EL DESAFÍO DE LA MEDICIÓN DEL COMPORTAMIENTO DEL EDIFICIO

Por Carlos Saldaña, arquitecto consultor en Efizity, Entidad Evaluadora y Asesor CES

Habitar/trabajar en un edificio sustentable supone que existen condiciones propuestas mediante el diseño integrado de las partes responsables del proyecto, que son afines a conceptos de confort y, por lo tanto, aportan a la salud de sus usuarios.

Por otra parte, que su construcción y operación tengan un bajo impacto en el medio ambiente quiere decir que se han considerado productos sustentables y criterios de eficiencia energética que, a largo y mediano plazo, ayudan en la conservación de los recursos naturales.

Dichas condiciones impactan de dos maneras en el usuario: por un lado, mejoran su experiencia al habitar el edificio y, por otro, se genera conciencia de los recursos disponibles del planeta y cómo estos permiten desarrollar actividades cotidianas, en la medida que exista difusión y conocimiento de los atributos del inmueble.

Un edificio sustentable engloba múltiples características parametrizadas por un sistema de certificación, que permite comparar atributos y valorizar cada una de las medidas que se han integrado en el diseño y construcción y que se reflejan en el habitar de los usuarios y en la vida útil del mismo. En términos generales, una certificación sustentable valida -mediante un sistema de evaluación imparcial, en el cual se establecen estándares y requerimientos de cumplimiento- que las características del proyecto contribuyen a que durante su operación se disminuya el consumo de agua y energía, así como que se aseguren niveles de confort para los usuarios y calidad del proceso constructivo, entre otros.

Si utilizamos de ejemplo el Edificio Corporativo de Caja Los Andes en Santiago, que recibió la certificación CES el año 2017 y en cuya asesoría participamos, los beneficios para el usuario van desde el acceso a vistas al exterior y la iluminación natural hasta niveles de ventilación adecuados, lo que permite generar una mejor calidad de ambiente interior.

Todo esto se puede traducir en una disminución en la cantidad de enfermedades de los trabajadores y en el aumento de la productividad, lo que es posible de medir en función del número de licencias presentadas y mediante encuestas de confort interior que se realicen periódicamente a los usuarios del edificio.

La medición del comportamiento del edificio durante su operación es, sin duda, uno de los desafíos que se presentan inmediatamente después de que este recibe su certificación. Ahora, la forma o metodología para efectuar esta medición está sujeta a la variable a medir. Para el caso de los ahorros energéticos, por ejemplo, una alternativa es mediante la calibración del modelo de simulación en base a la cual se estimó el ahorro durante la etapa de diseño, ajustando valores, tanto del caso base como del caso propuesto, como por ejemplo, a la cantidad real de usuarios y los horarios reales de operación del edificio, cuantificados durante la operación del inmueble. De esta forma, se podrá lograr definir el consumo de un caso base coherente con el caso real que será comparable con los consumos medidos in situ durante la operación del edificio.

El objetivo de un edificio sustentable es contar con una mejor infraestructura para el desempeño de actividades humanas en armonía y conciencia del medio ambiente, y desde el diseño del proyecto se integra una serie de parámetros cuantificables -que van desde aspectos energéticos, confort de los usuarios, materiales y prácticas sustentable-, que comienzan a medirse durante la construcción, para que finalmente, durante la operación, se pueda evaluar en qué medida estas características se traducen en desempeños reales.

Así, es posible entregar herramientas que permitan optimizar la performance del edificio y la calidad de sus interiores. Este último concepto, “calidad”, es el que caracteriza a las edificaciones sustentables, siendo la certificación -CES o cualquier otra- una herramienta más dentro del desarrollo, que, acompañado por un buen diseño proyectual, permite que exista una visión más integrada y analítica de las edificaciones.