Los jardines con sensores de CO2 que mejorarán la habitabilidad de los niños en Arica

Tres establecimientos de educación preescolar administrados por la Junji contarán con características de confort interior y eficiencia que los convertirán en espacios saludables y sustentables para los profesores y sus pupilos.

Los establecimientos educacionales de la Junta Nacional de Jardines Infantiles de la Región de Arica y Parinacota “Capullito”, “Piolín” y “Caperucita”, están incorporando una serie de cualidades con las que buscan obtener la Certificación Edificio Sustentable (CES). Con capacidad para acoger a 192 niños cada uno, los tres recintos para niños en edad preescolar, contarán con ventilación mecánica en sus salas y sensores de CO2. “Para nosotros es muy importante asegurar la renovación de aire”, detalla la asesora CES Tatiana Vidal, de +E Arquitectura Sustentable.

Adicionalmente, los establecimientos -que estarán dotados de un sistema de climatización de apoyo para algunas épocas del año- incorporarán materiales bajos en compuestos orgánicos volátiles; y artefactos sanitarios de bajo consumo, que permitirán un ahorro de caudales de entre un 30% y un 40% de ahorro.

Los tres jardines infantiles fueron diseñados en hormigón armado con estucos interiores y exteriores y con losa de techo. “No necesitan aislación térmica en muros, sólo en techos. Los vidrios son DVH 6/12/6 y se está evaluando, para el primer piso, la incorporación de vidrios con factor solar. En la segunda planta, habrá celosías exteriores perimetrales, mientras que en la primera la radiación se controlará con parrones y sombreaderos”, explica la arquitecta.

 Además, para fomentar aún más la sustentabilidad, cada jardín contará con puntos limpios que buscan incentivar la cultura del reciclaje en los más pequeños. Según Tatiana Vidal, para los jardines “Piolín” y “Caperucita”, también se está evaluando la incorporación de energías renovables, con sistema fotovoltaico y/o solar térmico.

Iluminación natural

En general, en estos tres establecimientos destacan la iluminación controlada en las salas de clases, las separaciones de las celosías o perforaciones y la búsqueda del 100% del estándar de acceso de iluminación natural a los recintos regularmente ocupados. En el caso del jardín “Capullito”, la profesional de +E Arquitectura Sustentable, destaca la incorporación de sombreaderos y control solar, para evitar el sobrecalentamiento al interior de las salas y los patios. “El agrupamiento de los volúmenes del jardín también es favorable”, señala Tatiana Vidal, ya que al emplazarse en forma separada en el terreno permite mantener la temperatura cercana al edificio más baja al favorecer la ventilación. 

Por su parte, el jardín “Piolín” es similar en su morfología de emplazamiento a “Capullito”, ya que se agrupa en forma disgregada generando patios entre los volúmenes. “Este emplazamiento es favorable para esta zona climática. Se incorporan sombreaderos tipo parrones, para proteger de la radiación directa a los patios y el control solar exterior cuenta con una configuración de ladrillos, que genera una pantalla perimetral en el segundo piso”, comenta la especialista.

  En tanto, el jardín “Caperucita” se emplaza en forma perimetral, con un patio central en el primer piso, mientras que, en el segundo, mantiene sus volúmenes separados por patios y sombreaderos. Asimismo, presentará control solar perimetral con otra imagen de celosía o placa perforada exterior, más orgánica.

“Como equipo en +E Arquitectura Sustentable y, también personalmente, la infraestructura educacional es un área que nos entusiasma desarrollar y asesorar, para ayudar a generar mejores salas de clases, logrando espacios saludables para los niños y sustentables para la ciudad. Esperamos que los jardines entreguen un gran confort ambiental interior, lumínico, higrotérmico, visual, de manera eficiente, para lograr salas adecuadas para educar, aprender y habitar mejor”, concluye Tatiana Vidal.