplausos por el diseño sustentable y eficiente que alcanzaron. El Cuartel de Bomberos Segunda Faja de Villarrica, que cuenta con aproximadamente 590 metros cuadrados de superficie construida total obtuvo 83 puntos, destacando por su envolvente y diseño pasivo.

“Para nosotros -como gobierno regional- es muy importante poder tener infraestructura de primer nivel en las 32 comunas de nuestra región. Este premio demuestra que estamos construyendo un edificio de alto estándar, desde el punto de vista sustentable y de eficiencia energética, para que los voluntarios del Cuerpo de Bomberos tengan las mejores condiciones”, afirmó Luciano Rivas, gobernador regional de La Araucanía.

En este contexto, la asesora CES Tatiana Vidal, valoró la existencia de una certificación chilena adecuada a los criterios locales. “Entender nuestras zonas climáticas -porque Chile tiene nueve y más, ya que hoy llegamos hasta Isla de Pascua- así como nuestros recursos por zona y materiales genera un ganar-ganar en toda la industria”, comentó la arquitecta.

Según Ernestina Bravo, evaluadora CES de 88 Limitada, para los arquitectos es muy reconfortante ver cómo CES ayuda a que los distintos recintos que acogen a los funcionarios les permitan sentirse bien y cómodos, ya que dan un excelente servicio a la comunidad.

“El diseño integra los criterios de eficiencia energética con la funcionalidad de seguridad y velocidad de respuesta en un cuartel de bomberos”, agregó César Véliz, arquitecto de Arqlofts.


Felipe Pérez, arquitecto Coordinador del Departamento de Infraestructura de la Junta Nacional de Bomberos, recibió el Premio CES 2022.

Pabellón Docente en Isla Teja

El Pabellón Docente del Campus Isla Teja de la Universidad Austral de Chile (UACh) compartió el primer lugar con el Cuartel de Bomberos de Villarrica en la categoría Pre-certificación, tras obtener el mejor puntaje en los requerimientos de confort térmico, consumo de agua potable; y consumo y demanda de energía. “Estamos particularmente orgullosos, porque este es un edificio de gran envergadura, que alberga a un número importante de estudiantes. Que cumpla con altos estándares es motivo de alegría para nosotros”, explicó Hans Richter, rector de la UACh.

Las medidas de eficiencia energética relacionadas con ahorro de energía para iluminación y calefacción, entre otras variables, se tomaron luego de un trabajo coordinado entre la UACh y los profesionales a cargo de desarrollar el proyecto. “Creemos firmemente que la Universidad Austral ya tiene internalizados los requerimientos CES, pero que va más allá de la obligatoriedad. Es un estándar que ellos mismos se impusieron”, comentó Ernestina Bravo, asesora CES de 88 Limitada.

El edificio en Isla Teja cuenta con confortables salas de clases, casino y espacios que conectan a los estudiantes con el entorno. “Existe un requerimiento de toda la comunidad universitaria de mejorar la eficiencia energética y estamos tratando de cumplir ese propósito”, añadió Jorge Alvial, director de Infraestructura y Desarrollo Físico de la UACh.

Jorge Alvial, Director de Infraestructura de la Universidad Austral.

Igualmente, Felipe Stolzenbach, arquitecto de la Dirección de Infraestructura y Desarrollo Físico de la UACh, valoró el trabajo del equipo y explicó que cuando se incorporan los criterios CES desde el inicio, luego se hace mucho más fácil. “Es un tremendo plus para nosotros como universidad entregar este tipo de edificaciones a la comunidad”, complementó la arquitecta Marcela Garrido.

Finalmente, para Carlos Saldaña, evaluador de Efizity, fue sorprendente ver cómo se obtuvieron la mayoría de los puntos en casi todos los requerimientos, por lo que celebró el trabajo de asesoría CES.

CES: Herramienta robusta para la sustentabilidad de instituciones de educación superior

Por Mauricio Ramírez Molina, arquitecto, MSc UCLouvain, socio de 88 Limitada, y asesor CES.

Es indudable la importancia de las instituciones de educación superior (IES) en el desarrollo de un país por su rol en la creación y difusión del conocimiento, en la formación de profesionales y especialistas y en la investigación, transferencia tecnológica e innovación. Todo esto tiene mucha relevancia cuando hablamos de sustentabilidad porque dentro de las IES, las universidades son además importantes agentes de cambio. Por esta razón es clave la implementación exitosa, masiva y profunda del “Segundo Acuerdo de Producción Limpia Educación Superior Sustentable” (APL II), impulsado por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático y la Red de Campus Sustentable (RCS).

Este APL II, que además está respaldado por los ministerios de Medio Ambiente, Educación, Energía, Salud y Desarrollo Social, establece una hoja de ruta con cinco ejes principales: Gobernanza y Seguimiento, Academia, Gestión de Campus, Cultura Sustentable y Vinculación con el Medio & Responsabilidad Social. Son 116 acciones, compatibles con la agenda 2030 de Naciones Unidas, las que deben ser implementadas en un plazo de tres años a partir del 1 de enero del 2022.

Si bien varias de esas acciones requieren la construcción o adaptación y posterior validación de métricas, procedimientos y protocolos en áreas donde la sustentabilidad es aún “difusa”, hay otras que en nuestro país pueden ser rápidamente instaladas a través de herramientas altamente especializadas, robustas y de clase mundial como lo es la Certificación Edificio Sustentable CES, que calza perfectamente en el eje de Gestión de Campus, pero que además alimenta los demás ejes con mayor o menor protagonismo y con una muy buena coherencia con la herramienta RESIES desarrollada por la RCS, a través de la cual se medirá la sustentabilidad en ellas.

Un ejemplo concreto de esto son las certificaciones CES de edificios en diversas universidades del país, predominantemente en regiones: UACh, UCM, UMAG, PUC, UTA, UDA, ULagos, UAysen, USACh y UCh, ordenadas por fecha de certificación de edificios o pre-certificación de proyectos. Los procesos de incorporación de CES en universidades se iniciaron el año 2017 a través de las direcciones de infraestructura —con la UACh y UCM como líderes en el tema— y a la fecha ya muestra resultados positivos tanto en ahorro de energía como en desempeño ambiental en edificios, que ya llevan algunos años en uso. Si bien la cantidad de edificios certificados es menor en comparación a todo el parque construido que las universidades poseen a nivel nacional, es suficiente como para despejar cualquier duda que alguna autoridad académica tenga respecto de las ventajas, exigencias y procedimientos que se requieren para la correcta implementación de CES en edificios nuevos, así como en edificación existente que deba actualizarse para cumplir con las metas de sustentabilidad del APL II.

Por otra parte, las mismas IES deben tener en consideración que muchos de sus futuros estudiantes ya están viviendo hoy su formación pre-escolar y escolar (básica y media) en edificios que cuentan o contarán con Certificación CES, debido a que el Ministerio de Educación y la Junji lahan establecido como estándar para un gran porcentaje de sus proyectos de nueva edificación desde el año 2015 y 2019, respectivamente.

Con la experiencia (como 88 Limitada) de haber asesorado los primeros edificios universitarios certificados con CES y con Sello Plus Operación (UACh y UCM), de haber incorporado estándares de sustentabilidad en el diseño de planes maestros integrales de siete campus universitarios (UCM y UCT) y habiendo sido 11 años académico jerarquizado y de planta en una universidad estatal de regiones (UTalca), me permito afirmar lo siguiente: si las IES quieren avanzar rápidamente en sus metas de sustentabilidad, carbono neutralidad, energía neta cero y circularidad de su entorno construido, usen CES ahora, porque el camino se tornará mucho más sencillo.

Si quieres compartir tu opinión sobre temas relacionados a CES, escríbenos a: contacto@certificacionsustentable.cl

¿Por qué la Araucanía tiene los edificios más sustentables de Chile? 

Envolventes térmicas de alto estándar, iluminación natural, sistemas de calefacción eficientes, materiales naturales y otras cualidades han llevado a la región a lograr el mayor número de proyectos postulados a la certificación CES.

El año pasado Temuco fue catalogada como la ciudad más contaminada del mundo, superando a grandes urbes como Nueva Delhi (India) y Beijing (China), que tienen casi 100 veces su población. Pero el triste dato que nos entregaron Bloomberg Green y la ONG OpenAQ, se contrapone con la edificación sustentable que está desarrollando la Región de La Araucanía, donde 57 proyectos han sido inscritos para obtener la certificación CES.

“Sin duda, el tema de la contaminación atmosférica por la calefacción basada en leña en Temuco – Padre Las Casas puede asumirse como uno de los detonantes de ese interés, pero creemos que contar con edificios con altos niveles de sustentabilidad distribuidos en toda La Araucanía demuestra que, aun siendo una de las regiones de Chile más rezagadas en varios aspectos, hay un gran interés por mejorar sustancialmente y destacar en el área de la edificación”, dicen Ernestina Bravo Zenteno y Mauricio Ramírez Molina de la Evaluadora 88 Limitada, especialistas en Certificación Edificio Sustentable.

Con igual interés observa este desarrollo la secretaria ejecutiva del Consejo de Construcción Industrializada (CCI) y subgerenta de Desarrollo de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT),  quien destaca el énfasis que la Región de La Araucanía está poniendo en la sustentabilidad y la innovación. “Hace más de una década que los temas de eficiencia energética se han ido incorporando con fuerza al mercado, desde el sector residencial hacia otros tipo de edificios. El tema está presente desde la universidades y hoy existen muchos profesionales que se han especializado en sustentabilidad. Con ello, se posibilita el diseño de proyectos que consideren atributos de sustentabilidad y puedan optar a la certificación CES”, afirma.

¿Qué caracteriza a estos edificios?

Según la arquitecta Katherine Martínez, en el sur de Chile, es posible visualizar un reconocimiento al territorio en que se emplazan los edificios. Además, éstos muestran un buen desempeño térmico, incluyendo diseño bioclimático, con arraigo cultural y, en algunos casos, con uso de materiales locales como la madera. 

“En la región hay experiencia previa y una trayectoria en la incorporación de medidas de eficiencia energética, tanto en la edificación pública como en la privada, y creemos que eso se ve claramente reflejado en la gran cantidad de proyectos inscritos así como en el ecosistema de sustentabilidad que existe ahí: asesores, oficinas de arquitectura, equipos técnicos de los organismos públicos, constructoras, centros de investigación, instaladores y proveedores de equipos o materiales especializados. Todos, en conjunto, permiten alcanzar de forma destacada o sobresaliente los estándares de sustentabilidad requeridos por CES”, complementan en Evaluadora 88 Limitada.

Igualmente, los asesores CES Ernestina Bravo y Mauricio Ramírez, valoran las cualidades paisajísticas, culturales y de biodiversidad en La Araucanía, que la convierten en un territorio interesante para conocer y habitar. “En ese aspecto, estos edificios con altos indicadores de sustentabilidad se insertan más respetuosamente en esos entornos tan destacables”, afirman.

Algunas de las cualidades transversales en estos proyectos son, según Evaluadora 88 Limitada, las siguientes:

  • Uso de envolvente térmica de alto estándar y superior a lo que se pide en CES.
  • Uso de sistemas de calefacción eficientes, alimentados por electricidad o biomasa.
  • Uso de sistemas de ventilación mecánica de doble flujo con recuperación de calor.
  • Uso de iluminación artificial de alta eficiencia e incorporación destacada de la iluminación natural.
  • Espacios interiores generosos y con mucha calidez, aptos para los días de invierno y siempre en contacto visual con su entorno.
  • Gran ahorro de agua en las instalaciones de agua potable.
  • Uso de materiales naturales, especialmente la madera como componente destacado en los proyectos.

Edificio Aulas y Facultades de la UCM, pioneros en Sello CES “Plus Operación”

La Universidad Católica del Maule está marcando la diferencia en sustentabilidad, no solo en infraestructura, sino también en operaciones y mantenimiento.

Para garantizar que sus espacios sean adecuados, sustentables y confortables para la comunidad, la Universidad Católica del Maule (UCM) recurrió a la Certificación Edificio Sustentable (CES), que permite evaluar, calificar y certificar el comportamiento ambiental de edificios de uso público en Chile, tanto nuevos como existentes. El trabajo de la Dirección de Administración e Infraestructura y la asesoría de Mauricio Ramírez de 88 Limitada han dado tan buenos frutos que, hoy, el Edificio de Aulas y Facultades de la UCM es el primero a nivel nacional en obtener el sello CES “Plus Operación”.

 El plan maestro integral de la institución considera un plan de operación y mantención que llena de orgullo a la comunidad. “Todos estos esfuerzos, sólo buscan generar espacios propicios para la enseñanza y aprendizaje y así poder aportar a la región y al país con profesionales formados al más alto nivel de calidad”, afirma Gerardo Ojeda, director de Administración e Infraestructura de la UCM.

 En 88 Limitada le propusieron a la universidad certificarse con el sello “Plus Operación”, ya que, además de enriquecer toda la gestión de los activos, actúa como una tercera parte, para que la operación y el mantenimiento, efectivamente, se haga bajo un estándar de alta calidad. “Los edificios están alojados en las gerencias o en este caso en la vicerrectoría económica y a los ingenieros cualquier certificación les calza muy bien”, explica el asesor CES, Mauricio Ramírez.

Medición constante

 El sello que dura tres años certifica que los edificios se están manteniendo adecuadamente y que el uso eficiente de los recursos se está midiendo “Ser el primero de todos los rubros a nivel nacional en tener la certificación ‘Plus Operación’, es un tremendo logro de la institución, que evidencia su esfuerzo por lograr contar con los mejores estándares para sus estudiantes y funcionarios. Este sello de calidad, ya está instalado en el ADN de la Universidad y está declarado literalmente en su Plan Maestro de Infraestructura, que dictamina que todas las edificaciones que se construyan en la UCM, deben lograr la certificación CES”, añade Gerardo Ojeda.

Además del acompañamiento permanente, el asesor CES tendrá la misión de servir de guía, para los funcionarios, capacitando y fortaleciendo al equipo de mantenimiento, de modo que puedan hacer los reportes y seguimientos que exige este sello. “Ahora, el edificio medicina también va a ir con sello ‘Plus Operación’ y lo mismo se espera para otros edificios que están en desarrollo, en los cuales ya se está trabajando. Esto va a ser un estándar”, afirma Mauricio Ramírez.

El sello “Plus Operación” implica llevar un registro mensual o semanal de los consumos, a través de un sistema de extracción de datos. “Se colocan lectores en los tableros, se mide la cantidad de energía que se usa en calefacción, enfriamiento y cualquier otro equipo dentro del edificio. Todos los reemplazos de componentes se tienen que hacer en función de lo que se certificó en CES; se deben hacer encuestas de satisfacción al menos cada seis meses; y hacer el cruce para ver si hay cosas que no están funcionando de manera adecuada”, señala el especialista de 88 Limitada. 

De esta manera, se forma una línea base y se proponen mecanismos de mejora. “Por ejemplo, si salió elevado el consumo de calefacción y durante el año se observó que faltaba control en los termostatos, una medida de mejora es ver cómo conseguir que se regulen de una forma coherente y que no vaya cualquier persona a cambiar los termostatos. Se trata de desarrollar estrategias, implementarlas y volver a medirlas”, agrega Mauricio Ramírez.

Con los reconocimientos de la calidad de la infraestructura, las operaciones y el mantenimiento, la UCM espera ofrecer las mejores condiciones para la comunidad y, por eso, replicará los esfuerzos en los nuevos proyectos de infraestructura que está ejecutando la UCM, tanto en el Campus San Miguel, como en el Curicó. En esta comuna, comenzó con el diseño de urbanización y trabajos previos de su nuevo Campus en el sector de Rauquén y ya proyecta nuevos edificios en el Campus San Isidro, ubicado en el sector de Los Niches.

Ficha técnica:

Nombre de la obra: Edificio de Aulas y Facultades UCM.
Superficie: 8.941,53 m2.
Mandante: Universidad Católica del Maule.
Ubicación: Campus San Miguel , Avenida San Miguel 3605, Talca.
Arquitecto: Christian López Olivarí.
Programa: Aulas, oficinas de académicos, laboratorios, salas de reuniones, auditorios, estacionamientos subterráneos.