CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE PARA CHILE

Por Ricardo Fernández, representante del Instituto de la Construcción en Comité Directivo CES

En los últimos años, en nuestro país, hemos visto incrementada la frecuencia y los daños producidos por desastres naturales, tales como incendios, terremotos, marejadas y tsunamis, aludes e incendios, por lo que, luego de ver los efectos causados, debemos trabajar en dos grandes pilares: la regularización y mejoramientos de edificaciones y ciudades, y tomar medidas para mitigar el calentamiento global.

Es usual que las viviendas dañadas por los eventos de la naturaleza mencionados correspondan a viviendas que no cumplen los mínimos señalados en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC) y están emplazadas informalmente, mediante sistemas de autoconstrucción. Debemos fiscalizar y aumentar exigencias de la Ordenanza para asegurar emplazamientos seguros con edificios de calidad. Asimismo, hay que determinar las matrices de riesgos para cada ciudad y trabajar en la contención o mitigación de posibles impactos determinados previamente.

En cuanto al calentamiento global, sabiendo que somos y seremos uno de los países más afectados por este fenómeno, se debe avanzar para que los consumidores puedan distinguir entre los productos de construcción y tipos de edificaciones según los impactos que tengan asociados, usando los análisis de ciclos de vida y declaración ambiental de productos, quedando claras sus distintas huellas (impactos desde su cuna a la tumba), es decir, cuantificar impactos desde extracción de materias primas, fabricación de materiales, transporte, construcción, demolición, reciclaje y disposición final, de manera que la información sea clara y comparable. 

Hoy contamos con una excelente herramienta para demostrar condiciones de buen diseño y existen edificios con condiciones de operación que aportan en confort a los usuarios, mediante calidad de aire interior, temperaturas de trabajo, iluminación, etc., y que generan menores gastos energéticos. A la fecha, está orientada a todo tipo de edificios de uso público y recientemente se ha realizado una versión para establecimientos de salud. Creo relevante hacer un esfuerzo país para que esta herramienta, Certificación Edificio Sustentable, pueda expandirse a todos los tipos de edificación y sea un instrumento de validación y comparación de ellas. Sería un error que coexistan muchos tipos de certificaciones y los usuarios se pierdan, al no poder hacer una comparación fácil y entendible. 

El uso del CES permite avalar diseños y construcciones más eficientes, así como generar ambientes de mayor calidad de vida y productividad para los usuarios. Debo recalcar que certificar es asumir un pequeño costo inicial, pero al hacerlo, lo esperable es que las etapas de construcción, venta y operación tengan mayores beneficios.

Construcción sostenible es aquella que está consciente de sus impactos, los disminuye y toma en consideración los aspectos ambientales y sociales del medio en que se desarrolla.

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