HACIA UN DESARROLLO SUSTENTABLE

Por Carlos Bascou, representante de la Cámara Chilena de la Construcción en el Comité Directivo CES

Luego de asistir a la realización de la COP25 en Madrid, en diciembre último, se hace más evidente que nunca que el cambio climático es hoy uno de los mayores desafíos que la humanidad debe enfrentar donde, por cierto, el sector de la construcción no puede estar ajeno.

De acuerdo con la Global Alliance for Building and Construction, nuestra industria aporta -en términos internacionales- alrededor de un 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero y, en este contexto, las materias de sostenibilidad y los objetivos de desarrollo sostenible impulsados por Naciones Unidas imponen la necesidad ineludible de avanzar en la ruta del desarrollo y crecimiento económico, en línea con la responsabilidad social y el cuidado del medioambiente.

Dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático Chile suscribió el Acuerdo de París, que establece acciones para la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a través de medidas de mitigación, adaptación y resiliencia. Adicionalmente se comprometió con la ambiciosa meta de ser un país carbono neutral para el año 2050.

De esta manera, Chile junto a otros países buscan alinear esfuerzos para enfrentar este desafío que es parte de los Compromisos Nacionales Determinados, que son acciones y metas concretas para bajar las emisiones en que cada sector económico puede y debe hacerse parte.

Dado lo antes planteado la CChC, que tiene dentro de sus pilares estratégicos el Medio Ambiente, desarrolló un documento con la postura del rubro denominado “El Sector de la Construcción ante el Desafío Climático Global” que contiene la visión y compromisos concretos respecto a acciones de adaptación y mitigación.

En materias de adaptación, y dado que nuestro país está afecto a siete de los nueve criterios de vulnerabilidad de Naciones Unidas, tanto la infraestructura como la edificación deben hacer frente de manera decidida a fenómenos que hoy nos están afectando como la escasez hídrica, la protección de bordes costeros y bordes de río, además de la incorporación de infraestructura verde. Todos estos esfuerzos buscan a través del concepto de la resiliencia, evitar que la población se vea afectada por ellos y sufran impactos en su calidad de vida.

En términos de mitigación, no podemos quedar fuera de esta materia y debemos contribuir a través de la construcción sustentable en la reducción del consumo energético y las emisiones de CO2.

Bajo esta lógica, el documento ha identificado 4 aspectos principales que irán marcando el actuar ante el desafío Climático Global, siendo el primero de estos la eficiencia energética donde los sistemas de certificación como CES, son una importante herramienta que permite evaluar el desempeño bajo aspectos de sustentabilidad, donde incluso se alcanzan ahorros en consumo energético de entre un 35 a un 70% en comparación con edificios convencionales. Además, la aplicación de este tipo de procesos constructivos puede implicar ahorros significativos en los costos operacionales. 

Otra de las acciones que aportan a la mitigación es la planificación de las ciudadesdonde se hacen presentes las emisiones del sistema de transporte por lo que es fundamental impulsar políticas públicas de ordenamiento territorial para reducir los tiempos de viajes dentro de las ciudades. 

Por último, en materias de Mitigación, el ciclo de vida de los insumos de la construcción y su eficiencia en el uso de los recursos es relevante. Alrededor del 8% de los gases de efecto invernadero tienen relación con la elaboración y producción de insumos como cemento, hierro y acero. Por ello, la eficiencia en el uso de los recursos toma una especial importancia; y no menos importante es la gestión de residuos de construcción y demolición, y la orientación hacia una economía circular.

Tal como se mencionó, como sector debemos actuar de manera decidida y comenzar a actuar ahora. Es por esto que en el mencionado documento y que se lanzó ante el Ministerio de Medio Ambiente, se dejaron plasmados, cinco compromisos concretos.

Estos son a) Contribuir a la elaboración de reportes de emisiones, b) impulsar las mejores prácticas en diseño y construcción a través de la ingeniería, c) propiciar la certificación energética de los proyectos de sus empresas socias y de fortalecimiento a medidas que promuevan la elaboración de estándares de eficiencia energética y de cero energía neta que hoy no existen en el país. En lo que respecta a planificación territorial d) se compromete la realización de estudios sobre el diseño de áreas urbanas mediante una densificación equilibrada y por último, e) favorecer el uso de tecnologías más eficientes a través del diseño de proyectos, donde BIM debe tomar un rol preponderante ya que ayuda no solo a la productividad e innovación, sino también a la estandarización y sustentabilidad de los proyectos.

Enfrentar el desafío del cambio climático es un desafío complejo por lo que es fundamental la cooperación entre los distintos actores, ya sean estos públicos, la ciencia, la sociedad civil y la empresa privada, y aquí es donde el liderazgo de instituciones como la Cámara Chilena de la Construcción y el Instituto de la Construcción, en concordancia con los distintos ministerios es clave de cara al futuro de la industria y es aquí donde la innovación y mecanismos de financiamiento se tornaran en claves para concretar los objetivos planteados.