Por Paola Molina, arquitecta, presidenta grupo Ecoarq Comité Sustentabilidad y Energía Colegio de Arquitectos y miembro del Comité Directivo CES
Para comenzar quiero citar al arquitecto Edward Mazria, gestor de uno de los primeros manuales de arquitectura pasiva en la década de los 70 y actual representante en el Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) del área de la construcción en reconocimiento a su trayectoria. Él se pregunta: ¿Por qué diseñar con un propósito? A lo que responde: porque hoy la vida depende de ello.
Como ya muchos saben, hoy, la comunidad científica nos plantea que tenemos como única opción no subir más de dos grados de temperatura en los próximos 15 años, en realidad no más de 1.5 y luego, mediante buenas estrategias, lograr saltar a la temperatura que había previo a la época de la industrialización.
¡Esto implica un tremendo esfuerzo y trabajo! Es como parar un tren de golpe en pocos metros. De lo contrario, el IPCC nos adelanta que para el año 2047 la temperatura del año más frío en nuestro planeta será equivalente al registro del año más caliente que hasta hoy conocemos.
Entonces, es importante preguntarnos, ¿qué responsabilidad tiene el diseño, construcción y ciclo de vida de los edificios en todo esto?
Hoy el medioambiente urbano emite el 75% de los gases de efecto invernadero globales. Si a esto le sumamos que en los próximos 15 años se construirá el 60% de lo ya edificado a nivel global (representando Latinoamérica el 9% de este total) podemos deducir que la responsabilidad que compete al área de la construcción en el calentamiento global no es indiferente. Según Mazria, esta cifra está cerca del 45% en relación con la responsabilidad de consumo energético.
Producto del desarrollo de tecnologías, hoy tenemos edificios confortables. Sin embargo, al no considerar el diseño pasivo, consumen cada vez más energía durante su ciclo de vida, ya que sin ella simplemente no pueden operar.
Cada vez se consume más, cuando se debe hacer exactamente lo contrario. Hay algo que no cuadra. Podríamos decir que la eficiencia de los equipos ayuda a disminuir un poco la curva de crecimiento del consumo energético, pero no la reduce totalmente. Hoy, la única forma de hacer caer el consumo de una manera drástica es a través del diseño pasivo y acondicionamiento térmico de lo existente.
Si un proyecto está bien diseñado, vinculándose con el medioambiente, en el escenario más modesto ahorrará de base entre un 40 a un 60% del consumo energético en su ciclo de vida.
A eso sumémosle que vivimos cerca del 80% de nuestro tiempo dentro de los edificios, lo que implica ahorrar, pero obteniendo la óptima calidad de vida y salud en su interior. Esto nos muestra que hacer buenos proyectos ya no es una opción, es un deber y una responsabilidad global.
La Certificación Edificio Sustentable (CES), desde sus inicios, ha calibrado en sus requisitos obligatorios que se valore con un 65% el diseño pasivo y un 35% los equipos. Esto provee la mejor hoja de ruta para el desarrollo de nuestro país en cuanto a economía energética, mejora de la calidad de vida de las personas y cuidado del medioambiente, y lo mejor de todo esto es que se ha graduado con el apoyo de muchos especialistas nacionales en cada una de las materias, de acuerdo con nuestra realidad, requerimiento y cultura, considerando también la experiencia internacional.
También quiero mencionar que se podría pensar que estamos hablando de tecnologías y requerimientos sofisticados para países desarrollados; pero no es tan así. Un ejemplo de ello es que el Ministerio de Obras Públicas se ha transformado en el principal promotor de esta herramienta. ¿Por qué? Porque los proyectos que estén certificados CES ahorrarán en la operación, pagándose con creces durante su ciclo de vida el incremento en el costo inicial y de ejecución, si es que este existiese.
¿Cuáles son los desafíos futuros de la construcción en Chile? Los horizontes son incuantificables y quienes trabajamos para el desarrollo de esta certificación estamos comprometidos con el estudio de ello, de manera de ir actualizándola.
Los requerimientos deberán ser cada vez mayores hasta llegar a edificios carbono neutral y plusenergy (que aportan energía al sistema); pero vamos paso a paso, y CES hoy se nos presenta como una gran herramienta al alcance de nuestra realidad y mercado, para hacer que todo lo anterior suceda.