El equipo de Certificación Edificio Sustentable ya está pensando en el desarrollo de nuevas versiones, que incorporarán indicadores relacionados con ejes fundamentales para un país que lucha contra el cambio climático.
Al menos tres temas nuevos están marcando la pauta en el trabajo que desarrolla el equipo de Certificación Edificio Sustentable (CES) junto a las instituciones involucradas en el Comité Directivo para evaluar, calificar y certificar el comportamiento ambiental de edificios de uso público en Chile. Se trata de lineamientos que paulatinamente irán incorporándose en las siguientes versiones del sistema de certificación.
“Hemos estado revisando varios temas. El primero tiene que ver con indicadores asociados con cuantificación de la huella de carbono del edificio. Hemos trabajado en la versión 1.1 que vamos a liberar a fin de año, la cual va a incorporar la cuantificación de las emisiones de carbono en la operación”, comenta el jefe de CES, Hernán Madrid.
Adicionalmente, en el contexto del convenio de colaboración con los ministerios de Energía y de Obras Públicas, se está desarrollando un estudio piloto para medir la huella de carbono completa de un edificio ya certificado, como es el Centro Día Adulto Mayor de Punta Arenas. De esta manera, se ha podido explorar la cuantificación de las emisiones, además de la etapa de operación, lo que ha permitido revisar materiales, proceso de construcción, transporte de materiales y elementos constructivos. “Lo que estamos tratando de hacer es ver las brechas que hay, lo que nos falta y cómo abordarlo”, señala Hernán Madrid.
El objetivo de este trabajo ha sido entregar información e incorporar los lineamientos que ha desarrollando la Mesa de Huella de Carbono para la Edificación, albergada en el Instituto de la Construcción, en el marco de un convenio de colaboración con el Ministerio de Vivienda, donde CES ha estado participando desde el comienzo, de manera de alinear sus metodologías con el trabajo que se desarrolla en el país.
“Con todos esos antecedentes esperamos desarrollar un set de requerimientos para incorporar en una futura versión 2 de la certificación, que apunte a cuantificar la huella de carbono durante todo el ciclo de vida del edificio, considerando la operación que ya la tenemos abordada y la etapa diseño con materiales y productos para la construcción, el proceso constructivo y la posterior renovación y mejoramiento del edificio”, detalla el jefe de CES.
Economía circular
El segundo punto en el que se ha estado avanzando es la economía circular. Si bien, ya existe una actualización de esta mirada en la versión 1.1, que tiene que ver con el plan de gestión de residuos durante la construcción y la cuantificación de los residuos que genera el proceso de construcción, en las siguientes versiones queremos incorporar indicadores directos de economía circular. “Algunos tienen que ver con la reutilización de un edificio completo o de parte de ellos. Los edificios patrimoniales tienen algo de eso, pero ahora la mirada es más amplia. La idea es que las partes del edificio o uno completo se diseñe pensando en modularidad, para poder desarmarlo y poder armarlo en otro lugar”, indica Hernán Madrid.
En definitiva, la apuesta es lograr la reutilización del edificio, su estructura, terminaciones o la envolvente. El segundo punto considerado para una nueva versión de la certificación es la reutilización de material. “El ejemplo más fácil de visualizar es el pavimento: los áridos que se usan nuevamente como si fueran un material nuevo en los alrededores. Vamos a buscar la reutilización de todo tipo de materiales”, afirma el jefe de CES.
Finalmente, muy de la mano de la innovación, la mirada se ha puesto sobre la electromovilidad. “La línea que hemos explorado en el marco del convenio de colaboración direccionaba a la incorporación de elementos que faciliten la electromovilidad en la ciudad. Buscamos identificar cuántos estacionamientos deberían tener cargadores eléctricos, qué características deberían tener, por ejemplo”, señala Hernán Madrid.
Asimismo, CES no ha estado ajeno a la incorporación del hidrógeno verde como fuente de energía, debido a la amplia gama de aplicaciones que puede ofrecer. “Hemos visto algunas a escala cerrada en instalaciones de aeropuertos o centros de distribución. Al movilizarse equipaje o encomiendas, en descarga de camiones y almacenaje; equipos que se utilizan con energía eléctrica que puedan migrar para que esa energía esté en forma de hidrógeno verde. Son temas nuevos, pero debemos darle cabida dentro de la certificación”, concluye el jefe de CES.