Aportes para un estándar constructivo nacional más sustentable

Erwin Navarrete Saldivia, jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional y representante titular del Minvu en el Directorio de CES.

Las circunstancias actuales nos han puesto a prueba como sociedad. Estamos frente a una de las mayores crisis que hemos vivido mundialmente en la era de la globalización, lo que ha dejado de manifiesto las vulnerabilidades que tiene nuestro sistema de vida. 

Problemáticas globales como la migración a zonas urbanas y, por ende, la planificación de esas zonas, entre muchas otras, se han traducido en factores que han favorecido que el mundo se vea impactado hoy por una pandemia de estas características, por lo que vale preguntarse ¿cómo podemos aportar desde el sector construcción a mejorar las condiciones futuras de vida para que esto no se repita?

Como ministerio nos preocupa el impacto ambiental que tienen las edificaciones a lo largo de su ciclo de vida, ya que consumen grandes porcentajes de energía y agua, y generan altos índices de residuos y contaminación ambiental en las ciudades, entre otras externalidades negativas. 

En respuesta a lo anterior, hemos asumido en nuestro quehacer un compromiso fundamental con el medioambiente y la calidad de vida de los ciudadanos, por esta razón, hace más de una década hemos incorporado la sustentabilidad como una herramienta central para desarrollar nuestra labor, es así que hemos desarrollado políticas y programas que permitan incorporar estándares de sustentabilidad en la industria de la construcción, que han permitido mejorar la calidad constructiva, así como del ambiente interior de las viviendas, impulsando diversas acciones que buscan reducir el impacto de las edificaciones en el medioambiente y en la vida de las personas. 

Una de estas iniciativas es la Certificación Edificio Sustentable (CES), administrada por el Instituto de la Construcción (IC), que está enfocada en incentivar la construcción sustentable en edificios de uso público. La CES comparte una misma línea estratégica con la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS) que lidera el Minvu, y que es parte de las iniciativas de la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable para fomentar la incorporación de sustentabilidad en la edificación. 

Dado lo anterior, hemos propiciado generar sinergias entre las dos iniciativas, participando mutuamente, tanto en los comités directivos como en los técnicos de ambas certificaciones. Asimismo, hemos intencionado un trabajo conjunto para alinear otros aspectos en estas iniciativas, como la homologación de conceptos, con el fin de que compartan un lenguaje común y la misma lógica de trabajo, y con ello facilitar la masificación en el uso de ambos instrumentos en el mercado. 

Todos estos esfuerzos apuntan a un objetivo común, que es optimizar las condiciones de vida de las familias chilenas, teniendo directo impacto en la salud de las personas a través de estrategias que privilegien metodologías de trabajo, diseños, materialidades y comportamientos de uso de viviendas, espacios comunes y medio urbano.

Gestión de residuos, hacia una construcción circular

Yves Besançon Prats, arquitecto, Past President de Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) y representante de AOA en el Comité Consultivo CES

Según los indicadores actuales, el sector de la construcción es una de las actividades económicas que más contamina y, por lo tanto, aporta al factor medioambiental una gran carga de CO2, contribuyendo al cambio climático que vivimos en estos últimos años. Si queremos revertir o al menos detener este negativo aporte de nuestro rubro, tenemos que actuar ahora que ya es tarde.

La participación de todos los actores, partiendo por la enseñanza en las aulas de los colegios, siguiendo por las materias impartidas en nuestras universidades y luego por la actividad privada y las instituciones del Estado, deben asociarse coherentemente en una meta común a mediano plazo para realizar acciones coordinadas en tal sentido. Lo anterior debe formar parte de una transformación cultural para que exista un pronto cambio de mentalidad, partiendo por los más jóvenes.

En la enseñanza básica y secundaria debiera ser una tarea fundamental en el currículum escolar mostrar a los alumnos las simples acciones que pueden hacerse para generar conciencia respecto al comportamiento humano frente a este desafío urgente.

Luego, en las carreras universitarias, reformar o incluir en las mallas curriculares las materias importantes que influirán desde las etapas de diseño y construcción en los proyectos de obras públicas y privadas.

Por supuesto, también los profesionales como arquitectos, ingenieros y constructores tenemos que estar alertas a estos problemas y formarnos continuamente para ser herramientas útiles para un mejor medio ambiente y calidad de vida en nuestras ciudades y barrios.

Para ello hay que necesariamente comenzar desde la etapa del diseño en un trabajo en equipos interdisciplinarios y colaborativos para lograr proyectos sustentables, tanto en el periodo de construcción de los mismos como en su operación posterior, comprometiendo protocolos con los futuros usuarios. Los proyectos, por lo tanto, tendrán que estudiarse acuciosamente, incluyendo los aspectos que puedan ayudar a tener la menor cantidad de residuos durante la construcción, para lo cual los tiempos de estudio y el trabajo comprometido deberán ser razonablemente considerados en los plazos de proyecto y no ser tan acotados como lo son hoy.

El cumplimiento de los Acuerdos de París por parte de nuestro país en materias de cambio climático enmarcan las estrategias que debemos llevar adelante, tanto en la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) como en el programa Construye2025 de Corfo y en la Certificación Edificio Sustentable, los que son un imperativo para todo nuestro rubro. Entre otros, el buen manejo de residuos es un factor cada vez más relevante en lograr una construcción circular: esto es un manejo que permita mirar los residuos no como basuras, sino que manejados de manera adecuada, sean considerados como un factor económicamente favorable y no un riesgo de mayores costos para la construcción.

El manejo sustentable de los residuos de la construcción y demolición (RCD), mediante un foco claro y gestionado desde la mirada de economía circular, nos ayudará a comprender que la construcción circular desde una mirada país, fomentando la creación de una política de Estado en ese sentido. 

Eso es lo que debemos mostrar como un país en el fin del mundo, con la gran variedad de sus climas, geografías, emergencias y la diversidad de su gente, que si no cuidamos nosotros nuestro único planeta, no lo hará nadie por nosotros y serán las generaciones futuras las que nos enrrostrarán nuestras omisiones en materias de sustentabilidad y respeto por el medio ambiente.

HACIA UN DESARROLLO SUSTENTABLE

Por Carlos Bascou, representante de la Cámara Chilena de la Construcción en el Comité Directivo CES

Luego de asistir a la realización de la COP25 en Madrid, en diciembre último, se hace más evidente que nunca que el cambio climático es hoy uno de los mayores desafíos que la humanidad debe enfrentar donde, por cierto, el sector de la construcción no puede estar ajeno.

De acuerdo con la Global Alliance for Building and Construction, nuestra industria aporta -en términos internacionales- alrededor de un 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero y, en este contexto, las materias de sostenibilidad y los objetivos de desarrollo sostenible impulsados por Naciones Unidas imponen la necesidad ineludible de avanzar en la ruta del desarrollo y crecimiento económico, en línea con la responsabilidad social y el cuidado del medioambiente.

Dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático Chile suscribió el Acuerdo de París, que establece acciones para la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a través de medidas de mitigación, adaptación y resiliencia. Adicionalmente se comprometió con la ambiciosa meta de ser un país carbono neutral para el año 2050.

De esta manera, Chile junto a otros países buscan alinear esfuerzos para enfrentar este desafío que es parte de los Compromisos Nacionales Determinados, que son acciones y metas concretas para bajar las emisiones en que cada sector económico puede y debe hacerse parte.

Dado lo antes planteado la CChC, que tiene dentro de sus pilares estratégicos el Medio Ambiente, desarrolló un documento con la postura del rubro denominado “El Sector de la Construcción ante el Desafío Climático Global” que contiene la visión y compromisos concretos respecto a acciones de adaptación y mitigación.

En materias de adaptación, y dado que nuestro país está afecto a siete de los nueve criterios de vulnerabilidad de Naciones Unidas, tanto la infraestructura como la edificación deben hacer frente de manera decidida a fenómenos que hoy nos están afectando como la escasez hídrica, la protección de bordes costeros y bordes de río, además de la incorporación de infraestructura verde. Todos estos esfuerzos buscan a través del concepto de la resiliencia, evitar que la población se vea afectada por ellos y sufran impactos en su calidad de vida.

En términos de mitigación, no podemos quedar fuera de esta materia y debemos contribuir a través de la construcción sustentable en la reducción del consumo energético y las emisiones de CO2.

Bajo esta lógica, el documento ha identificado 4 aspectos principales que irán marcando el actuar ante el desafío Climático Global, siendo el primero de estos la eficiencia energética donde los sistemas de certificación como CES, son una importante herramienta que permite evaluar el desempeño bajo aspectos de sustentabilidad, donde incluso se alcanzan ahorros en consumo energético de entre un 35 a un 70% en comparación con edificios convencionales. Además, la aplicación de este tipo de procesos constructivos puede implicar ahorros significativos en los costos operacionales. 

Otra de las acciones que aportan a la mitigación es la planificación de las ciudadesdonde se hacen presentes las emisiones del sistema de transporte por lo que es fundamental impulsar políticas públicas de ordenamiento territorial para reducir los tiempos de viajes dentro de las ciudades. 

Por último, en materias de Mitigación, el ciclo de vida de los insumos de la construcción y su eficiencia en el uso de los recursos es relevante. Alrededor del 8% de los gases de efecto invernadero tienen relación con la elaboración y producción de insumos como cemento, hierro y acero. Por ello, la eficiencia en el uso de los recursos toma una especial importancia; y no menos importante es la gestión de residuos de construcción y demolición, y la orientación hacia una economía circular.

Tal como se mencionó, como sector debemos actuar de manera decidida y comenzar a actuar ahora. Es por esto que en el mencionado documento y que se lanzó ante el Ministerio de Medio Ambiente, se dejaron plasmados, cinco compromisos concretos.

Estos son a) Contribuir a la elaboración de reportes de emisiones, b) impulsar las mejores prácticas en diseño y construcción a través de la ingeniería, c) propiciar la certificación energética de los proyectos de sus empresas socias y de fortalecimiento a medidas que promuevan la elaboración de estándares de eficiencia energética y de cero energía neta que hoy no existen en el país. En lo que respecta a planificación territorial d) se compromete la realización de estudios sobre el diseño de áreas urbanas mediante una densificación equilibrada y por último, e) favorecer el uso de tecnologías más eficientes a través del diseño de proyectos, donde BIM debe tomar un rol preponderante ya que ayuda no solo a la productividad e innovación, sino también a la estandarización y sustentabilidad de los proyectos.

Enfrentar el desafío del cambio climático es un desafío complejo por lo que es fundamental la cooperación entre los distintos actores, ya sean estos públicos, la ciencia, la sociedad civil y la empresa privada, y aquí es donde el liderazgo de instituciones como la Cámara Chilena de la Construcción y el Instituto de la Construcción, en concordancia con los distintos ministerios es clave de cara al futuro de la industria y es aquí donde la innovación y mecanismos de financiamiento se tornaran en claves para concretar los objetivos planteados.

RUTA PROGRESIVA HACIA CERO EMISIONES EN EDIFICACIÓN

Por Paola Molina, arquitecta y representante del Colegio de Arquitectos en el Comité Directivo CES

Hoy, la superficie construida a nivel mundial, según Global Status Report GABC, es de 223 mil millones de metros cuadrados y para el año 2060 prácticamente se duplicará, mientras que los reportes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por su sigla en inglés) muestran una escasa reserva de espacio para nuevas emisiones del planeta, sin aumentar la temperatura en más de 1,5 °C. Para evitar enfrentarnos a desafíos más complejos; además de lo levantado en el grupo de trabajo número 3 (donde se encuentra el área de edificaciones), debemos reconocer el impacto del sector de edificación/construcción en las emisiones que se levantan a nivel mundial y que, actualmente, equivalen al 38% (UNEP-SBCI) (AIE/PNUMA, 2018).

Lo anterior, sumado al producto de otros componentes de la ciudad, equivalen al 75% del GEI producidos por el ser humano. Además, los edificios son responsables del 40% del uso de la energía y del 50% del uso global de materiales y si a eso agregamos que el 91% de la población mundial debe vivir en lugares donde, producto de lo anterior, los niveles de polución exceden los límites de la OMS, tenemos que tomar acciones importantes y urgentes desde el área de las edificaciones en todo su ciclo de vida y prepararnos planificadamente para ello elaborando, a nivel local, estrategias con metas para los próximos cinco decenios, de acuerdo a sus capacidades.

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Lo antes expuesto sirve de motor para plantearnos con urgencia estándares más exigentes en eficiencia energética, entendiendo que la primera estrategia es lograr diseños de edificios que exploten su capacidad de diseño pasivo, es decir, minimizar la demanda energética en conjunto con maximizar la calidad de vida de sus usuarios; complementado esto, en una segunda instancia, con equipos de alta eficiencia y agregando a todo lo anterior una visión sustentable de interrelación ciudad/edificaciones, lo que significa evitar en todo el ciclo de vida externalizar contaminación de algún tipo, minimizar los residuos, aportar a nuestro entorno urbano tanto social como ambientalmente, etc. Y en el ámbito de energía, concentrarnos en el desarrollo y producción de energías limpias que permitan el funcionamiento de la ciudad.

Para lograrlo, existen varias guías de cómo elaborar una hoja de ruta (2020-2050), una de ellas es la elaborada por la Global Alliance (UN program – Global ABC) en la que existe un lineamiento base específico para Latinoamérica. Otro ejemplo, es Code 0 de Edward Mazria y la Organización Architecture 2030, que participa del IPCC y que, en el marco de la COP25, se mostró dispuesto a hacer una adaptación de su código de acuerdo a las necesidades de nuestro país, tal como lo ha hecho China y varios estados en Estados Unidos como Nueva York y California.

Por otra parte, en Chile ya contamos con una Calificación Energética de Vivienda (CEV), una Certificación de Edificio Sustentable (CES), y en marzo del próximo año se realizará el lanzamiento de la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS). Herramientas que permiten el avance en estas materias a nivel local y de acuerdo con nuestros desafíos.

A esto se suma que durante la realización de la COP25 se realizó el aporte del mundo científico a través de mesas de trabajo -dirigidas por la connotada científica nacional Maisa Rojas- donde una de las instancias trató el tema de la ciudad. Dentro de esta, se desarrolló la sub mesa de Edificios, Energía y Equipamiento, en la que se trabajó intensamente para aportar en el levantamiento de siete fichas en las que se grafican y resumen en una línea tiempo mostrada a continuación y que fue elaborada por la Universidad Católica.

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Glosario:
CES: Certificación de Edificios Sustentables, se refiere a la puesta en marcha de la Calificación Energética de Edificios no Residenciales.CEV: Calificación Energética de la ViviendaRT: Nueva Reglamentación TérmicaCI: Carbono IncorporadoNZEB: Edificios con balance cero energía

El desarrollo de la propuesta para las contribuciones prevista y determinadas a nivel nacional (NDC), son los compromisos que nuestro país debe asumir en conjunto con toda la comunidad internacional, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Lo importante para ir avanzando es lograr que en los NDC de Chile se incorporen los lineamientos elaborados a través de las fichas presentadas, ya que de esa manera se podría concretar una ambiciosa y adecuada hoja de ruta para nuestro país en esta materia, lo que traería tanto beneficios sociales como ambientales.

Tenemos la ventaja de que hoy existen muchos profesionales del área capacitados en certificaciones nacionales e internacionales, por lo tanto, el capital humano existe para desarrollar los desafíos requeridos. Adicionalmente, ya son varios los ministerios que trabajan arduamente en el desarrollo del sector en materias sostenibles.

Los desafíos por delante son muchos, pero me detengo en los siguientes:

  • Tenemos que trabajar de manera colaborativa, hay mucha información y herramientas desarrollándose y varias ya están disponibles para uso público.
  • Tenemos que levantar información más detallada, confiable, comparativa y abierta. Las cifras que manejamos son bastante gruesas y pueden llevar a imprecisiones al minuto de aplicar y/o priorizar políticas públicas dirigidas a mitigar el cambio climático y a actuar con responsabilidad social y ambiental.
  • Debemos hacer un barrido por todas las acciones que son factibles de desarrollar a mínimo costo y que podrían generar un gran impacto e incentivo en el desarrollo del área

Se vienen grandes cambios en nuestro sector, no solo por el cambio climático sino porque todo está cambiando gracias a la revolución digital. Como profesionales no podemos quedarnos atrás, debemos tomar estos desafíos como oportunidades con el fin de contribuir de manera significativa a construir un mejor país y una mejor sociedad, sentando las bases para las hojas de ruta que nos permitan apostar por un futuro mejor.

DESCARBONIZACIÓN DEL ENTORNO CONSTRUIDO

Por Hernán Madrid, jefe de Certificación Edificio Sustentable

Durante la semana pasada, tuve la oportunidad de viajar a Atlanta, Estados Unidos, para participar en la versión 2019 de la Greenbuild, conferencia internacional y expo organizada cada año por el USGBC.

Este año el foco era un “nuevo estándar de vida”, haciendo referencia directa al énfasis sobre la calidad del ambiente habitado, relevando el estándar de “bienestar” al interior de las edificaciones, dirigiendo la atención desde la eficiencia en el uso de recursos a las personas, lineamiento que han estado muy presente en CES desde el inicio de su desarrollo.

Mayoritariamente, en nuestro ambiente profesional tenemos la tendencia a mirar con mayor atención lo que pasa en Europa, principalmente por el impulso a enfrentar el cambio climático y las ambiciosas estrategias que han implementado, lo que contrasta con el excesivo uso de recursos del estadounidense promedio. Sin embargo, existen interesantes estrategias que ellos han venido implementando que, aunque no son recogidas como políticas del país, sí lo son por estados, ciudades o grupos profesionales.

Uno de los puntos centrales abordados en la conferencia tiene relación con el impacto de las emisiones de carbono incorporado en los materiales y productos para la construcción, versus las emisiones durante la operación de un edificio. Considerando el escenario de descarbonización de la matriz energética (que Chile planteó como meta al 2050 y otros países, para diferentes años, a partir del 2035), el impacto de las emisiones asociadas al consumo de energía durante la operación se reducirá tremendamente, incluso llegando a cero.

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En Europa esta situación se había planteado hace varios años en términos de una reducción del impacto de las emisiones durante la operación del edificio, producto de los altos estándares de eficiencia y la considerable reducción de energía para la operación, pero este nuevo escenario, en base a los recientes compromisos de descarbonización de la matriz energética que han comenzado a asumir los diferentes países, realza absolutamente la relevancia del carbono incorporado en materiales y productos para la construcción, lo que sin duda se transformará en prioritario durante los próximos años e impulsaremos desde CES.

DESAFÍOS PARA UN CHILE MÁS SUSTENTABLE

Por Hernán Madrid, jefe de Certificación Edificio Sustentable

En diciembre próximo Chile albergará la COP25, esto ha desencadenado un enorme impulso a las actividades y compromisos relacionados con políticas públicas orientadas a la sustentabilidad en el país.

Uno de los focos fundamentales de las estrategias para los siguientes años, ya sea con horizonte 2030 o 2050, tiene que ver con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en todas las actividades del país. Incluso se ha manifestado el compromiso presidencial de carbono neutralidad al 2050.
Hasta el momento la construcción, y en particular la edificación, no ha sido objeto de grandes compromisos, fundamentalmente porque no tenemos información detallada del impacto que provoca nuestra actividad en términos de emisiones, tanto en la etapa de operación como en la etapa de producción de materiales necesarios para ejecutar la obra. Hasta el momento, el impacto se incluye en el gran agregado de las categorías “energía” (operación de los edificios), que se aborda desde la generación, o “industria” que incorpora la producción de materiales y todo tipo de elementos.
El primer desafío es hacer visible el impacto de la construcción en el país, generando la información que permita orientar políticas públicas en nuestra industria.

En este sentido, iniciativas que puedan cuantificar las emisiones de los materiales de construcción como la de generar una calculadora de huella de carbono para la construcción, liderada por Ministerio de Vivienda y Urbanismo y que cuenta con la participación del Instituto de la Construcción y muchos de sus socios, o herramientas que aporten con la cuantificación de las emisiones durante la operación como son la Calificación Energética de Viviendas o la Certificación de Edificio Sustentable para edificación no residencial, permiten aportar de manera significativa a este objetivo.

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La próxima actualización de la metodología técnica de CES, que hemos llamado CES 1.1, permitirá determinar el aporte de un edificio en reducción de gases de efecto invernadero durante la operación, y de este modo contribuir en el dimensionamiento del aporte de las edificaciones, e incorporarla en la actualización de la NDC de Chile que se presentará en esta COP.
Estamos ante una gran oportunidad de generar un tremendo impulso en las políticas públicas relacionadas con la sustentabilidad en la construcción, gracias a la aceleración y visibilidad que ha entregado la organización de la COP25, tenemos que transformarla en acciones concretas que permitan una mejora sustancial en la incorporación de la sustentabilidad en la construcción.

LEVANTANDO EL CARTEL DE LA SUSTENTABILIDAD

Por Ricardo Fernández, presidente Directorio Certificación Edificio Sustentable

Los últimos días es recurrente encontrar algunos temas en los distintos medios de comunicación: se habla del mundo futuro, donde la forma de trabajar será muy distinta debido a la automatización de actividades y la digitalización en las diferentes áreas; también se hace énfasis en aumentar la productividad laboral y en las malas condiciones vividas actualmente por las personas en sus respectivos trabajos, lo que causa insatisfacción y malestar social. Por otra parte, a nivel internacional, vemos cómo nos afecta la guerra comercial que hay entre los dos gigantes mundiales, China y Estados Unidos, y ante lo cual no es mucho lo que podemos hacer sino atenuar algunos de sus efectos. Se nos entrega diariamente información sobre el ya no cambio climático, sino la emergencia climática del planeta: los deshielos en Groenlandia, los incendios en la Amazonía y la extinción de algunas especies. Se dice que es mucho lo que afectará a nuestro país y poco lo que podemos hacer para revertir la situación.

Ante este último escenario, me ha llamado mucho la atención una niña de 16 años, llamada Greta Thunberg, que al enterarse de lo que pasaba decidió ser proactiva, simplemente levantando un pequeño cartel con un llamado a salvar el planeta.

Siguiendo el ejemplo de Greta, creo que debemos tomar nuestro respectivo cartel y con proactividad cambiar el mundo. En el ámbito del sector construcción tenemos la oportunidad de levantar un cartel que aporta a cada una de las problemáticas planteadas en este escrito: el cartel dice CES (Certificación Edificio Sustentable).

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Esta certificación para edificios de uso público, diseñada en nuestro país por la acción conjunta de actores del sector privado, público y académico, aporta a generar espacios donde se trabaja confortablemente, lo que produce aumento de productividad y asegura menor gasto energético y mejor uso de los recursos naturales, considerando la climatología de las principales zonas de nuestro país. A fin de año se realizará la COP25 en Chile: tomemos el acuerdo, los gobiernos regionales y los inmobiliarios privados, certifiquemos nuestras edificaciones y mostremos al mundo un ejemplo a seguir.

CES Y LA NUEVA ERA DE LA SOSTENIBILIDAD

Por Carlos Bascou, miembro del Comité Directivo CES en representación de la Cámara Chilena de la Construcción

En mayo recién pasado se llevó a cabo en Seúl, Corea del Sur, la Asamblea General de CICA (Confederación Internacional de Constructores Asociados), donde líderes de las distintas federaciones, empresas, países y miembros de todo el mundo se reunieron para revisar temáticas relevantes del sector construcción a nivel mundial y sus profundos impactos en el desarrollo futuro de los países y calidad de vida de las personas.

Bajo este escenario se llevó a cabo el Seminario “Construcción 4.0 and beyond”, el que contó con interesantes exposiciones del Ministerio de Tierra, Infraestructura y Transporte de Corea, el Instituto de Investigación de Economía y Construcción de Corea, la empresa Doosan y su transformación digital, y Jean Louis Marchand, presidente del Grupo de Trabajo de CICA “Construcción 4.0”.
Aristas relacionadas a Construcción 4.0 como son: productividad, calidad, coordinación entre stakeholders, sustentabilidad, financiamiento de la innovación, reclutamiento y capacitación dimensión social, confluyen hacia el concepto de “Society 5.0” que es donde se conecta el objetivo de resolver los problemas sociales en armonía con la naturaleza y con el cumplimiento los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

La Sociedad 5.0 no es algo que está por venir, sino algo para co-crear y donde los países desarrollados de oriente como Corea del Sur y Japón, están trabajando colaborativamente para avanzar hacia el desarrollo global sostenible.
Tanto en la asamblea como en el seminario se pudo apreciar y compartir la importancia que el mundo le está dando a la transformación digital y la sostenibilidad, con los importantes beneficios que el sector construcción puede traer a las personas, lo que viene a revolucionar de manera decisiva nuestro sector y confirma que cada país debe emprender las reformas estructurales necesarias con sentido de urgencia.

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En línea con lo anterior, el haber llevado a cabo la asamblea de CICA en Corea permitió a todos los participantes observar cómo este país ha iniciado un plan de gobierno en colaboración con instituciones, personas y el sector privado que incluye el desarrollo de smart cities como una necesidad del desarrollo y evolución social, tanto en la actual ciudad como en sectores nuevos. Como parte de la estrategia de gobierno para transformar las ciudades, se abordan aspectos de movilidad, salud y diseño urbano con un fuerte énfasis en las personas y en mejorar su calidad de vida.
El objetivo es crear una sociedad donde cualquier persona o sector pueda crear valor en cualquier momento, en cualquier lugar, en seguridad y en armonía con la naturaleza, y sin las limitaciones que existen actualmente.
Es aquí donde herramientas como los sistemas locales de certificación de cada país -como la Certificación Edificio Sustentable (CES) en el caso de Chile- juegan un rol fundamental, pues su implementación por cuenta de todos los actores, ampliación y integración a todo el parque construido y por construir, incluidas viviendas e incluso ciudades, permitirá avanzar hacia evaluaciones, mediciones y certificaciones, dando cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

LA IMPORTANCIA DEL CONVENIO SUSCRITO ENTRE EL IC, MOP Y MINISTERIO DE ENERGÍA

Por Ricardo Fernández, presidente Comité Directivo CES y director IC en representación de los Socios Activos.

La reciente firma del Convenio entre el Instituto de la Construcción, Ministerio de Obras Públicas y Ministerio de Energía, nos demuestra la importancia y beneficios de las alianzas público-privadas y las políticas de Estado.

El Instituto de la Construcción está constituido por más de 20 socios, que representan el mundo académico, colegios profesionales, asociaciones gremiales, industrias, grandes mandantes y también son socios la Cámara Chilena de Construcción y los Ministerios de Obras Públicas y de Vivienda.

El Comité Directivo de Certificación Edificio Sustentable fue constituido por miembros del Ministerio de Obras Públicas, Colegio de Arquitectos, Cámara Chilena de la Construcción y el Instituto de la Construcción. Hoy se han incorporado en la calidad de Socios Activos el Ministerio de Vivienda y el Ministerio de Energía.
Lo anterior refleja nuestro mundo globalizado, donde hay temas que son transversales en distintas áreas de interés.
Con el aporte realizado por el Ministerio de Energía se entregan recursos al CES para la ampliación del alcance y mejora del modelo técnico realizado a la fecha para la certificación, de manera de evaluar, calificar y certificar el comportamiento ambiental de edificios en Chile y así fomentar su uso en distintos tipos de edificaciones.
Los objetivos específicos son:

  • Validar archivos de clima de acuerdo a la información obtenida por la plataforma Explorador Solar.
  • Desarrollar la ampliación de alcance CES.
  • Desarrollar metodología para monitoreo de edificios certificados.
  • Desarrollar etiquetado energético para edificios no residenciales.
  • Colaborar para la generación de base de datos y línea base para huella de carbono, para todo el ciclo de vida del edificio.
  • Desarrollar los lineamientos nacionales de una certificación Net Zero para incorporar en CES.
  • Realizar planes de difusión y capacitación de las iniciativas desarrolladas.

La realización de estos siete objetivos específicos permitirá tener la base para contar con un modelo de certificación, control y mejoramiento de condiciones ambientales de los edificios de primer nivel o -podríamos decir- de clase mundial.

La confluencia de distintas instituciones y especialistas es fundamental para tener proyectos consensuados técnicamente y que no dupliquemos esfuerzos, optimizando los recursos invertidos. Estos programas se han trabajado por muchos años y es importante que respondan a una política de Estado, apoyada permanentemente por el mundo privado.
Al final del proyecto tendremos un robusto modelo de certificación, que incluso podremos difundir en otros países, permitiendo desarrollar especialistas asesores, consultores y un sistema de gestión para la certificación.

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Hoy la Certificación CES es aplicada a edificios de uso público y con una versión específica para hospitales; mientras que con el nuevo convenio se podrá abarcar todo tipo de edificios e incorporar datos importantes como los relacionados a huella de carbono y el consumo neto cero en edificaciones.

TRABAJO MANCOMUNADO PARA UN DESAFÍO PAÍS

Por Yoselin Rozas, jefa de la Unidad de Edificación y Ciudades del Ministerio de Energía

Chile tiene importantes desafíos relacionados con el uso sostenible de la energía en todos los sectores, que permitan apoyar el cumplimiento de los compromisos país en cambio climático.

En el ámbito de las edificaciones es muy importante incorporar -tanto en el diseño de nuevas edificaciones como en el mejoramiento de las existentes- criterios de eficiencia energética y energías renovables que permitan mejorar las condiciones de confort ambiental al interior de estas, junto con disminuir los consumos de energía y las emisiones contaminantes que impactan a las ciudades.
En la Ruta Energética 2018-2022 se establecen como compromisos en la definición de estándares “Net Zero Energy” en infraestructura residencial y uso público y los procesos de certificación de estos estándares.

Por ello, la materialización del convenio tripartito que provee recursos y lineamientos desde el Ministerio de Energía, con el Ministerio de Obras Públicas como contraparte técnica y el Instituto de la Construcción como ejecutor a través de CES, es un importante avance. Para el desarrollo del convenio, las expectativas del Ministerio de Energía son:

  • Contar con la versión CES para edificios existentes.
  • Poner a disposición de los proyectistas herramientas que apoyen el diseño de propuestas con uso sostenible de la energía.
  • Contar con una primera propuesta de etiquetado energético de edificaciones no residenciales que pueda hacer sinergia con CES.
  • Contar con la definición de Net Zero Energy Building para Chile y establecer cómo se integra al proceso de certificación.
  • Realizar el monitoreo de edificios certificados CES para mostrar su comportamiento en etapa de operación.
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Todas estas acciones nos permitirán avanzar en elevar los estándares de sustentabilidad y expandir los alcances de la herramienta, favoreciendo el uso sostenible de la energía en las edificaciones del país