Hernán Madrid, resumió los principales avances que ha tenido la versión CES Aeropuertos, que permitirá contar terminales aéreas sustentables en distintas zonas del territorio nacional.
La Certificación de Edificio Sustentable (CES) versión para aeropuertos y aeródromos avanza a paso firme en tres importantes frentes: eficiencia en el uso de aguas, acústica y eficiencia en el uso de energía. Hernán Madrid, jefe de CES, explicó los principales avances realizados recientemente en cada uno de estos ámbitos.
Sobre el uso eficiente de agua, existen tres aristas principales: actualización de artefactos sanitarios y procesos —incluyendo el paisajismo—, reutilización de aguas y captación y reutilización de aguas lluvias, dependiendo del emplazamiento y condiciones climáticas de cada recinto.
“Algo nuevo que se levantó es que existen procesos distintos en un aeropuerto o en otro, que tienen que ver por ejemplo con el lavado de la pista de aterrizaje y el lavado, en algunos casos, de las aeronaves”, indica Madrid, agregando que se está estudiando el uso de aguas recicladas y reutilización de aguas grises para la realización de estas labores, al igual que para la descarga de sanitarios. Asimismo, también se ha avanzado en el estudio del uso del agua recolectada de las lluvias en aquellas zonas donde el clima lo propicia, para minimizar el uso de agua potable en las tareas ya descritas.
El segundo tema, centrado en acústica, contempla la medición de los distintos niveles de ruido que se registran en las tres escalas de recintos aeroportuarios visitadas: aeropuerto, aeródromo y pequeño aeródromo. A su vez, se registraron mediciones de niveles de ruido de diferentes aeronaves: comerciales, privadas, helicópteros, e incluso, aviones militares.
Hernán Madrid explicó que esto ha permitido caracterizar y tener muy definidas las condiciones para la reducción de ruidos de tránsito terrestre y aéreo (aeronaves), “y en este caso, tenemos en el terminal de pasajeros, lado tierra y lado aire, vehículos y aviones, por lo que se ha hecho una caracterización y una propuesta de reducción de ruido aéreo distinta”, señala. Considerando la diferencia de las fuentes, “también se evaluó lo que llamamos un ‘criterio de simultaneidad’, porque en un aeropuerto va a haber más de un avión al mismo tiempo, entonces hay una simultaneidad de ruido que también afecta”, puntualiza Madrid.
El tercer foco, correspondiente al estudio de energía, ha trabajado en las condiciones previas para las evaluaciones, a fin de que permitan caracterizar el movimiento de los distintos terminales aéreos contemplando agenda de uso, cantidad de ocupación, niveles de iluminación, sistemas de ventilación, entre otros factores que influyen en la performance de cada recinto.
Es importante mencionar que la carga de ocupación de aeropuertos y aeródromos está diseñada para ir creciendo en el tiempo, a diferencia de lo que ocurre con un edificio de uso público común, que atiende una cantidad estándar de público (como sucede en un hospital, centro de estudios, entre otros). Al tener que pensar en un número creciente de pasajeros, se debe proyectar la cantidad máxima según lo que dure el periodo de operación o concesión. Para esto, existe un criterio de diseño llamado “la hora 40” o “H 40”, que ordena, de mayor a menor, las horas con su respectiva afluencia de usuarios, hasta llegar a la hora 40, que alcanzaría el peak. “Ha sido una discusión importante, pero ya estamos de acuerdo y ahora se está trabajando en las simulaciones energéticas específicas para poder definir los rangos de mejora en cada uno de los tipos de zonas climáticas y tipo de escala de aeropuerto”, concluye Madrid.
Finalmente, el ingeniero detalla que los pilotos están avanzando sobre todo en tres terminales: el aeródromo Teniente Rodolfo Marsh Martin de la Antártica; el aeródromo de Puerto Natales, Teniente Julio Gallardo y el aeródromo La Florida, de La Serena, aún en etapa de licitación.
Asimismo, cuenta que para el desarrollo de esta versión han sostenido reuniones con entidades internacionales, como el Consejo Internacional de Aeropuertos (en inglés, Airports Council International, ACI) y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), y en enero realizaron una visita al Aeropuerto Arturo Merino Benítez, junto con profesionales de la Dirección de Aeropuertos del Ministerio de Obras Públicas (MOP).