Las claves del proyecto precertificado CES con el puntaje más alto en 10 años

Con un sobresaliente puntaje (90/100), el terminal de pasajeros del Aeródromo Teniente Julio Gallardo se posiciona como referente nacional en infraestructura aeroportuaria sustentable. Estrategias bioclimáticas, generación de energías renovables y un enfoque integral desde las primeras etapas de diseño fueron clave en este logro.

En febrero de 2025, el terminal de pasajeros del Aeródromo Teniente Julio Gallardo de Puerto Natales obtuvo la precertificación CES con 90 puntos, en la versión 1.1, el puntaje más alto alcanzado hasta ahora en esta etapa del proceso de certificación. Este proyecto, impulsado por la Dirección de Aeropuertos del Ministerio de Obras Públicas (DAP – MOP), representa un hito en la aplicación de criterios de sostenibilidad en infraestructura aeroportuaria en zonas de condiciones climáticas extremas.

“El proceso para obtener la precertificación CES en este proyecto fue largo y desafiante, pues requirió casi cuatro años de trabajo. Desde un inicio se pensó que el proyecto debía obedecer a altos estándares en sostenibilidad, net zero, eficiencia energética, entre otros aspectos”, explica Martita Molina, inspectora fiscal del estudio CES Aeropuertos.

Desde la etapa de prefactibilidad, el diseño se guió por decisiones informadas a partir de análisis específicos, como el uso de energías renovables no convencionales, estrategias de arquitectura bioclimática y un informe de requisitos CES, que permitió orientar el diseño hacia un cumplimiento óptimo de los requerimientos obligatorios y voluntarios de la certificación​.

Según Cecilia Palarino, asesora CES de la oficina Nórdica Ltda., el proceso comenzó con un diagnóstico del terminal existente y un análisis de referencias internacionales. “A partir de estos estudios iniciales, se diseñaron estrategias para optimizar el desempeño del edificio, considerando en todo momento el impacto económico de las soluciones propuestas”​, precisa.

Dado que las exigencias operativas y arquitectónicas de un terminal aeroportuario difieren de las de otros tipos de edificaciones contempladas en CES, se dificultó la aplicación directa de los requerimientos establecidos en los actuales manuales. Por esta razón, “el Terminal de Pasajeros Aeródromo de Puerto Natales se desarrolló como un proyecto piloto, en el cual se analizó la adecuación de los criterios CES al programa arquitectónico del terminal, sentando un precedente para futuras certificaciones en infraestructura aeroportuaria en Chile. Al ser el primero en su categoría, la experiencia adquirida en este proceso también servirá como base metodológica para el desarrollo del Manual CES Aeropuertos, actualmente en elaboración”, comenta Palarino.

La estrategia fue integral, tanto en lo técnico como en lo humano. Se incorporó un enfoque de diseño colaborativo con un equipo multidisciplinario que integró arquitectura, ingeniería, asesoría en sostenibilidad y especialidades aeroportuarias. Esto permitió avanzar desde una visión macro hacia soluciones específicas acordes al contexto geográfico y funcional del edificio.

Entre las decisiones clave que explican este alto puntaje, destacan:

  • Generación in-situ de energía renovable mediante aerogeneradores.
  • Envolvente térmica de alto rendimiento, iluminación natural y equipos de climatización con recuperación de calor.
  • Artefactos sanitarios de bajo consumo hídrico y paisajismo con especies autóctonas de bajo requerimiento.
  • Sistemas de monitoreo de consumo energético y gestión de residuos en construcción y operación.

“El puntaje obtenido es el resultado de un esfuerzo sostenido en cada decisión de diseño. El equipo asesor CES actúa como un eje de coordinación multidisciplinario, pero el diferencial está en el flujo de trabajo articulado entre todos los actores involucrados, y en los proyectos con altos puntajes se logra la integración efectiva de las estrategias en cada etapa del proceso”, añade Palarino​.

Los resultados hablan por sí solos: reducción del 46% en la demanda energética, 48% en el consumo total y 49% en la huella de carbono operacional. En agua, el ahorro alcanzó un 69% en consumo potable y un 44,4% en riego. A esto se suma una significativa mejora en la calidad ambiental interior, con un 85% de la superficie con excelente iluminación natural y un 92% de los recintos con acceso visual al exterior​. En materiales y residuos, se implementó un sistema de gestión de residuos en operación, con espacios destinados a la separación de materiales reciclables y un Plan de Gestión de Residuos para la etapa de construcción. Además, los indicadores de eficiencia en consumo energético y uso de agua permitieron la postulación al crédito de innovación.

El proyecto no solo sienta un precedente técnico, sino que también refuerza el valor de la sostenibilidad como eje rector de la infraestructura pública en Chile. En palabras de Martita Molina, de la Dirección de Aeropuertos: “Este logro superó con creces los objetivos de sostenibilidad que se habían planteado, y a su vez, con la convicción de que estamos entregando una infraestructura aeroportuaria de primer nivel y con altos estándares de sostenibilidad en una zona extrema de nuestro país”​.