Primer Diagnóstico de Desarrollo Sostenible para el Sector Construcción

Por María Fernanda Aguirre, directora ejecutiva de Chile Green Building Council.

De acuerdo con el World Green Building Council, los edificios consumen el 36% de la energía producida y son responsables del 39% de las emisiones globales de carbono, por lo que el mayor desafío para nuestro sector será resolver cómo mitigar y adaptarnos a los inevitables efectos del cambio climático mientras generamos valor social a través de la resiliencia.

En respuesta a estos desafíos, y tras varios años de trabajo junto a aliados globales, en septiembre del 2020, el WorldGBC lanzó oficialmente su estrategia “Sustainable Buildings for Everyone, Everywhere” que proporciona los lineamientos con los cuales los más de 70 GBCs o Consejos de Construcción Sostenible alrededor del mundo, estamos trabajando con el objetivo de acelerar la transformación de la industria de la construcción a una que se base en 3 pilares principales como son: acción climática, salud y bienestar, recursos y circularidad y levantando los desafíos y oportunidades de nuestro sector en relación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. 

En octubre del 2020, Chile Green Building Council inició los HUBS de trabajo con socios de la corporación pertenecientes a distintos rubros de la cadena de valor del sector, con el objetivo de levantar información específica de la construcción en nuestro país e identificar brechas y aportes de los distintos actores. 

Este trabajo colaborativo y de investigación, se consolidó en el “Primer Diagnóstico Sectorial de Desarrollo Sostenible para Chile”, un trabajo pionero en nuestro país y Latinoamérica que fue lanzado el 28 de octubre de este año durante el International Summit en el marco de la Chile Green Building Week 2021. 

Si bien reportar en relación a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible es un tema cada vez más extendido entre empresas e instituciones de distintos rubros, sigue haciendo falta el articular estos avances con las distintas políticas públicas y escalarlo a una dimensión territorial, ya que las ciudades en un futuro no lejano, deberán albergar una población que para el 2050 se incrementará en 27%, lo que requerirá que el stock de inmuebles disponibles se duplique.

Por lo tanto, es mandatorio que tanto las nuevas edificaciones como las existentes, cuenten con atributos de sustentabilidad validados, siendo aquí donde sistemas de certificación como CES, cobran gran relevancia al momento de evaluar y calificar múltiples aspectos de desempeño de excelencia en lo ambiental y lo social, demostrando, además, que tener construcciones certificadas también proveen beneficios económicos importantes. 

Dentro de las conclusiones extraídas como parte del trabajo realizado para la elaboración del diagnóstico, se identificó la gran importancia de impulsar las certificaciones como herramientas movilizadoras del mercado ya que éstas, además, proporcionan datos que permite contar con información cuantitativa para robustecer metas y mejorar las políticas públicas. 

Adicionalmente, están fuertemente alineadas con indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible por lo que los datos que entregan facilitan tanto reconocer los avances como identificar las brechas y, de esta forma, hacer más eficientes las acciones de nuestro sector. 

Es fundamental avanzar en instrumentos que contribuyan a incrementar la masa crítica de inmuebles certificados de administración pública y privada y que las distintas herramientas como la Certificación Edificio Sustentable, se consideren como insumos importantes al momento de reportar en el marco de las metas de Naciones Unidas. 

El Primer Diagnóstico de Desarrollo Sostenible para el Sector Construcción está disponible AQUÍ en sección Documentos de Interés.

Áridos reciclados disminuirían fuertemente los residuos en construcción

Por Felipe Ossio, Académico de la Escuela de Construcción Civil UC y miembro del Subcomité de Economía Circular del Instituto de la Construcción.

La industria de la construcción es actualmente el mayor consumidor mundial de recursos y materias primas. En la actualidad, la construcción y demolición de edificios representa alrededor de un tercio del consumo mundial de materiales y la generación de residuos. 

En Chile, el 35% de los residuos que se generan anualmente (7,1 millones de toneladas) proceden de las obras de construcción. Esto puede ser contrarrestado implementando estrategias que estén en línea con los principios de la economía circular, motivo por el cual el sector es considerado uno de los sectores claves para una efectiva transición. 

Entre dichas estrategias, la incorporación de materiales con atributos circulares es una estrategia clave a la hora de alcanzar un uso más responsable de los recursos y menor generación de residuos por parte de la construcción. 

En vista de ello, la Hoja de Ruta Residuos de Construcción y Demolición (RCD) y Economía Circular en Construcción 2035, cuyo objetivo es abordar desde el Estado, la reducción de extracción de materias primas y generación de RCD, a partir del uso eficiente de los recursos, y el manejo jerarquizado y ambientalmente racional de los residuos, fomentando la economía circular y la disminución de emisiones del sector construcción (Construye2025, 2020 b), establece como meta al 2025 que al menos el 15% de los materiales y sistemas constructivos cuenten con certificación de atributos circulares, aumentando dicho porcentaje a un 30% al 2035. 

El hormigón con áridos reciclados es una excelente oportunidad para cumplir con dicha meta y disminuir los impactos de la industria de la construcción.

Los áridos corresponden al material pétreo compuesto de partículas duras, de forma y tamaño estables presente en el hormigón y ocupan entre un 65% y 75% del volumen total del hormigón siendo así un elemento fundamental para su elaboración. 

En Chile, se estima que el consumo de áridos anual es superior a los 11 millones de metros cúbicos y su extracción tiene fuertes impactos medio ambientales como son la erosión y la pérdida de suelos naturales.

Los áridos naturales pueden ser sustituidos, en parte, por áridos reciclados procedentes de residuos de construcción y demolición (RCD), lo que conlleva varios impactos positivos. En primer lugar, permitiría disminuir el uso de áridos naturales cuya extracción y procesamiento es intensivo en energía y materiales. En segundo lugar, permitiría valorizar uno de los principales residuos generados por las obras de construcción, el hormigón. En Chile, se estima que se generan 7,1 millones de toneladas de RCD anualmente, de las cuales entre un 60% y 80% corresponden a hormigón.

De este modo, los áridos reciclados nos permitirían disminuir fuertemente la cantidad de residuos que terminan en un sitio de disposición final, y desde el punto de vista de la circularidad, la inclusión de áridos reciclados permitiría aumentar el porcentaje de un 5% a sobre el 60% de materiales con atributos circulares en la vivienda en extensión.

Caso de Éxito

La Dirección de Aeropuertos del Ministerio de Obras Públicas viene disminuyendo, desde 2014, los residuos de la construcción y demolición en los pavimentos aeroportuarios. Ejemplo es el Aeropuerto Diego Aracena de Iquique donde en vez de demoler las losas de hormigón y llevar los escombros a un botadero, se decidió triturar los escombros y reutilizarlos como material de relleno para la confección del terraplén que niveló el terreno ubicado al norte de la pista. Asimismo, en el Aeropuerto Chacalluta de Arica, se reutilizó el fresado (material que antes iba a botadero) en otras áreas del aeropuerto, dándole un nuevo uso, mientras que en el Aeródromo Eulogio Sánchez (Tobalaba) en vez de reemplazar el asfalto y la base antigua, se mezclaron y se le adicionó una emulsión asfáltica para transformarlo en una nueva base, de mejores competencias. 

Este experiencia derivó en una nueva normativa que exige que en el diseño de pavimentos aeroportuarios, se evalúen las alternativas según variables de interés ambiental como son consumo energía, agua, emisión CO2, entre otras, promoviendo el reciclaje de pavimentos y la estabilización del terreno natural.

Asimismo, se elaboró una metodología que explica cómo identificar, clasificar y cuantificar los RCD, siendo el primer paso para optimizar y minimizar su generación, generar una base de datos robusta para que la Dirección de Aeropuertos haga una gestión óptima de los desechos constructivos.

Premios CES 2021: ejemplos de buena arquitectura y destacada trayectoria

Por Paola Molina, presidenta de CES.

El Premio CES es una iniciativa anual, creada desde el Directorio de la Certificación Edificio Sustentable, -durante la presidencia de Ricardo Fernández (2019-2020), actual presidente del Instituto de la Construcción- y con alegría vemos que cada vez toma más relevancia en nuestro país. 

Estos premios buscan relevar y promover desde la certificación, las mejores prácticas de sustentabilidad en el sector edificación de uso público, destacando a los proyectos que han hecho un mayor esfuerzo al certificarse, con el fin de incentivar lograr cada vez mejores prácticas sostenibles, aportando, además, a levantar indicadores del sector para avanzar hacia un desarrollo sostenible.

Actualmente, se encuentran en proceso de certificación sobre 400 proyectos, de los cuales 67 ya están certificados y 227 precertificados, los demás están en proceso de certificación. A la fecha, hay un 36% de proyectos en el ámbito de educación, un 20% en oficinas y el resto se divide entre seguridad, servicios, salud, deporte y cultura.

Todos los proyectos ganadores en esta tercera versión de los Premios CES están en la zona centro-sur del país y, en su mayoría, en la Región de la Araucanía, lo que muestra que la herramienta está siendo un motor de avance nacional no centralizado en la materia, teniendo proyectos certificados en todas las regiones del país.

Es importante destacar que desde su primera versión, además de reconocer a los proyectos y equipos, se ha establecido un galardón especial que premia al profesional destacado, y se otorga a quien desde su área de acción haya sido un motor para el desarrollo, alcance y difusión de la Certificación.

En la primera versión este premio recayó sobre el arquitecto Norman Goijberg, quien fuera también el primer presidente de CES (2014 – 2016) y quien aportó desde un inicio con toda su experiencia, visión y empuje para concretar y poner en marcha la certificación.

En la segunda versión, el premio se otorgó a la arquitecta Margarita Cordaro, quien también presidió la certificación en el periodo 2017-2018 por su permanente esfuerzo hacia la consolidación de esta herramienta, tanto en su contenido y alcance como en su utilización desde el sector público para lograr mejorar los estándares de la edificación dependientes de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas. 

En esta tercera versión, el premio fue otorgado a la constructora civil Yoselin Rosas, quien desde sus inicios profesionales ha sido un motor para el desarrollo sostenible en el sector construcción impulsando la colaboración, gestión y visión sistémica de avance. Primero lo hizo desde el Ministerio de Vivienda y Urbanismo en relación con temas de eficiencia energética y energías renovables y actualmente lo hace desde el Ministerio de Energía como motor del convenio con CES dentro de muchas otras iniciativas.

Un simple ejemplo de lo anterior fue durante el año 2018, cuando organizó una pasantía a Japón subsidiada por el Gobierno Japonés a través de la JICA (Agencia de colaboración internacional de Japón). Esta experiencia duró dos semanas, donde 10 profesionales que representaban a distintas instituciones público-privadas entre las que se encontraba: Minvu, Minsal, MMA, Minergía, CChC, Colegio de Arquitectos de Chile y CES, desarrollaron una clara visión conjunta de estrategias para Chile para lograr abordar edificios Net 0 Energía, en el corto, mediano y largo plazo.

Esta acción, sin duda, permitió la apertura y cimentación de un futuro net 0 energía en nuestro sector y también permitió la inclusión en el Convenio Minergía – CES (IC) además de mejorar la herramienta, avanzar con todos los indicadores necesarios para incorporar estándares con miras a alcanzar en el futuro la carbono neutralidad y edificios net 0 energía desde la certificación.

Experiencias como estas son muchas en la trayectoria de Yoselin, pero, además de su calidad profesional, es importante destacar su calidad humana, expresada de manera muy asertiva por el destacado académico de la PUC, Waldo Bustamante, quien dice: “Yoselin es una mujer íntegra, virtuosa, estudiosa, entregada a sus convicciones profundas, con un inmenso y contundente compromiso por abrir puertas y ventanas para que chilenos y chilenas puedan ver cada día un cielo más limpio en el horizonte, como signo de esperanza de que si podremos superar la crisis que la humanidad y nuestro país enfrenta. Ella es la imagen de mujer joven, que con generosidad nos entrega su experiencia y conocimiento, convencida de que es posible avanzar cada día en la construcción de un país que cubra de bienestar a todos y todas”

En sus futuras versiones, el Premio CES seguirá distinguiendo a profesionales como Norman, Margarita y Yoselin, quienes colaboraron para hacer que la certificación permita consolidar un estándar sostenible a nivel nacional en las edificaciones de uso público, y aportar oportunamente a la altura de los desafíos que se nos presenten. 

Necesitamos repensar, aportar y actuar ahora

Por Paola Molina, presidenta Certificación Edificio Sustentable (CES)

En esta nueva conmemoración del Día del Arquitecto quisiera escribirles a mis colegas con el fin de animarlos y empoderarlos hoy en nuestro rol frente a los desafíos que se nos prestan en esta década con miras a poder seguir viviendo al 2050 con el medio ambiente y clima, cercanos a los que conocemos y hemos vivido por milenios y que nos han permitido el desarrollo y la subsistencia.

Todos ya hemos percibido y escuchado el innegable cambio climático que nos afecta y hemos podido vislumbrar como no solo debemos trabajar en mitigar sus consecuencias sino también en planificar y desarrollar la adaptación a futuros escenarios posibles en que sea viable una sana convivencia entre el ser humano y el medio ambiente que lo rodea de manera que se facilite nuestra existencia.

Frente a este desafío, el sector de la construcción: arquitectos, ingenieros, constructores, técnicos y operarios tiene mucho que repensar y aportar. 

Para entrar en contexto revisaremos algunas cifras, es importante destacar que siempre son bastante conservadoras en relación con la realidad, debido a que los datos son difíciles de levantar y esto se complejiza más aún cuando hablamos de nuestra realidad local. 

Hoy el sector de la construcción representa el 40% del consumo de las materias primas a nivel mundial y en Chile somos responsables del 34% del total de los residuos sólidos generados en nuestro país.

También este sector en Chile, consume un 30% aprox. de energía y a nivel mundial un 36% de la energía global. 

En Chile el sector de la construcción genera un 30% de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y a nivel mundial las emisiones de CO2 son equivalentes a un 39% (28% operación y 11% Carbono incorporado considerando solo Acero, Cemento y Vidrio principalmente)

En temas de agua, a nivel mundial, el sector consume un 16% del total.

Estas responsabilidades, por falta de conocimiento, no la estábamos considerando dentro de las variables al momento del diseño, no teníamos la necesidad de hacernos cargo porque no eran visible, ahora si lo son y eso nos da una gran posibilidad de aportar a mitigar el cambio climático, también a adaptarnos y a mejorar la calidad de vida de las personas.

Así mismo, en ámbitos de calidad de vida, generábamos externalidades con edificaciones que actualmente promedian temperaturas fuera de los rangos de confort (19°-26°C) en épocas de frío y calor, obligando a los usuarios a depender de equipos de calefacción y refrigeración cuando es posible, y cuando no es viable, a sufrir con la pobreza energética. Lo anterior en un clima en gran parte de nuestro país bastante benigno, en que es muy factible controlar la demanda de energía con un buen diseño logrando muy buenos estándares de calidad de ambiente interior.

El desafío ahora es que debemos considerar todas las externalidades mencionadas al momento de diseñar, y debemos contribuir a disminuirlas en al menos en un 50% al 2030 de la demanda de energía de la nueva construcción y al 2035 una reducción de 50% de las Emisiones de CO2 de todo el parque edificado.

La buena noticia de hacernos cargo de este desafío es que es muy rentable en todos los ámbitos, tanto social, ambiental como económico. Tal vez la mayor barrera de entrada sea reconfigurar nuestras mentes creativas, en la manera de pensar, y de evaluar las prioridades en los diseños, para poder actuar y aportar. 

Con una mano creativa, considerando las variables anteriores y una buena capacidad de integrar especialidades saldrán proyectos formidables, como los que ya comienzan a aparecer alrededor de todo el globo.

Además:

  • • Hoy contamos con herramientas como BIM que nos facilitan la visualización de las externalidades y la integración de especialidades en fases tempranas de diseño, a tiempo de hacer cualquier ajuste para optimizar la calidad y ejecución de los proyectos.
  • • Tenemos certificaciones sustentables nacionales e internacionales, que nos permiten visibilizar los aportes en cada uno de estos aspectos y otros que nos ayudan además de mitigar y adaptar con nuestros edificios al cambio climático y mejorar considerablemente la calidad de vida de sus usuarios. Me permito en este punto destacar a las certificaciones nacionales porque están adaptadas a nuestras necesidades y realidad climática y sociocultural para lograr los mejores resultados: CES – Certificación de Edificios Sustentables, CVS – Certificación de Vivienda Sustentable y la CEV – Calificación energética de Vivienda, pronto también tendremos la CEEUP Calificación Energética de Edificios de Uso Público (no residenciales).
  • • Tenemos una normativa y política pública que está en proceso de fortalecimiento. Hoy en los Planes de Descontaminación Atmosférica desde ya, aplican la futura actualización a la Reglamentación Térmica (RT)en varias localidades del centro sur de nuestro país. Cuando prontamente se actualice la RT, esta tendrá alcance sobre todas las localidades de nuestro país mejorando considerablemente la calidad de vida de las personas.
  • • Tenemos en vigencia recientemente aprobada la Ley de Eficiencia Energética que hará obligatorias las calificaciones energéticas tanto de lo residencial como del área no residencial; y en espera de ser aprobada en el Congreso también está la Ley de Cambio Climático.
  • • Tenemos en desarrollo el Plan Nacional de Eficiencia Energética que proporcionará un marco para el desarrollo de la estrategia de nuestro país en esta temática.
  • • Tenemos la Estrategia de Economía Circular de la Construcción recientemente impulsada por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC). El Construye 2025 y el Instituto de la Construcción (IC) con la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de la CChC como facilitador congregando a los ámbitos públicos, privados y academia; como una acción concreta del sector bajo la Hoja de Ruta Nacional de Economía Circular 2020 – 2040, junto a la Hoja de Ruta RCD (Residuos de Construcción y Demolición) Hacia la Economía Circular 2035, con la que se espera dejar optimizado los depósitos de residuos del sector en lugares autorizados y abrir las vías de reutilización de ellos.
  • • Existen créditos verdes con tasas preferenciales para proyectos con las Certificaciones Nacionales.
  • • Etc.

Lo que necesitamos ahora, es acelerar y acrecentar la voluntad y determinación de los profesionales, técnicos y operarios del área, para avanzar con la mayor premura posible para ser parte de la solución a este gran desafío. Si no te has sumado ahora es el momento.

Normativa de aislación térmica, aliada para mejorar la calidad de vida de las personas

Por: Paola Molina, directora y presidenta del Subcomité de Economía Circular del Instituto de la Construcción (IC).

En el área de la construcción están sucediendo notables avances en relación con la eficiencia energética, que de alcanzarse todos, mejorarán considerablemente en nuestro país la calidad de vida de las personas en sus viviendas, lugares de estudio y trabajo, aportando también ahorros.

Con el sustento de destacadas competencias técnicas en algunas unidades del Estado y la academia, que aportan una visión de objetivos clara frente a los desafíos a mediano y largo plazo, y también con la creciente colaboración de la industria y distintas instituciones público-privadas que empiezan a avanzar y aportar en los desafíos que tenemos por delante; estamos frente a un escenario muy positivo que necesitamos consolidar frente a las actuales demandas sociales, económicas y ambientales.

Actualización de la Reglamentación Térmica (RT) 2021

A fines del año pasado, el Minvu hizo una consulta pública para actualizar la Reglamentación Térmica (RT) vigente desde el 2007, cuya base de actualización se sacó de un estudio desarrollado para el Minvu en el año 2013.

La RT del 2007 considera aislación en complejos de techumbre, muros, pisos ventilados y ventanas con estándares bastante básicos que han colaborado a la industria a introducir gradualmente parámetros de eficiencia energética en gran parte de la envolvente y en mitigar las patologías y la inconfortabilidad térmica. Pero la propuesta de actualización sube las exigencias, agrega componentes de puertas, sobrecimientos, superficies de ventana, orientación, infiltraciones, ventilación y condensación, lo que augura mejoras cuantificables en los resultados.

Hoy se espera su pronta aprobación después de 14 años, para poder garantizar, sobre todo en estos tiempos, condiciones positivas de habitabilidad para las viviendas nuevas de nuestro país, algo fundamental para subsanar a futuro la pobreza energética, lo que significa muchas horas al año sin un confort térmico, patologías en las murallas, enfermedades y altos costos en calefacción.

Pendiente queda para futuras etapas, abarcar las viviendas para paulatinamente ser actualizadas mejorando también sus estándares.

Es importante destacar que, en la actualización, además de viviendas, se incorpora edificios de salud y educación. Por su parte, los edificios de uso público gestionados por la Dirección de Arquitectura del MOP, ya cuentan con muy buenos estándares y resultados para la envolvente detallados en los TDR que exigen para sus licitaciones.

PPDA: Planes de Prevención y/o Descontaminación Ambiental

En el año 2015, el Ministerio del Medio Ambiente, ante la creciente problemática de la calidad del aire en muchas ciudades desde O´Higgins al sur y con colaboración del Minvu, ocupó el estudio elaborado en el Minvu el 2013, para aplicarlos como una medida efectiva para las ciudades con necesidad de descontaminación ambiental, creando los PPDA.

Los PPDA, al aplicar las exigencias de la propuesta de Actualización de la RT 2021, validan la capacidad de la industria y del mercado para asumir las nuevas exigencias a nivel de todo el país a través de la actualización de la RT. Además, año a año se incluyen más localidades, permitiendo avanzar hacia la descontaminación de cada lugar.

Ley de Eficiencia Energética

Por otra parte, en enero pasado salió la Ley de Eficiencia Energética la cual en aproximadamente 24 meses más, obligará a empresas constructoras e inmobiliarias y los servicios de Vivienda y Urbanismo, a través de sus artículos 3 y 4, a usar la Calificación Energética en todos los proyectos nuevos, inicialmente de viviendas (CEV) y en 48 meses se incorporarán los edificios de uso público, comerciales y de oficina a través de un sello que actualmente se encuentra en desarrollo, que será la Calificación Energética de Edificios de uso público (no residenciales).

La Calificación Energética es una etiqueta parecida a la de los electrodoméstico que muestra cómo se comporta la edificación energéticamente, destacándola con una letra y mostrando un porcentaje de ahorro frente a la misma vivienda, comparándola con las exigencias vigentes de la actual RT. Las letras van desde la A+ hasta la G; en la letra G se encuentran todas las viviendas construidas sin ninguna exigencia térmica, que son las construidas antes del año 2000, en la letra F están las que cumplen solamente con las exigencias de complejos de techumbre, y en la letra E las que cumplen con la actual Reglamentación Térmica. Las viviendas que cumplan con la futura actualización de la RT estarán cercanas a las letras C y D que ya garantizan un adecuado ahorro y calidad del ambiente interior, desde la letra B hacia arriba, se consideran viviendas con un alto propósito de eficiencia energética y con un poco de más de costos asociados para lograr dicho propósito.

Lo importante de esto es que en 24 meses más, gran parte de las personas que vayan a comprar una vivienda, podrán tener un sello objetivo a la vista, que les permita comparar y ver cuál de las opciones de compra es la más conveniente en relación a su eficiencia energética desde el diseño y de sus equipos de clima, destacando el ahorro energético que implica viviendas con una mejor letra y mejor porcentaje de ahorro, influyendo positivamente en la decisión de compra.

Es importante comentar que para que la actual Ley de Eficiencia Energética logré cumplir su propósito de impulsar adecuados estándares en todas las edificaciones a nivel nacional, es fundamental que se tramite pronto la Actualización de la Reglamentación Térmica 2021, sino el piso con la actual reglamentación será muy bajo para avanzar hacia mejores estándares de calidad de vida y ahorro de energía.

Fuente: Preservar

Día de la Ingeniería: una invitación a trabajar colaborativamente

Por Hernán Madrid, jefe de Certificación Edificio Sustentable – CES.

Hasta hace unos 15 o 20 años las diferencias entre arquitectura e ingeniería constituían una caricatura. Sin embargo, eso ha ido quedado en el pasado, ya que las nuevas metodologías de trabajo y las herramientas computacionales hacen cada vez más fácil integrar a todas las especialidades en un mismo desarrollo. 

Desde la mirada de la edificación, hay muchas especialidades fundamentales para poder lograr el mejor resultado posible en el desarrollo de un proyecto, como la sanitaria, la eléctrica, la estructural o la climatización, las que también inciden directamente en la sustentabilidad de un edificio.

Por ello, el trabajo conjunto de todas estas áreas con arquitectura es imprescindible para poder conseguir un edificio sustentable. En la actualidad, hay proyectos que se desarrollan con una filosofía colaborativa para abordar los diseños y es posible encontrar equipos con la actitud de enfrentar el trabajo conjunto, tanto desde arquitectura como desde ingeniería. 

Dentro de esta modalidad colaborativa de trabajo también es necesario incluir la revisión de un proyecto, que es una parte fundamental, puesto que se relaciona con la supervisión de las materialidades y las estrategias de eficiencia energética incorporadas en la edificación. Una parte es el diseño, estudio y análisis de las estrategias que se van a incorporar, y otra es la construcción, donde es importante revisar que las estrategias funcionen. En ese sentido, en CES incorporamos entidades evaluadoras para llevar a cabo esta labor de revisión, muchas de las cuales dependen de las escuelas de ingeniería de universidades a lo largo de Chile. 

Viendo todo en su conjunto, es posible decir que una buena parte del éxito de las estrategias depende del trabajo conjunto y colaborativo. Por ello, hoy existen proyectos complejos, como los hospitales o aeropuertos que no pueden funcionar de otra manera, y la idea es que esta filosofía siga expandiéndose, como forma de desarrollar buenos proyectos.

No obstante, necesitamos algunos avances para poder lograr ese desafío. En un contexto de sustentabilidad, productividad, avances tecnológicos y otras tendencias, el trabajo colaborativo es privativo. Por eso, el mensaje para las escuelas de arquitectura y las de ingeniería es que, si bien la mirada de cada disciplina es diferente, por su formación, historia e intereses específicos, hay temas en común que pueden ayudar a visualizar el trabajo en conjunto. 

En el Día Nacional de la Ingeniería, invito a los nuevos profesionales a seguir ampliándose hacia el trabajo coordinado y a incrementar esa disposición que nace en la escuela, al salir al mercado laboral.

Plan Nacional de Construcción Sustentable: cómo transformamos ideas en acciones

Por Paola Valencia, encargada de la Secretaría Ejecutiva de Construcción Sustentable del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu).

Desde que en 2012 el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) impulsara y liderara la firma del convenio interministerial de construcción sustentable —firmado en ese entonces por los ministerios de Obras Públicas, Vivienda y Urbanismo, Medioambiente y Energía— el avance en los objetivos planteados no se ha detenido. En la actualidad hemos actualizado el convenio sumando a nuevos actores, entre los que cuentan los ministerios de Desarrollo Social y de Economía, Fomento y Turismo; junto con ello creamos las 16 Comisiones Regionales de Construcción Sustentable (CORECS) para articular su Gobernanza.

En la última década se han generado incontables iniciativas que han contribuido a promover, difundir y fomentar la implementación de la construcción sustentable en el desarrollo de la edificación e infraestructura del país, y una de las centrales ha sido la Mesa Interministerial de Construcción Sustentable (MICS), cuyo producto central ha sido la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable (ENCS), publicada en 2013 como una hoja de ruta para el desarrollo del trabajo en este ámbito, y que se configuró en uno de los 6 instrumentos de mitigación para el proceso de implementación y seguimiento a la Contribución Nacional Determinada de Chile en el Acuerdo de París (NDC).

Como el periodo de vigencia de esta estrategia venció en 2020, era necesaria una actualización, lo que nos ofrece la oportunidad de elevar su estatus a Plan Nacional de Construcción Sustentable 2050, con el mérito adicional de estar al alero de la Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU), por ser un documento que entrega principios orientadores y lineamientos que guían hacia una evolución positiva y sustentable de las ciudades y centros poblados en el territorio.

Por lo anterior, ahora nuestra tarea debe abocarse a elaborar un plan que detalle cuáles deben ser los lineamientos estratégicos en materia de la edificación e infraestructura sustentable. De esta manera será posible identificar objetivos, líneas de acción, mecanismos, indicadores y responsables, para poder llevar a cabo políticas concretas de corto, mediano y largo plazo, las que, además, deberán estar alineadas con los compromisos nacionales e internacionales en sustentabilidad del ambiente construido.

El alcance de este plan será entregar lineamientos estratégicos y metas para la incorporación de la sustentabilidad en el ciclo completo de la edificación e infraestructura nacional. La meta que se propone para la nueva versión de esta estrategia es que el sector construcción nacional tienda a la neutralidad al 2050.

Entre los objetivos ambientales preliminares que se contemplan para dar inicio al proceso de elaboración están la reducción de uso de recursos naturales (agua, áridos, madera, terreno) y la minimización de los efectos ambientales (emisiones, residuos, contaminación) en ecosistemas y espacios naturales dados por las distintas etapas de la edificación, junto con otras consideraciones de mitigación y adaptación al Cambio Climático que estarán muy presentes en el diseño de este instrumento.

Junto con lo anterior, otro objetivo ambiental se relaciona con el mejoramiento de los estándares de habitabilidad de las personas y equidad territorial. En este sentido un elemento central en este plan será la instauración de la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS) como instrumento capaz de medir la sustentabilidad en el ciclo de vida completo de los proyectos de vivienda, con lo que se promueve que cada una de las etapas tenga un bajo impacto ambiental, entre otros beneficios, con lo que se confirma el importante rol de las certificaciones de edificaciones sustentables, y su aporte a la disminución de huella de carbono de la industria.

La CVS es relevante, además, porque permite promover la oferta y demanda de viviendas sustentables, considerando que, tanto el mercado, como las personas, están mirando hacia la sustentabilidad como un camino hacia soluciones que ofrezcan reducción de costos de operación de la vivienda, lugares más confortables donde vivir, y la oportunidad de aportar a cuidar el medioambiente, que ciertamente es un factor que cada vez tienen más en cuenta las personas.

Actualmente, la actualización del Plan Nacional de Construcción Sustentable 2050 se encuentra en proceso de licitación para su desarrollo, y se espera que para inicios del segundo semestre de 2022 esté disponible el primer borrador para su revisión y aprobación por parte de los actores involucrados en la Mesa interministerial de Construcción Sustentable.

Fuente: CVS Chile

Las claves para avanzar en redes de sustentabilidad y carbono neutralidad

Por Gerardo Ojeda Rojas, director de Administración e Infraestructura Universidad Católica del Maule

La Universidad Católica del Maule (UCM) cuenta con Planes Maestros Integrales de Infraestructura desde el año 2017, donde se establece, que todos los nuevos edificios deberán contar con certificación en sustentabilidad, donde la prioridad la tiene CES. La escogimos, porque está basada en las condiciones climáticas locales, porque prioriza el buen comportamiento pasivo del edificio, porque asegura las condiciones idóneas para el quehacer institucional y porque nos permite cumplir con nuestras propias exigencias plasmadas en el Plan de Crecimiento Sustentable (PCS). CES nos ha permitido contar con más y mejores métricas de control de calidad de lo que edificamos para nuestra comunidad universitaria, considerando que la OGUC no incluye temas de eficiencia energética, calidad ambiental interior y sustentabilidad para edificios de uso público. CES nos ayuda, además, a contribuir con el Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA) que ya está vigente en Talca y en Curicó, como también adelantarnos a la recién aprobada la Ley de Eficiencia Energética, que obligará al etiquetado energético de los edificios nuevos clasificados como equipamiento, que corresponde al 100% de lo que estamos edificando en nuestros campus. Finalmente, sabemos que haber incluido CES en nuestros edificios, será clave para incorporarnos a redes internacionales de sustentabilidad en universidades, algo en lo que estamos trabajando y que esperamos activar en el mediano plazo.

La Dirección de Administración e Infraestructura (DAI) es la encargada de elaborar, mantener y actualizar el Plan Maestro Integral de cada campus. El PCS abarca múltiples acciones, hitos y tareas como contar con edificios más sustentables, alimentación saludable en nuestros casinos, movilidad más sustentable de nuestros usuarios, reforzamiento de la biodiversidad en nuestras áreas verdes y varios otros que son coherentes, por ejemplo, con la Carbono Neutralidad de todos nuestros campus, por lo que incluir certificación CES y el Sello Plus Operación en etapas tempranas, nos ayuda enormemente para alcanzar esa meta.

Actualmente, la UCM cuenta con 2 edificios con Certificación CES los que lograron además el Sello Plus Operación, fuimos pioneros a nivel nacional en lograr esta distinción, lo que me llena de orgullo. Por otra parte, tenemos 4 proyectos que pronto ingresaremos a CES, lo que nos permitirá posicionarnos como una universidad referente en sustentabilidad en el amplio sentido de la palabra, lo que se relaciona de muy buena forma con nuestra vocación de servicio, con nuestra visión cristiana del mundo y con entregar calidad a nuestra comunidad universitaria, en especial a nuestros estudiantes y por supuesto, a las ciudades de Talca y Curicó de las cuales somos parte. 

Todo lo descrito no sería posible sin el lineamiento y constante apoyo de parte de las autoridades de la institución, como también del arduo trabajo de mi equipo directo y asesores externos, quienes día a día dan lo mejor que tienen y hacen posible alcanzar estos logros. A todos ellos, les doy mi más sincero agradecimiento.

Del check list a la arquitectura

Por Ronald Scheel Bass, arquitecto y asesor CES.

¿Hasta cuándo hablaremos de arquitectura sustentable como si la sustentabilidad fuera una cualidad externa a la arquitectura? ¿Estará aún vigente el compromiso con la buena arquitectura o la sustentabilidad se la está devorando?

Muchas veces se ha dicho que los procedimientos de certificación sustentable más parecen un “check list” que un verdadero sistema promotor de una arquitectura de calidad. Esto, aunque no fuera cierto, nos pone en alerta. Una posible confirmación atentaría en contra del sano principio que ostentan los procedimientos de medición y evaluación de la “sustentabilidad” de los edificios, dentro de los cuales se incluye CES. Definitivamente, estos procesos deben poner al usuario, al ocupante del espacio, en el centro de atención. Y cada vez más. Y esta es la esencia, la razón de ser de la arquitectura.

Hoy por hoy, el coronavirus tiene en jaque las tendencias inmobiliarias del momento y los análisis programáticos arquitectónicos de los edificios en general. Los espacios necesarios para nuestras actividades están repensándose, considerando nuevas necesidades, nuevas funciones. Los espacios más domésticos, más íntimos, como la vivienda, necesitan nuevos programas para dedicar al trabajo o al estudio, “sin salir de casa”. Y a esto hay que agregar nuevos y mayores tiempos de permanencia en los hogares. Por otra parte, los espacios públicos, de encuentro, compartidos, requieren ajustes como aumento en los metros cuadrados por persona, más ventilados, con protocolos de sanitización, espacios de espera o de transición. 

El coronavirus ha puesto en evidencia la importancia del diseño arquitectónico en cuanto a la calidad de este tipo de espacios se refiere. Y son los arquitectos desde la génesis del diseño que tempranamente disponen de las herramientas necesarias para la conducción adecuada en la planificación edilicia, en particular para los edificios de uso público a los que apunta CES.

Aunque parezca una perogrullada, el usuario debe ser el gran protagonista e inspirador en el proceso del “diseño sustentable”. En otras palabras, no debemos quedarnos en resolver la fórmula que permita la calificación buscada. Es necesario ir más allá de la atractiva imagen sustentable, pasando a lo más profundo del contenido de esa imagen. Es, en definitiva, un contenido que habla del usuario, de las personas ocupantes, de sus necesidades, de sus funciones mejor acogidas. Y, finalmente, de cómo estas personas perciben los aportes de estas metodologías.

Es en este sentido que quisiera poner énfasis en el aspecto “calidad medioambiental interior”, elemento de evaluación fundamental en CES y que toma especial relevancia en la concreción de mejores espacios. La inclusión de aspectos pasivos incorporados a la arquitectura, calidad en la relaciones entre recintos, y desde estos al exterior, aislamiento del ruido exterior, buena iluminación natural y aire interior, aspectos todos que apuntan al confort directo del ocupante y que contribuyen directamente en una mejor arquitectura. En definitiva, acciones que son consecuencia directa de un buen diseño arquitectónico. 

Y esta es una muestra de cómo los métodos de certificación ciertamente, lo queramos o no, se han transformado en promotores de edificios en donde las posibilidades de satisfacción de parte de los ocupantes se ve acrecentada.

Más que un check list, se debe tratar de la promoción de buenos resultados para un edificio que debe ir en beneficio de quienes los ocupan y como positivo aporte al desarrollo de sus actividades. Espacios de calidad porque se diseñan de manera consciente con respecto a quienes los usarán. Se trata de cómo vivimos los edificios no sólo cómo los vemos u observamos. 

La pandemia traerá cambios positivos en la arquitectura y así es que, salvo excepciones de fondo, no hay mal que por bien no venga. Es una oportunidad más para poner en valor la importancia que tiene el adecuado diseño de espacios que redunde en que nuestra actividades se desenvuelvan en ambientes de calidad. Es el fin que persigue la arquitectura y CES se ha transformado en un muy buen aliado.

Iluminación en la rehabilitación sustentable de edificios existentes 

Por Natalia Spörke, socia de Ecode SpA y asesora CES.

Actualmente, el desarrollo sustentable es una prioridad explícita de las políticas del Estado de Chile, preocupación compartida también por distintos actores del sector privado. Con este objetivo, la eficiencia energética en el sector de la construcción es un factor relevante para ayudar a alcanzar los objetivos de desarrollo sustentable del país. 

Gran parte del consumo energético asociado al rubro de la construcción se puede atribuir a la etapa de operación de los edificios, principalmente de los edificios existentes que no incorporaron estrategias sustentables y de eficiencia energética en su diseño. En este contexto, existe una gran oportunidad de reducir el consumo energético en la operación de los edificios mediante la rehabilitación con estrategias de diseño sustentable, abarcando los tres ámbitos de la sustentabilidad. Una rehabilitación sustentable reduce el impacto ambiental al disminuir el uso de sistemas mecánicas e iluminación artificial, se mejora la calidad ambiental interior para el beneficio de los usuarios, y se reduce el costo operacional de éstos, lo que en algunos casos genera que el proceso de rehabilitación resulte atractivo para el propietario, extendiendo el ciclo de vida del edificio. 

Parte significativa del consumo energético en edificaciones está asociado a climatización, ventilación e iluminación, por lo que son los principales focos de atención. La luz natural es un recurso disponible, siendo un factor primordial para el ahorro energético de los edificios, la cual al integrase en el diseño de un proyecto de iluminación artificial puede reducir entre un 20-40% del consumo energético asociado a la iluminación artificial (Yun et al 2010).

A diferencia de las nuevas construcciones, el desafío en la rehabilitación de edificios existentes es que la implementación de estrategias de diseño pasivo, eficiencia energética y sustentabilidad se ven limitados por las preexistencias, sobre todo en edificios con valor histórico y patrimonial. En estos casos, uno de los principales desafíos es el aporte de luz natural donde las condiciones y vanos de ventanas existentes no pueden ser intervenidos por su valor patrimonial. Al restringir las variables de orientación, forma y diseño de ventanas para el aporte de luz natural, el diseño integrado toma aún mayor relevancia, ya que las estrategias de diseño no serán mediante el dimensionamiento de vanos, estrategias de control solar y especificación de cristales, sino también tendrán gran influencia variables de diseño como la distribución programática, el trabajo de cubiertas para iluminación cenital y estrategias para la habilitación interior tales como definición de forma, reflectividad de los materiales y particiones interiores, entre otros. La limitación de intervención de edificios históricos para aporte de luz natural deberá complementarse con la iluminación artificial, adquiriendo gran relevancia el diseño integrado para combinar de forma eficiente y confortable la luz natural y artificial en el edificio. 

La luz natural es un recurso renovable y disponible en condiciones adecuadas durante periodos extensos del día en gran parte del mundo; es la fuente de luz con mayor eficiencia luminosa y reproducción cromática, la cual mejora la calidad lumínica interior de los edificios. Los beneficios de la luz natural han sido ampliamente reconocidos, dado que un recinto iluminado naturalmente presenta mejores condiciones de confort, beneficios para la salud y aumenta la productividad de los usuarios. 

En base a lo descrito, resulta esencial el trabajo integrado de las distintas especialidades para conservar y resaltar los valores de construcciones patrimoniales, y a su vez mejorar las condiciones de habitabilidad interior para cumplir con los estándares actuales.