Por Natalia Spörke, socia de Ecode SpA y asesora CES.
Actualmente, el desarrollo sustentable es una prioridad explícita de las políticas del Estado de Chile, preocupación compartida también por distintos actores del sector privado. Con este objetivo, la eficiencia energética en el sector de la construcción es un factor relevante para ayudar a alcanzar los objetivos de desarrollo sustentable del país.
Gran parte del consumo energético asociado al rubro de la construcción se puede atribuir a la etapa de operación de los edificios, principalmente de los edificios existentes que no incorporaron estrategias sustentables y de eficiencia energética en su diseño. En este contexto, existe una gran oportunidad de reducir el consumo energético en la operación de los edificios mediante la rehabilitación con estrategias de diseño sustentable, abarcando los tres ámbitos de la sustentabilidad. Una rehabilitación sustentable reduce el impacto ambiental al disminuir el uso de sistemas mecánicas e iluminación artificial, se mejora la calidad ambiental interior para el beneficio de los usuarios, y se reduce el costo operacional de éstos, lo que en algunos casos genera que el proceso de rehabilitación resulte atractivo para el propietario, extendiendo el ciclo de vida del edificio.
Parte significativa del consumo energético en edificaciones está asociado a climatización, ventilación e iluminación, por lo que son los principales focos de atención. La luz natural es un recurso disponible, siendo un factor primordial para el ahorro energético de los edificios, la cual al integrase en el diseño de un proyecto de iluminación artificial puede reducir entre un 20-40% del consumo energético asociado a la iluminación artificial (Yun et al 2010).
A diferencia de las nuevas construcciones, el desafío en la rehabilitación de edificios existentes es que la implementación de estrategias de diseño pasivo, eficiencia energética y sustentabilidad se ven limitados por las preexistencias, sobre todo en edificios con valor histórico y patrimonial. En estos casos, uno de los principales desafíos es el aporte de luz natural donde las condiciones y vanos de ventanas existentes no pueden ser intervenidos por su valor patrimonial. Al restringir las variables de orientación, forma y diseño de ventanas para el aporte de luz natural, el diseño integrado toma aún mayor relevancia, ya que las estrategias de diseño no serán mediante el dimensionamiento de vanos, estrategias de control solar y especificación de cristales, sino también tendrán gran influencia variables de diseño como la distribución programática, el trabajo de cubiertas para iluminación cenital y estrategias para la habilitación interior tales como definición de forma, reflectividad de los materiales y particiones interiores, entre otros. La limitación de intervención de edificios históricos para aporte de luz natural deberá complementarse con la iluminación artificial, adquiriendo gran relevancia el diseño integrado para combinar de forma eficiente y confortable la luz natural y artificial en el edificio.
La luz natural es un recurso renovable y disponible en condiciones adecuadas durante periodos extensos del día en gran parte del mundo; es la fuente de luz con mayor eficiencia luminosa y reproducción cromática, la cual mejora la calidad lumínica interior de los edificios. Los beneficios de la luz natural han sido ampliamente reconocidos, dado que un recinto iluminado naturalmente presenta mejores condiciones de confort, beneficios para la salud y aumenta la productividad de los usuarios.
En base a lo descrito, resulta esencial el trabajo integrado de las distintas especialidades para conservar y resaltar los valores de construcciones patrimoniales, y a su vez mejorar las condiciones de habitabilidad interior para cumplir con los estándares actuales.