Fue desarrollo por CTeC, Minvu y la CChC, con gran éxito de convocatoria
La actividad que contó con la participación de más de 300 asistentes, revisó las diferentes iniciativas orientadas a promover construcciones más sustentables y los diferentes sistemas de certificación disponibles en el mercado, con especial énfasis en aquellos nacionales como la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS) y la Certificación Edificio Sustentable (CES).
Los expositores de la jornada fueron Paola Valencia, Secretaria Ejecutiva de Construcción Sustentable, DITEC, Minvu; Tom Livelli, Director para Latinoamérica de Greystar; Patricio Fernández, Gerente de Desarrollo Chile de Greystar; Janina Franco, Especialista Senior en Eficiencia Energética del Banco Mundial y Francisco Mena, Gerente de Proyectos de Inmobiliaria Tarragona.
Por Ricardo Fernández, representante del Instituto de la Construcción en Comité Directivo CES
En los últimos años, en nuestro país, hemos visto incrementada la frecuencia y los daños producidos por desastres naturales, tales como incendios, terremotos, marejadas y tsunamis, aludes e incendios, por lo que, luego de ver los efectos causados, debemos trabajar en dos grandes pilares: la regularización y mejoramientos de edificaciones y ciudades, y tomar medidas para mitigar el calentamiento global.
Es usual que las viviendas dañadas por los eventos de la naturaleza mencionados correspondan a viviendas que no cumplen los mínimos señalados en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC) y están emplazadas informalmente, mediante sistemas de autoconstrucción. Debemos fiscalizar y aumentar exigencias de la Ordenanza para asegurar emplazamientos seguros con edificios de calidad. Asimismo, hay que determinar las matrices de riesgos para cada ciudad y trabajar en la contención o mitigación de posibles impactos determinados previamente.
En cuanto al calentamiento global, sabiendo que somos y seremos uno de los países más afectados por este fenómeno, se debe avanzar para que los consumidores puedan distinguir entre los productos de construcción y tipos de edificaciones según los impactos que tengan asociados, usando los análisis de ciclos de vida y declaración ambiental de productos, quedando claras sus distintas huellas (impactos desde su cuna a la tumba), es decir, cuantificar impactos desde extracción de materias primas, fabricación de materiales, transporte, construcción, demolición, reciclaje y disposición final, de manera que la información sea clara y comparable.
Hoy contamos con una excelente herramienta para demostrar condiciones de buen diseño y existen edificios con condiciones de operación que aportan en confort a los usuarios, mediante calidad de aire interior, temperaturas de trabajo, iluminación, etc., y que generan menores gastos energéticos. A la fecha, está orientada a todo tipo de edificios de uso público y recientemente se ha realizado una versión para establecimientos de salud. Creo relevante hacer un esfuerzo país para que esta herramienta, Certificación Edificio Sustentable, pueda expandirse a todos los tipos de edificación y sea un instrumento de validación y comparación de ellas. Sería un error que coexistan muchos tipos de certificaciones y los usuarios se pierdan, al no poder hacer una comparación fácil y entendible.
El uso del CES permite avalar diseños y construcciones más eficientes, así como generar ambientes de mayor calidad de vida y productividad para los usuarios. Debo recalcar que certificar es asumir un pequeño costo inicial, pero al hacerlo, lo esperable es que las etapas de construcción, venta y operación tengan mayores beneficios.
Construcción sostenible es aquella que está consciente de sus impactos, los disminuye y toma en consideración los aspectos ambientales y sociales del medio en que se desarrolla.